Ana Peleteiro es uno de los nombres más reconocibles del atletismo español. Su carácter pasional y su carisma la han convertido en los últimos años en un rostro muy identificable, en uno de los grandes iconos e imágenes del deporte nacional. Además, siempre se ha tratado de un talento sobresaliente llamado a conseguir grandes hitos y récords a nivel mundial, porque a nivel nacional ya casi no tiene rival.
La gallega, nacida en Ribeira hace 25 años, tiene fijado en los Juegos Olímpicos de Tokio su gran objetivo del año y allí espera estar a su máximo nivel, con su mejor sonrisa y con ese corazón que muestra al mundo después de cada éxito. Sin embargo, dentro de una atleta formidable se encuentra una personalidad complicada, muy competitiva, visceral, que no se calla ante nada y ante nadie y encuentra sus mejores aliados en la adrenalina y en la supervivencia de jugárselo todo a una carta.
Ahora acaba de llegar de los Campeonatos de Europa celebrados en Polonia donde ha conseguido subirse de nuevo a un podio de la máxima exigencia. Peleteiro no quería volverse de este certamen sin morder un metal y por sus santas narices que lo ha conseguido, en el alambre, al borde del abismo, pero ha vuelto a celebrar un éxito rotundo que le da moral para afrontar con más ganas e ilusión su camino hacia el sueño olímpico.
El éxito de Torun
Ana Peleteiro no ha tenido unos últimos meses fáciles. Su preparación ha sido de lo más extraña e incluso ha despertado alguna crítica. Pero su talento y su irreverencia ante el fracaso se han vuelto a imponer a todos los fantasmas que podía rodearla. En la última oportunidad, rozando el precipicio, pero ahí es donde 'la Peleteiro' saca toda su garra y todo pundonor para derribar barreras como no lo hace nadie, volando más allá de su imaginación y firmando récords casi imposibles.
El de Torun ha sido el enésimo gran reconocimiento de su carrera, el último éxito, el triunfo más reciente. Una medalla de plata que casi sabe a oro, y es que el reflejo del metal dorado se quedó a tan solo un centímetro. Cierto es que el bronce acechaba incluso más cerca, pero al final esa presea plateada hace justicia con una deportista de ley.
Su ambición desmedida y sus ganas de triunfar han podido con todo durante su participación en los Campeonatos de Europa de Torun, donde firmó un formidable salto de 14,52 metros. Lejos de sus mejores marcas, pero que suponen un buen punto de partida para este sprint que resta hasta los Juegos de Tokio. Cierto es que se quedó a un suspiro del 14,53 de Patricia Mamona, pero también es verdad que su perseguidora, la alemana Neele Eckhardt consiguió igualar su marca, pero le perjudicó tener un segundo peor salto que la gallega.
Ahora, ese centímetro que le ha separado de revalidar su oro ganado en Glasgow 2019 y esas marcas lejanas que adornan su corta trayectoria deportiva en la élite son la meta que se pone camino a la villa olímpica de Japón, donde espera estar en plenas condiciones físicas para brindar a la afición española otro éxito histórico. Guste o no gusta, la de Ana Peleteiro siempre es una de las medallas más esperadas, su carisma la precede.
Una carrera meteórica
A pesar de tener solo 25 años, Ana Peleteiro ya es una de las grandes referencias en el atletismo español. Nadie consigue hacerla sombra en la prueba de triple salto y en sus inicios incluso hizo sus pinitos en pruebas como los 100 metros lisos donde también demostraba ser veloz y muy explosiva. Por ello, desde siempre ha estado considerada como un as a seguir tanto dentro como fuera de las fronteras nacionales.
Desde su paso a la categoría de sub18, cuando se proclamó en plusmarquista nacional en todas las categorías, Ana Peleteiro se convirtió en una atracción brutal, algo que le ha acompañado en cada competición hasta el día de hoy, cuando sigue despertando una expectación tremenda. Eso, lejos de generar presión, le ofrece la tensión competitiva que necesita para superarse día tras día.
Ana comenzó a despuntar en el deporte en su tierra, en Ribeira, donde permaneció hasta los 17 años compitiendo en la Asociación de Atletismo e Deportes do Barbanza. Desde allí dio el paso a Madrid, para entrar en el Centro de Alto Rendimiento y seguir con su formación, explotando sus muchas virtudes y puliendo sus pocos defectos. Y por el camino, un fichaje por la sección de atletismo del FC Barcelona. Ahora, reside en Guadalajara, su lugar habitual de entrenamientos cuando no está de competición en competición.
