El Mundial de Balonmano de Egipto ha arrancado este miércoles, pero no lo hará para España hasta este viernes cuando, a partir de las 18:00 horas, se enfrente a Brasil. 'Los Hispanos' quieren volver a llevarse una medalla de un campeonato del mundo, cuestión que no sucede desde 2013. Aupados por los dos oros en los dos últimos Europeos, llega una selección liderada por un Raúl Entrerríos (Gijón, 1981) que afronta su última temporada como profesional.
Ha esperado hasta 2021 porque en 2020 no pudo hacerlo como a él le habría gustado por culpa de la Covid-19. La pandemia está poniendo en jaque este torneo, en el que dos selecciones, Estados Unidos y República Checa, han decidido no acudir por sufrir brotes en sus plantillas durante la preparación. Los positivos han atacado a varias selecciones, como al primer rival del combinado nacional que ha visto en su estancia en Portugal como hasta cinco miembros del plantel se contagiaban.
Es por lo que los equipos pueden contar hasta con 20 jugadores, aunque España va con 18 a esta cita con el bloque que consiguió el oro en Hungría. A estos se han integrado el portero Sergey Hernández y Rubén Marchán, único representante de un club español que no sea el Barça (Abanca ADEMAR León), que lideran la nueva camada que tratará de dar continuidad a estos éxitos.
Mientras, Sarmiento, Maqueda o Morros siguen siendo esos 'padres' de una generación que ha entrado con buen pie con esas actuaciones en los campeonatos europeos. Con los dos Dujshebaev, Aleix Gómez, Aitor Ariño y Adriá Figueras más maduros, el combinado que entrena Jordi Ribera aspira a entrar en la lucha por las medallas de nuevo. Todos ellos quieren darle un premio especial al pequeño de los Entrerríos que, en este final de su carrera, comparte estas sensaciones con EL ESPAÑOL.
Habrá que empezar a hacer bueno el dicho ese de año de nieves, año de bienes.
Ojalá. No estaría nada mal empezarlo de esta forma.
Son un par de jugadores más por el protocolo Covid, ¿esto es mejor para hacer más piña o lo hace más extraño?
No. Creo que el grupo está muy compacto desde siempre. Solemos viajar a los campeonatos 17 jugadores, que es casi el mismo número. En esto no va a cambiar mucho. Creo que uno de los puntos fuertes de este grupo es precisamente la capacidad para estar unidos, para ser un equipo tanto dentro como fuera de la pista y así va a ser.
Siempre dicen que compartís el liderazgo entre los más veteranos, pero es un poco el padre de este grupo.
(Risas) Por edad, desde luego. Ayuda que son muchos años en el equipo nacional y eso te hace ver muchas cosas desde la perspectiva de la experiencia. Se trata de que todos los jugadores jóvenes que entran en la dinámica entiendan el valor de grupo, el compromiso que supone competir por la selección española y trabajar todos muy duro en el mismo sentido. En eso nunca hemos tenido problema, todos lo han entendido perfectamente y por eso hemos conseguido los éxitos recientes.
Son dos las incorporaciones nuevas, por lo que hacer piña a pesar de tener tan poco tiempo ha sido más fácil imagino.
Sí. Que nos conozcamos como nos conocemos ayuda a que la adaptación sea más rápida. Pero todos queremos tener tiempo para trabajar juntos y volver a asimilar el juego que hacemos aquí. En caso de jugadores como Rubén Marchán se trata de que él se encuentre cómodo, que entre todos le ayudemos para que vea el estilo de juego de aquí, aunque siempre sea complicado debutar. Está en la labor del equipo que todo el mundo esté involucrado para competir.
Dentro de los que ya se conocen, ¿quién es el más revoltoso, el más extrovertido?
Ahí de todo. Yo creo que Maqueda es de las personas más extrovertidas, creo que salta a la vista. Es un jugador muy importante para el juego, pero mucho más para el vestuario.
Y de los jóvenes, ¿quién es el alumno más aventajado?
Siempre me ha parecido que Aleix Gómez es un jugador que, a pesar de tener poca experiencia, ha tenido un rendimiento muy alto. Es un jugador con muchísimo desparpajo, ya lo ha demostrado en el Barcelona también y en los momentos importantes de estos últimos años.
¿Se puede llamar a este Mundial como el de la renovación o la renovación ya está hecha?
Creo que hay una serie de jugadores que somos veteranos, como es ley de vida, y que en los próximos años no estaremos jugando. También, al mismo tiempo, han ido entrando otros jugadores jóvenes y van adquiriendo mucha responsabilidad en el juego. Eso es una buena señal. Al mismo tiempo, están haciendo otras concentraciones en las que entras otros más jóvenes y van adquiriendo experiencia.
