La campeona olímpica de 800 metros en 2012 y 2016 pierde su larga batalla legal contra las reglas de competición impuestas por la Federación Internacional de Atletismo y solo podrá competir con mujeres si rebaja su nivel de testosterona. Así lo ha determinado en su fallo la Corte Suprema de Suiza, que rechaza la apelación de Caster Semenya contra una resolución del TAS el pasado 2019.
La justicia suiza asegura que existía un "derecho a respetar las condiciones de participación emitidas para las atletas femeninas con la variante genética '46 XY DSD' a fin de garantizar una competición justa para ciertas disciplinas de carrera en el atletismo femenino". Es decir, corredoras con hiperandrogenismo que se caracterizan por tener unos niveles de testosterona muy superiores a los que acostumbran a presentar las mujeres. Por ello, a atletas como Semenya se las conoce como "intersexuales".
Estos límites obligan a que todas las atletas que quieran competir desde los 400 metros hasta la milla deban tener unos determinados niveles de testosterona y que no pueden superar en ningún caso los 5 nmol/lt en sangre, niveles que desde la Federación consideraron muy inusuales entre las mujeres -rondando los tres nanomoles frente a los más de siete en hombres-. Si los superan, la Federación Internacional de Atletismo aseguró que se producía una notable ventaja con el resto de corredoras y, por ello, optó por limitar estos números.
La atleta se ha defendido tras conocer la decisión de la Corte Suprema de Suiza. Si en su día calificó la resolución del TAS como "discriminatoria", en esta ocasión ha tomado adjetivos muy similares.
"Excluir a las atletas femeninas o poner en peligro nuestra salud únicamente debido a nuestras habilidades naturales coloca a World Athletics en el lado equivocado de la historia", ha indicado en un comunicado posterior al fallo. "Seguiré luchando por los derechos humanos de las atletas femeninas, tanto en la pista como fuera de ella hasta que podamos correr libres de la forma en que nacimos. Sé lo que es correcto y haré todo lo que esté en mi mano para proteger los derechos humanos básicos, de las niñas de todo el mundo".
Además, ha recalcado que no tomará fármacos ni tomará ninguna intervención quirúrgica para cumplir la sentencia. Por lo tanto, se avecina un nuevo conflicto judicial y que se remonta a 2009, cuando su triunfo en el Mundial de Berlín levantó críticas a la sudafricana, poniendo en duda su sexo femenino.
Los abogados rechazan el fallo
El equipo legal de Semenya ha emitido un comunicado donde muestran su rechazo al dictamen de la justicia suiza que, según indican, "determinó que el requisito de World Athletics", el nuevo nombre de la Federación Internacional de Atletismo, "de someter a ciertas atletas a una intervención quirúrgica o farmacológica como condición previa para competir en eventos femeninos [...], no constituye una violación de las políticas públicas suizas".
Los abogados subrayan que la desestimación se produce "a pesar de encontrar que las regulaciones mundiales de atletismo violan gravemente la integridad física de Caster -Semenya- porque la intervención farmacológica hormonal requerida no está indicada médicamente, tiene efectos negativos para la salud y no se basa en el libre consentimiento del atleta".
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