La selección de Egipto que dirige el español Roberto García Parrondo logró la clasificación a los cuartos de final del Mundial de balonmano el pasado domingo al empatar 25-25 con Eslovenia, que desperdició una ventaja de cinco goles (13-8) que logró en el arranque de la segunda mitad.
A la selección de Egipto le bastaba con sumar un punto para continuar en la competición, lo que le permitió vivir con cierta calma unos segundos finales en los que Eslovenia consiguió empatar. Sin embargo, en los días posteriores ha estallado la polémica por una acusación de la expedición eslovena de sabotaje al equipo.
La Federación de Eslovenia publicó un comunicado en el que informaba de que doce de sus jugadores se encontraban mal antes del partido y tres de ellos no pudieron jugar: "Los chicos gritaban de dolor, vomitaban y corrían al baño como si su vida dependiera de ello. Stas Skube y Dragan Gajic no pudieron dormir y Blaz Blagotinsek, el más grande de nuestros jugadores, se fue al suelo con fuertes dolores y se desmayó en su propio vómito y tuvo que ser llevado al hotel", anunciaba.
En un segundo comunicado se analizaba la situación: "Estamos analizando las razones de los problemas médicos y podría deberse a varios factores. El primero que pensamos es la comida, y todos sabemos que los factores y síntomas varían en función de cada individuo. Queremos dejar claro que nunca hemos afirmado qué fue lo que sucedió y si la enfermedad fue provocada de forma intencional, pero varios jugadores estuvieron enfermos".
Y siguiendo con las sopechas, aunque en un tono más sosegado, se mostraban así las dudas: "Dado que todos los equipos del hotel han tenido las mismas condiciones y no han tenido problemas médicos, es difícil explicar qué pasó. Además, nuestro equipo utilizó la comida del buffet del hotel y del servicio de habitaciones y solo bebían agua embotellada. Por eso pedimos que se analice y aclare la situación de forma conjunta con el fin de evitarla en futuros eventos".
La IHF se pronuncia
La IHF (Federación Internacional de Balonmano) se pronunció sobre el caso: "A pesar de que la delegación eslovena no había presentado ninguna reclamación oficial ni el día del partido ni el anterior, la Federación Internacional de Balonmano abrió una investigación y solicitó al organismo gubernamental que se encargaba del control de los alimentos que emitiese una declaración".
La IHF asegura que el médico de Eslovenia rechazó cualquier ayuda por parte del médico del hotel y de los organizadores pese a las quejas de los jugadpres. Además, la expedición de Bielorrusia se alojaba en el mismo hotel y comieron sin consecuencias negativas del mismo buffet que, presuntamente, estaba envenenado.
La Federación Internacional también alega que durante el encuentro no se vieron indicios de que los jugadores eslovenos sufrieran problemas de salud. "Eslovenia afirmó que jugaron nueve jugadores pese a no estar bien y culpan a la supuesta intoxicación alimentaria por su rendimiento. Sin embargo hay que decir que el equipo hizo un buen partido e incluso llegó a tener una renta de cinco goles al inicio de la segunda parte. No hubo indicios en el campo de que los jugadores tuviesen un rendimiento menor a causa de enfermedades".