De Pedreña a Barrika. De Colorado a Ohio. De España para el mundo. Jon Rahm ha revivido la pasión por el golf en el país después de convertirse en el segundo golfista nacional en ser número 1 del ranking PGA. A pesar de la gran generación de profesionales que dejó a su sombra Severiano Ballesteros, el pionero que estuvo 61 semanas en lo más alto de esa clasificación, con los Jose María Olazabal, Miguel Ángel Jiménez o Sergio García, el vasco de 25 años ha conseguido meterse entre los 24 privilegiados que han sido nombrados como el mejor jugador del momento.
La madrugada del domingo 19 al lunes 20 de julio ya quedará como una noche para el recuerdo del deporte nacional. Rahm no hizo esperar demasiado a todos los que estaban siguiéndole desde España y a eso de las dos menos cuarto, el nuevo número 1 del mundo cerraba el circuito y se proclamaba vencedor en The Memorial, el torneo creado por Jack Nicklaus, el golfista más prolífico de la historia de este deporte.
De hecho, hace justo cuatro años el mismo protagonista, el 'Oso Dorado', le entregaba a Rahm el trofeo que lleva su nombre y que reconoce al mejor jugador novato del año. El golfista vasco era reconocido con el Jack Nicklaus Award de 2016 después de su primer año como profesional. Poco tardaría en darle valor a esa distinción cuando al año siguiente en San Diego se impuso en el Abierto de la ciudad californiana. Hasta ahora ha ido a gran triunfo por año después de conseguir en 2018 la victoria en el CareerBuilder Challenge y en el torneo por parejas del Zurich Classic de New Orleans junto a Ryan Palmer en 2019.
Precisamente el estadounidense fue su rival este fin de semana. Le superó finalmente por tres golpes, ya que Rahm contaba con una diferencia mucho más grande al término del penúltimo día con ocho de ventaja. Dos malos hoyos y una sanción porque la bola se movía cuando el español dio el golpe que dejó hasta a Nicklaus con la boca abierta apretaron el desenlace del torneo, pero el de Barrika se mantuvo más frío que su rival y terminaría recibiendo el reconocimiento de sus rivales.
Los pasos de Seve
Lo reconocía el mismo Rahm tras ganar su cuarto torneo de la PGA. Su entrenador, Eduardo Celles, le preguntó cuando tenía 13 o 14 años qué objetivos tenía en el futuro. El futuro número 1 del mundo lo tenía claro: "quiero ser el mejor jugador del mundo". 11 o 12 años después, ese niño se ha convertido en hombre y, con cuatro años menos que su ídolo, ha alcanzado el puesto más alto del ranking.
El cántabro no pudo serlo antes, sobre todo, porque este ranking comenzó en 1986. Ballesteros fue el segundo número uno del mundo cuando tenia 29 años. Probablemente el número de semanas habría sido más grande de haber podido disfrutar de esta clasificación antes. Aún así el duelo legendario con Greg Norman, segundo golfista con más semanas en lo más alto con 331 lejos de las 683 de Tiger Woods, quedó para los anales de la historia.
Hace algo menos de 31 años, el 20 de agosto de 1989, Severiano perdía ese número 1 después de 40 semanas consecutivas ante el australiano en el torneo The International. Aquel lunes el 'Tiburón Blanco' destronó al cántabro. Desde ese momento se abrió una brecha que ahora ha llenado Rahm cogiendo el testigo de la figura por la que se enamoró por el golf.
"Todos los días me levanto tratando de ser un mejor jugador, un mejor persona, un mejor esposo, y así es como puedo resumirlo. Unir mi nombre a la historia de España, sea la que sea, es algo único. Seve es un jugador muy especial para todos nosotros, y estar detrás de él en esto es un verdadero honor", declaró el nuevo número 1 del mundo tras su victoria en The Memorial.
Los retos pendientes
Si hubo un relevo claro entre estos dos fue cuando el año pasado Rahm conseguía la Orden de Mérito del circuito europeo. Ballesteros la consiguió hasta en seis ocasiones terminando su carrera como el segundo con más premios de este tipo. Eso sí, la primera la consiguió con 19 años comenzando con un legado que dejó su estela en el mundo del golf. Ahora es el de Barrika el que quiere prolongar ese idilio a sus 25 años.
Lo que aún tiene lejos Rahm son los cinco Majors de Seve. Las dos chaquetas verdes del Masters de Augusta y los tres Abiertos británicos son muy difíciles de igualar. El paso adelante que ha dado este año el vasco solo confirma la progresión que venía demostrando desde que se convirtió en profesional. Si continúa este crecimiento proporcionalmente, es cuestión de tiempo que el vasco levante uno de los grandes trofeos de este deporte. Esta temporada solo parece que el coronavirus le puede parar. Eso sí, el de Barrika ha hecho una cosa que no hizo Ballesteros: revalidar el Open de España por segunda vez consecutiva.
El gran cambio
Los cambios siempre están vinculados con el trabajo y si algo ha hecho Rahm durante el confinamiento fue eso, ponerse el mono. Mientras vivía la pandemia en su retiro de Arizona, Jon decidió hacer una dieta para perder hasta diez kilogramos. Más fino, ha dado más importancia a la técnica que a la fuerza de su golpeo y eso salió a relucir este fin de semana en el Muirfield Village Golf Club.
Rahm ganó el que ha sido considerado como el torneo de mayor nivel de la historia del PGA Tour por la gran cantidad de estrellas con las que ha contado. Tiger Woods, Dustin Johnson, Jordan Speith, Justin Thomas, Jason Day, Phil Mickelson, Bruce Koepka, su compatriota Sergio García y el mismísimo Rory McIlroy, al que desbancó del número 1 del ranking. El norirlandés es el tercer golfista con más semanas al frente de esta clasificación con 106. Por si hiciera falta engrosar de calificativos la hazaña del español.
El PGA Championship está a la vuelta de la esquina (se jugará en el TPC Harding Park de San Francisco, California, del 3 al 9 de agosto) y este cambio en la vida de Rahm, tanto físico como deportivo, le hace llegar en la mejor forma posible. Los focos estarán sobre él para seguir sorprendiendo y aprovechando esta temporada extraordinaria que ha traído consigo el Covid-19.
El "¡Vamos!" que soltó por su boca tras ese golpe cuando estaba en el rough encerrado le ha llevado a entrar por la puerta grande en la historia del golf mundial. Es el segundo jugador de la historia que no ha necesitado ganar un Major para ser número 1. El 'León' de Barrika, mote otorgado por su pasión acérrima por el Athletic Club de Bilbao que le viene de su abuelo Sabin Rahm, otrora delegado de los equipos de la cantera de Lezama, tiene una cabeza privilegiada y todo indica que este será solo un éxito más de los muchos que dará a España. El país le espera en Tokio 2020 para conseguir el oro que se le escapó en Río de Janeiro a Sergio García.
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