Los playoffs del fútbol sala español disputados en Málaga no fueron seguros. Es la conclusión que se obtiene al hablar con los allí presentes. Se incumplieron los protocolos, se hicieron escasos tests y, además, estos eran poco fiables. La organización se ausentó en los momentos de incertidumbre y cada equipo gestionó su presencia de forma autónoma.
EL ESPAÑOL ya publicó que la Federación, liderada por Luis Rubiales, dejó al libre albedrío a varios jugadores que dieron un resultado "no concluyente" durante los tests realizados al llegar a las instalaciones. Unos errores que se conocían, aunque solo en forma de rumor, entre el resto de equipos participantes.
Estos fallos no son los únicos cometidos, según ha podido saber este periódico, y las posibilidades de que los jugadores se contagiaran durante los partidos eran muy altas. Tanto equipos de Primera como de Segunda estuvieron preocupados durante estos días de competición, preguntándose unos a otros que tipo de tests habían pasado de forma paralela a los de la Federación y si habían respetado por completo los protocolos.
Los protocolos no se cumplieron. De hecho, algún equipo transmitió a la RFEF que no podía llevar a cabo alguno de los puntos requeridos. El organismo no les dio respuesta y les permitió jugar a sabiendas de esta situación. En el pabellón malagueño, además, se podía entrar al palco solo con un control de temperatura. Un sinfín de errores que transformaron una fiesta del fútbol sala en un campo de minas de Covid-19.
Permitió equipos que incumplían el protocolo
Uno de los clubes participantes en los playoffs, concretamente en la categoría de Segunda División, confirma a EL ESPAÑOL que no podía cumplir los protocolos sanitarios establecidos por la RFEF. Los altos costes económicos y la vida profesional de cada jugador de la plantilla eran algunas de las razones que les complicaban y mucho poder llevar a cabo cada petición de la Federación.
Por ello, según confirman fuentes del equipo a este periódico, se informó a la Federación en el mismo documento de la inscripción de todos los puntos que no se podían cumplir. La intención del club era clara: que la Federación conociera cada detalle para evitar cualquier problema. La sorpresa saltó en las oficinas cuando no recibieron ninguna comunicación.
"Aceptaron todo lo que íbamos poniendo. Incluso que eran los máximos responsables como organizadores". Los comentarios iban escritos en el famoso documento donde la RFEF se quitaba toda responsabilidad de lo que pudiera pasar en el torneo organizado. Y la entidad liderada por Rubiales no les transmitió ninguna información.
El club en cuestión explica que "los plazos eran muy cortos", "la situación muy complicada" y que "los jugadores trabajan, no viven del fútbol sala". Por ello, quisieron especificar a la Federación todo. ¿Qué les dijeron? "Que no se podía cumplir el protocolo. En el mismo documento. Y admitieron todo". Algunos detalles de ese protocolo era que "rellenas un formulario como que 15 días antes no habías tenido síntomas".
Otro de los equipos participantes en dicha categoría defienden la misma tesis. "Otros protocolos podían parecer excesivos y cuando los ves te choca. Pero están muy bien si quieres evitar y prevenir". Por el contrario, el de la Federación no evitaba prácticamente nada. Además de permitir la participación de clubes que no podían cumplirlos, en los hoteles que pagaba cada club no había seguimiento alguno.
Es decir, cualquier expedición podía abandonar el hotel para pasear, como así se hizo, pudiendo contagiarse y quitando cualquier valor a los testsque se habían hecho a su llegada a la ciudad. "No había nadie", nos aseguran.
Dudas sobre los tests
Los tests realizados por la Federación no han dado seguridad a ninguno de los equipos. Primero se realizaban unos en las federaciones territoriales y luego otra tanda al llegar a Málaga para participar. Uno de los clubes nos traslada que el valor de estos estaría por debajo de los 10 euros cada unidad. Otro va más allá y confirma que en la federación territorial no detectaron a un jugador que ya lo había pasado.
"Tengo aquí un jugador que en la cuarentena pasó el virus y estuvo malito. Los médicos fueron a su casa, le hicieron el test, lo aislaron… Su familia no lo tenía y él se recuperó. Todo perfecto. Este jugador se hace las pruebas en la Federación y no le sale nada. En la Federación le dijeron: “Estás perfecto”. No hubo una alarma". La sorpresa fue enorme.
