Para un deportista, y sobre todo de élite, poder practicar el deporte que le gusta y competir es su vida. A pesar de que para muchos se convierta en su profesión y por ello pierdan parte de la magia que siempre tiene, estar sano y en óptimas condiciones para poder competir es lo que siempre desean. Por ello, las lesiones siempre son páginas muy oscuras en las vidas de los deportistas, porque cortan de raíz la posibilidad de estar sobre el campo o sobre la pista y ayudar a sus compañeros.
Además, algunas de esas lesiones que se producen pueden ser de extrema gravedad, no evidentemente por riesgos con la vida, que también podría ser, sino porque impliquen estar muchos meses fuera de la práctica deportiva, tener que pasar por el quirófano y entrar en un proceso y una batalla mental contra los fantasmas de uno mismo. Para librar esas batallas, las roturas del tendón de Aquiles son un claro ejemplo.
Una rotura del tendón de Aquiles implica decirle adiós a una temporada y puede llevar incluso a estar de 8 a 10 meses fuera, eso sin que nada se tuerza. El caso más reciente ha sido el de Anthony Randolph, lesionado este viernes con el Real Madrid de baloncesto ante el Olympiacos. El jugador blanco afronta un proceso por el que antes pasaron otras leyendas del baloncesto, deporte en el que es muy frecuente esta lesión, como el mítico Kobe Bryant, la estrella recientemente recuperada Kevin Durant o su excompañero en los Warriors Klay Thompson, que cayó hace unas semanas tras perderse la temporada pasada por una lesión de rodilla. Sin embargo, ninguna de sus historias es tan dramática como la de la gimnasta Larisa Iordache.
El calvario de Larisa
La gimnasta rumana Larisa Iordache sufrió en el año 2017 una terrible lesión. Mientras estaba en el calentamiento previo a la ronda de calificación en el Campeonato del Mundo de gimnasia artística que se celebraba en Montreal, sintió un terrible dolor en su pie, un crujido que le alertó de que algo importante acababa de suceder. Las sensaciones desde un primer momento no eran nada buenas, por lo que todos se temían lo peor.
Tras abandonar la zona de calentamiento en brazos de los médicos y envuelta en lágrimas, tuvo que marcharse a una clínica para someterse a varias pruebas que determinaran el alcance real de su lesión, aunque muchos ya lo tenían claro. En aquel triste calentamiento se había roto su tendón de Aquiles y comenzaba un calvario que parecía interminable. Desde aquel momento, Larisa se introdujo en un túnel oscuro, un camino lleno de obstáculos en el que parecía que nunca vería la luz.
Desde aquel mes de octubre de 2017 comenzó una recuperación que amenazaba con ser eterna y con destrozar no solo su temporada, sino con romper su carrera por completo. Y a punto estuvo de ser así. La recuperación de Larisa duró mucho más de lo esperado, hasta 38 meses, ya que tuvo que pasar hasta en tres ocasiones por el quirófano y estar alejada de las competiciones durante tres largos e interminables años, un periodo extenuantemente extenso a pesar de ser una lesión de tanta gravedad. Esta lesión y el eterno proceso de recuperación de Larisa pusieron a prueba su estabilidad mental y su fortaleza, pero ella nunca se rindió hasta cumplir su sueño de regresar a la competición.
Un regreso soñado
Tras un calvario que ha durado más de tres años, Larisa Iordache puede afirmar que está de vuelta. Además, lo está en unas condiciones óptimas, algo que ha sorprendido a su entorno más cercano, a sus rivales y al equipo de Rumanía, con quien ha regresado a la competición en los Campeonatos de Europa de gimnasia artística femenina que se están disputando en Mersin, Turquía, del 17 al 20 de diciembre.
Las primera puesta en escena de Larisa ha sido inmejorable, ya que ha conseguido unos registros que asustan teniendo en cuenta el calvario que acaba de superar y la gravedad extrema de las lesiones que había padecido. No obstante, ha regresado con ansias de medalla y ya sueña con colgarse incluso algún oro. Su genial actuación, junto con la del resto de todo el equipo, le permitió a Rumanía situarse como líder de la clasificación por equipos a las primeras de cambio, lo que se tradujo en un pase a la gran final y en terminar por delante incluso de grandes potencias como Francia, Gran Bretaña o incluso Rusia. Larisa cerró su puesta en escena con un total de 54.565 puntos.
Además, su brillante actuación no solo reportó un gran éxito colectivo, sino que le dio la oportunidad de crecer a nivel individual, ya que obtuvo el pase a la final en las modalidades de suelo, barra de equilibrios, salto y asimétricas. Teniendo en cuenta en el enorme potencial de Larisa y, sobre todo, el gran nivel al que ha regresado de su larguísima lesión, muchos creen ya que puede estar en la lucha por las medallas en las finales que se celebrarán este domingo.
