Ante esta crisis que está provocando el coronavirus, solo caben valientes para luchar contra esta pandemia. Son muchos los héroes que están en la primera línea de batalla. Médicos, cuerpos de seguridad, transportistas, cajeros de supermercado... Todos ellos combaten contra el Covid-19 arriesgándose al contagio directo y todos los elogios que reciben desde cada casa o cada institución no son suficientes para agradecer todo el trabajo que hacen.
Pero estos sectores de población han encontrado un gran aliado. Alguien que sabe lo que es resistir los golpes en su propia piel. Esta lucha contra el coronavirus ha encontrado en Parla todo un boxeador y no creo que ni tan siquiera un virus quisiese verse las caras con alguien que se ha batido sobre el ring con rivales superiores a él y los ha derrotado.
Javier Castillejo está colaborando en esta localidad madrileña con Cruz Roja para ayudar a la gente que está más en riesgo ante el coronavirus. 'El Lince de Parla' ha empezado un nuevo combate después de ser campeón mundial del peso superwelter, con dos consejos distintos, y del peso mediano. El boxeador atiende a EL ESPAÑOL antes de empezar su ruta diaria para poner su granito de arena ante esta crisis que está golpeando fuerte, pero que él promete devolver el derechazo aún más potente.
¿Cómo estás colaborando con Cruz Roja?
Estoy llevando comida a los domicilios de las personas que no pueden salir de sus casas. Hacemos la compra a las personas mayores y les llevamos alimentos y todo lo que necesiten. Es una pena, hay que estar ahí y apoyar de algún modo.
¿Cuándo empezaste con esto?
Llevaba tiempo colaborando con Cruz Roja. Tuve que dejarlo, pero he vuelto con todo esto que estaba pasando. Hay que hacer todo lo posible por estas personas que no pueden salir por su avanzada edad o por otras circunstancias puedan tener comida.
¿Te reconocen cuando abren la puerta de sus casas?
Algunos sí que me reconocen. Se quedan sorprendidos. Dicen "uy, campeón, no me esperaba esto de ti". Pero así son las cosas, ¿por qué no iba a hacerlo? Te lo agradecen mucho, pero también te da un poco de pena. Algunos abuelos se ponen a llorar. Otros quieren darte hasta alguna propina.
¿Cómo fue la primera vez que fuiste con Cruz Roja a entregar alimentos a las casas?
La primera vez que fui me encontré a una señora sola de casi 90 años. Iba con un andador y apenas podía abrir la puerta para recibirnos. Eso me tocó especialmente. Empecé a pensar cómo una persona así puede estar sola en casa. También tenía problemas de corazón. Empecé a hacerme muchas preguntas.
¿Cómo estás viendo las consecuencias de este virus tú que estás en la primera línea?
La realidad es que hay gente que se está muriendo sola. Es muy duro. Que una persona así coja este virus y que no puedas ir a verlos ni al hospital. En el caso de que vaya a peor y fallezcan, pues imagínate. No puedes hacer nada. Mueren en la soledad y es muy duro.
Ahora es momento de apelar a la filosofía del boxeo y aguantar todos estos golpes que nos están llegando en forma de muertes...
Esto es como un combate de 12 asaltos, un campeonato del mundo. Estás ahí luchando y es una parte en el que lo estás pasando muy mal. El rival te tiene cogido, te están haciendo daño los golpes y no sabes como zafarte. Al final tienes una oportunidad, conectas un golpe y ganas. Eso es lo que vamos a hacer. Vamos a ganar a este virus.
No solo son las donaciones la única vía de implicarse contra este problema
Para mí es más importante implicarte de esta forma que con dinero. Quien lo tenga, está bien que lo dé, claro. Pero estoy más con los que se ponen los guantes y se meten en la obra, como digo yo, y se ponen a hacer bloques, hincando el lomo. Cada uno hace lo que puede. He cambiado los guantes de boxeo por los de látex. Cuarenta veces que me los cambio y otras cuarenta que me lavo las manos. A ver si de una vez por todas esto da un cambio ya que nos pueda hacer ver la luz.
¿Cómo te pilló esta crisis?
Sigo con mi gimnasio dando clases a mis alumnos. Tuvimos que cerrar y ahora estoy encerrado en casa haciendo todo lo que puedo hacer por la gente. No te puedes imaginar lo que echo en falta el gimnasio. Menos mal que tengo un pequeño gimnasio en casa y tengo un saco al que le puedo dar de vez en cuando.
¿Hay algún futuro campeón ya en ese gimnasio?
El camino es largo. Hay algunos que tienen muy buenas maneras, pero es un camino tan largo que es muy difícil. Lo importante es que estén ahí trabajando y que no estén haciendo el vago en la calle.
¿Qué tiene que hacer la gente que quiera colaborar como tú?
Simplemente acercarse a la Cruz Roja más cercana. Que se ofrezca todo el mundo y pregunten qué se puede hacer. Toda ayuda es agradecida.
[Más información - Pacquiao, contra el coronavirus en Filipinas: "No tengo miedo a morir, debo ser un líder"]