En este caso no informaron a la Federación. El club tenía la seguridad, gracias a que realizaban controles por su propio método a la plantilla de forma constante. Pero lo tienen claro: "Allí podía tener el virus todo el mundo". Los tests, según informó el médico del propio club, "no valían para nada". Por ello, tienen claro que el hecho de que "no haya salido ningún positivo no quiere decir que no lo hubiera".
Esta situación generó un gran malestar entre los equipos. Unos a otros se preguntaban qué tipo de test y pruebas habían realizado a sus jugadores. Incluso dos de los equipos de Primera llegaron a hablar para plantearse la opción de no competir por los riesgos y abandonar el playoff.
"Como podíamos salvaguardar la salud de nuestros jugadores, aunque otro equipo pudiera tener un contagiado...", decidieron jugar. Pero no por la seguridad de la Federación, sino por su propio control.
Ningún control en el pabellón
La presencia de la Federación durante los playoffs ha sido mínima. Es lo que denuncian los clubes contactados. No pagaron nada, establecieron unos protocolos que no se siguieron y cada equipo tuvo que jugar sus cartas para preservar la salud. "Quitando los dos tests rápidos, todo lo demás es pagarlo el club", afirma uno de los equipos.
"La Federación no ha pagado nada, ni los arbitrajes. Alucinante", espeta otro. "Si queremos engañar a la gente con este test pues se hará para la temporada. Lo que entendemos es que no se puede hacer una boda y que no te cueste nada".
Tal ausencia, y pese al trabajo realizado por los trabajadores de la Federación que trasladaron al pabellón, provocó una desorganización notable. Sobre todo en los palcos. Los directivos, cuatro por club, podían entrar sin test ni nada. Un simple control de temperatura y la mascarilla. Y algunos bajaron a la pista. Otros a vestuarios. Todo sin test, salvo que cada club hubiera pagado por su cuenta.
"Me consta que hubo algún conductor de autobús en el palco", llega a desvelar uno de estos equipos a EL ESPAÑOL. Otro equipo asegura que no le dejaron entrar a uno de los palcos y le enviaron a una cafetería contigua donde había gente desconocida. "Los del palco al menos sé quiénes son, pero estos no sé quiénes son", explica sorprendido.
Miedo al futuro
El futuro de la competición está en riesgo. Las dificultades económicas hacen casi imposible que algunos equipos establezcan protocolos muy escrupulosos. Si al escaso presupuesto se le suma la bajada de ingresos por los problemas de aforo, convierte todo en un infierno para las directivas.
"Va a haber muchos clubes que en esto se van a esconder", transmite uno de estos equipos críticos con el protocolo. El silencio se debe tanto a presiones de las federaciones territoriales como por el temor a un protocolo difícil de afrontar económicamente.
El miedo es tal que no dudan de que se puedan ocultar positivos en un futuro. "El día 5 empezamos la liga y no sabemos nada de nada. Igual hay algún club que tiene un positivo, es un jugador importante, se encuentra bien y a jugar. No lo descartes". Si esto ocurre, la competición estallará. "La Federación al final puede marcar un protocolo exigente, exigirlo a los clubes y ellos no tener ninguna responsabilidad. Si quieres competir esto lo tienes que cumplir, y hay clubes que no lo van a poder hacer".
Por ello, barajan una atmósfera que será un riesgo total. "Vamos a caer como moscas. Habrá muchos clubes que lo van a ocultar. Si vamos a un sitio y tenemos un positivo al volver, lo hemos cogido allí. Y lo vamos a decir. No entendemos este silencio de la Federación".
Otro de los clubes, este más humilde, recalca que "va a ser la problemática de la liga a partir de ahora". Y más si aún no han recibido ningún protocolo sobre cómo comenzar la competición. "Solo les interesa los derechos audiovisuales" y la economía, pues los únicos documentos que les han requerido son sobre aspectos financieros de cada club.
El futuro se avecina tenso y complicado. Con una pandemia que no rebaja su presión y que pondrá en riesgo a varias plantillas de la competición. La desconfianza se ha trasladado hasta a las posibles convocatorias con la Selección, lo que dejaría bien tocado al equipo nacional. "Cuando vuelva el jugador voy a exigir que venga con un PCR y le haremos nosotros otro test. Y como salga positivo la vamos a liar".