Muere Angela Madsen, la remera paralímpica que cruzaba en solitario el Pacífico

Tragedia en el océano. Angela Madsen quería convertirse en la primera parapléjica en semar sola por el Pacífico. Una aventura con doble reto puesto que se iba a convertir también en la mujer de más edad  en hacerlo. Pero, por desgracia, ha sido encontrada muerta atada a su embarcación que navegaba por el mar.

Madsen trataba de remar en solitario desde Los Ángeles hasta Honolulu a sus 60 años. Era una referencia en los deportes paralímpicos habiendo participado hasta tres de sus Juegos, ganando el bronce en Londres 2012 en lanzamiento de peso. Además, era una figura muy representativa en el atletismo ya que fue de las primeras en hacer pública su homosexualidad. Tenía hasta seis récord Guinness.

En el mes de abril arrancó su aventura en un bote de remo desde Marina del Rey. Su meta era llegar hasta el Hawaii Yacht Club, en Honolulu, en un tiempo de cuatro meses. Tras 60 días, el pasado domingo se perdió la comunicación y se empezó a temer lo peor. Lo último que se supo era que iba a meterse en el agua para arreglar un problema de la embarcación.

Angela Madsen, con su bronce de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012

Fue entonces cuando los equipos de rescate se activaron. Un helicóptero de la Guardia Costera de Estados Unidos y un carguero alemán buscaron por la zona en la que debía estar el bote de Madsen y la hallaron. Se encontraron el cadáver de Madsen en el agua atado a la embarcación que estaba a la deriva. Había fallecido solo unas horas antes por causas que se desconocen.

El comunicado de su esposa

Su esposa, Debra, anunciaba este miércoles el trágico final de Angela Madsen en su página web y dio algunos detalles del suceso: "Cuando revisé su bandeja de entrada principal no había devuelto ningún mensaje", explicó. "Por el rastreo de la embarcación no parecía que estuviera remando sino que estaba a la deriva", añadió sobre algo que pone más en duda lo que pasó.

"Angela conocía los riesgos mejor que cualquiera de nosotros y estaba dispuesta a correrlos porque estar en el mar la hacía más feliz que cualquier otra cosa. Nos dijo una y otra vez que si moría en el intento, así es como se quería ir", concluía la nota.

En el momento en el que se perdió la comunicación llevaba recorridos en torno a 2.000 kilómetros y estaba casi a mitad de camino de llegar a su destino. Su aventura iba a servir para un documental, por lo que el contacto desde su radio era continuo con los directores y su mujer.

Era parapléjica desde que sufrió un accidente en 1980 durante un entrenamiento en los Marines de Estados Unidos. Otro soldado cayó sobre ella causándole la rotura de dos discos de la columna vertebral y un error en la operación aumentó los daños. Después vino un calvario que solo el deporte le ayudó a superar. Perdió su casa durante los litigios contra el ejército del país norteamericano y se separó de su marido, cayendo en depresión. El deporte en silla de ruedas le ayudó a florecer de nuevo, dando también el paso para anunciar su homosexualidad.

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