Están pensando en Brasil y están abonados al partido a partido, pero, si se habla de objetivo, hay que hablar de volver a conseguir una medalla en un Mundial
Esto es lo que está en la ilusión y la ambición de todos, el hecho de poder estar en semifinales y competir por una medalla; estamos para ello como en todos los campeonatos. Es lo que nos ha llevado a tener éxitos en el pasado. Pero no por haber ganado vamos a cambiar ni va a ser más sencillo. Siempre respetamos y afrontamos de forma humilde al equipo que tenemos delante. Sabemos lo difícil que es ganar, por lo que lucharemos por esas semifinales, pero en nuestra cabeza está solo Brasil.
Aún así, prestan atención a determinados equipos que denominarán como los cocos.
De verdad, prestamos únicamente atención a Brasil. Claro que hay selecciones muy potentes que aspiran a las semifinales o al campeonato como lo puede ser España. Tenemos que hacer nuestro camino, somos los primeros conscientes de que si no hacemos una buena primera fase la situación se complica y lo único que queremos es ganar el primer partido. Luego iremos a por el siguiente. Es la mejor forma de trabajar.
Ya están en Egipto, pero ha habido compañeros suyos de club que han dicho que este Mundial no se debía haber celebrado...
Yo pienso que se tiene que disputar siempre que haya seguridad. Si podemos encajarlo de una forma adecuada en el calendario, hay que ir hacia adelante. Lógicamente, este año es muy complejo por la situación que estamos viviendo, por lo comprimido del calendario y por el hecho de tener unos JJOO a la vuelta de la esquina. Para mí, la mayor preocupación es que se haga con seguridad y espero que así sea. Tenemos que adaptarnos a la situación que tenemos delante y el equipo irá a competir con el mismo hambre.
Brasil ha tenido cinco positivos en las últimas horas, hay dos equipos que han renunciado a participar... ¿preocupa que se pueda descontrolar la situación?
Bueno, estamos viendo casos durante la preparación. Es algo que no solo hemos visto ahora, lo llevamos viendo con los clubes a lo largo de esta temporada. Es muy difícil controlar algo como el Covid. Es cierto que en este tipo de competiciones, como en la Final Four de la Champions, estamos en una burbuja y es nada probable que tengamos contacto con el exterior. Esperemos que lleguemos sanos.
Si a alguien le ha afectado la pandemia es a Raúl Entrerríos, que está viviendo ahora la segunda parte de su último baile. En lo personal, ¿cómo afronta esta cita?
Es difícil porque estoy diciendo adiós a algo que he hecho desde hace 20 años de forma profesional. Es prácticamente toda mi vida. Es complejo cerrar una etapa como esta. Al mismo tiempo, me siento afortunado de poder hacerlo, teniendo en cuenta que la temporada pasada se acabó de forma repentina. Con lo cual, intento vivir cada oportunidad de competir, cada entrenamiento, con la máxima ilusión. El hecho de tener poco tiempo entre partido y partido tampoco te da para pararte a pensar en ello. No deja de ser especial, cuando echas la vista hacia atrás y piensas en que va a ser la última temporada. Asimilas que cada campeonato es el último y es una situación extraña. Más aún cuando lo estás haciendo sin público, se hace más difícil.
Le queda toda la temporada con el Barça y, sobre todo, esos Juegos Olímpicos. De alguna manera habrá pensado en esa despedida.
Sí. Llevo años preparándome, entendiendo que ese momento va a llegar. No digo que vaya a ser fácil, porque es un cambio muy significativo en la vida de una persona. Pero bueno, creo que hay que estar preparado y lo que me gustaría es cerrar mi etapa con la máxima normalidad posible, haciendo lo que llevo haciendo desde hace tanto tiempo y disfrutando en la pista. Ojalá poder cumplir todos estos objetivos con un bonito final en los Juegos Olímpicos.
Tendrá oportunidad de seguir disfrutando en las pistas, no sé si le habrá pedido la chaqueta de seleccionador a Jordi Ribera en algún momento...
No, no (Risas)... Tengo claro que mi futuro inmediato está vinculado al balonmano y seguiré en el FC Barcelona trabajando con los jugadores y los entrenadores. Eso me facilitará también ese paso porque seguiré en contacto con lo que más me gusta. Hace tiempo que tengo el título de entrenador, tengo la carrera de Ciencias del Deporte... Estoy preparado para dar ese paso y será muy interesante.
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