La realidad es que, visto los registros obtenidos, Larisa opta a las medallas en todas las categorías. Además, en aparatos como suelo, su preferido y donde obtuvo el mejor registro con 13.433 puntos, optará a la medalla de oro. También lo hará en barras, donde nadie pudo superar sus 13.633 puntos de la ronda clasificatoria. Pase lo que pase en la lucha por las medallas, Larisa puede afirmar ya que ha tenido un regreso soñado a sus 24 años tras más de 3 fuera de la competición.
Una carrera de éxito
A pesar de su juventud, solo tiene 24 años, pero los últimos tres los ha pasado sin competir, Larisa está considerada no solo como una de las mejores gimnastas de su país, sino como una de las mejores del mundo. No obstante, el nivel al que podía haber llegado sin esa terrible lesión podría haber sido tremendo, ya que su potencial siempre ha sido muy grande, tal y como demuestra su palmarés. De hecho, en su país siempre ha sido conocida como la nueva ‘Nadia Comaneci’, un apodo que sin duda lleva un gran peso y una gran responsabilidad, pero que nunca parece haberle importado.
Larisa Iordache es una gimnasta muy completa, capaz de competir y triunfar en los cuatros aparatos, pero sus grandes especialidades son suelo y la barra de equilibrios, algo que ya ha demostrado una vez más en su regreso en Mersin. A pesar de no tener una gran experiencia internacional por todo el tiempo que ha tenido que estar de baja, Larisa tiene un enorme palmarés a sus espaldas, demostrando que ha sido una de las mejores atletas de europeas de la última década. La gimnasta rumana puede presumir de haber sido cinco veces campeona de Europa, de tener dos medallas de plata en los Campeonatos del Mundo de Nanning y de haberse subido al cajón de los Juegos Olímpicos, algo que consiguió en los Juegos de Londres en 2012, donde se llevó la medalla de bronce.
Sin embargo, estos no son sus únicos logros, ya que también ha conseguido otras dos medallas de bronce en los campeonatos del mundo, una en Antwerp y otra en Glasgow, cinco medallas de plata y dos de bronce en los campeonatos de Europa, así como multitud de victorias en la copa del mundo y en los juegos olímpicos universitarios. Todos sus triunfos hacen un total de 37 medallas ganadas en la élite, 19 de las cuales son de oro.
Duelo con Simone Biles
Sin embargo, la carrera de las grandes estrellas no solo se forja en grandes eventos y con grandes triunfos, sino también con grandes enfrentamientos junto a rivales míticos, leyendas del deporte que quedan para siempre guardados en el historial deportivo de cada atleta y de cada profesional. Sin duda alguna, el gran duelo hasta el momento en la carrera de Larisa fue el que mantuvo con Simone Biles.
Ese enfrentamiento contra una de las mejores gimnastas de la historia tuvo lugar en octubre de 2014, en los mundiales de gimnasia celebrados en Nanning, China. Allí, Larisa Iordache consiguió hacer sombra a la intratable Biles, llamada a romper todos los registros históricos de la gimnasia. Para hacerse una idea total de lo que supuso ese enfrentamiento para Larisa, hay que recordar que Biles, en estos momentos, tiene en su palmarés cuatro oros y un bronce olímpico de su participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y que ha sido 19 veces campeona del mundo.
Cuatro de sus títulos mundiales los consiguió en aquellos campeonatos de China donde fue la absoluta dominadora, a pesar de que Larisa consiguió plantarle cara en el concurso completo individual y, sobre todo, en suelo. Aquel enfrentamiento en el que Larisa se proclamó doble subcampeona del mundo le sirvió para darse cuenta de que tenía potencial para medirse a cualquier rival del mundo, incluida la todopoderosa Simone Biles.
La estadounidense sumó una puntuación total de 60.231, mientras que Larisa se quedó en 59.765. En el apartado de suelo, Biles consiguió 15.333 puntos por los 14.800 de la deportista rumana. Sin duda, un duelo en la cumbre. Este enfrentamiento ya se había producido un año antes, en Antwerp, pero no con la misma intensidad, ya que Larisa en aquella ocasión solo pudo ser cuarta en el programa completo individual y tercera en suelo. Ambas pruebas fueron ganadas por la intratable Biles. Ahora Larisa Iordache quiere volver a disfrutar de la gimnasia y caminar hacia nuevos éxitos tras su regreso.
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