Sus mayores éxitos en la élite han sido su medalla de bronce en los Campeonato del Mundo de pista cubierta de Birmingham en el año 2018, su bronce en los Campeonatos de Europa de Berlín, su medalla de plata en los Campeonatos de Europa por Naciones de Polonia y su medalla de oro en los Campeonatos de Europa de Glasgow del año 2019 donde tocó el cielo llegando incluso a firmar el récord nacional con un salto de 14,73. Esta medalla de Torun se une a su ya extenso palmarés con la esperanza de que en unos meses pueda volver a pelear por el podio en Tokio.
Un personaje diferente
Además de ser una gran campeona y de tener un talento pocas veces visto en nuestro país para el triple salto, Ana Peleteiro siempre ha sido un personaje diferente, peculiar, distinta a los demás. Ella misma ha reconocido en algunas ocasiones que esa personalidad y ese carácter le han jugado malas pasadas, pero es parte de su encanto, de su grandeza, del pack indivisible que ha creado su legado.
Uno de sus episodios más recordados fue su enfrentamiento con el partido político VOX y con su líder, Santiago Abascal, cuando este comunicó que se personaría en Galicia para apoyar a su candidato en las elecciones autonómicas del pasado año. Peleteiro, en acto propio de su personalidad a veces incontrolable, respondió a esta noticia asegurándole a Abascal que mejor no fuera, que lo único que había verde en Galicia eran los montes. El líder político iba a estar, entre otros municipios, en su localidad, la de sus orígenes, Ribeira. Este hecho, por el cual Peleteiro tuvo que sacar un comunicado, le llevó a recibir numerosas críticas y algún insulto bastante indeseable que le hicieron, una vez más, sacar la cara por su color de piel a pesar de su esencia nacional.
Porque otro de los propósitos que más defiende Peleteiro es la lucha contra el racismo y el apoyo a las libertades e igualdades sociales. A pesar de que ella es "gallega al 100%" y de que su madre biológica también lo es, no olvida sus raíces, las cuales ha intentado conocer viajando a África en varias ocasiones. Ana Peleteiro fue adoptada cuando era pequeña y ni siquiera sabe quién es su padre biológico, pero aún así asegura que no busca su origen familiar, si no su esencia, la cual es gallega con influencias también llegadas desde África. Es por eso por lo que siempre se ha manifestado en favor de este tipo de causas.
Por si esto fuera poco, Peleteiro siempre ha sido protagonista también de las mujeres y sus derechos, intentando dar ejemplo desde su propia experiencia personal. Uno de sus gestos más sonados fue incluir su intención de ser madre en un contrato con la marca deportiva que le viste. Hacerle saber a una gran empresa que podía vivir un parón prolongado para cumplir el sueño de la maternidad es algo que siempre ha perseguido, ya que no entiende que se sea benevolente con una persona que sufre con una lesión y no con una mujer que decide ser madre. Y por si todo esto fuera poco, a pesar de sus éxitos y de su exigencia, no ha olvidado sus estudios cursando la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en el INEF.
Su paso por televisión
Ana Peleteiro tiene ha conseguido a lo largo de estos años una importante fama tanto en España como en el mundo, aunque esta es evidentemente mucho mayor en los círculos donde el atletismo y las pruebas del triple salto se viven con gran pasión. Sin embargo, el carácter versátil y desenfadado de la deportista gallega le han llevado a tomar en los últimos meses alguna que otra decisión sorprendente.
Sin duda, una de las más relevantes ha sido su participación en el programa de Antena3 El Desafío, un programa que consistía en ir superando diferentes pruebas y retos de capacidad física, técnica y mental que ponía las habilidades de los concursantes a prueba. Y allí ha estado Ana Peleteiro, dándose a conocer un poco más entre el público y dejando una imagen muy pocas veces vista, la de una deportista profesional en activo y con competiciones importantes por disputar participando en una especie de show televisivo.
Además, su participación ha sido de lo más controvertida ya que muchos esperaban un mejor resultado de la gallega por su innegable capacidad física y por condición de atleta mundial. Durante el programa, este "bajo" rendimiento le ha llevado a tener algunos piques con los miembros del jurado del programa, lo que ha permitido también conocer ese carácter aguerrido y casi impulsivo que para ella es clave en su competitividad y en su vida profesional.
Así es Ana Peleteiro y así ha pasado los últimos meses de su vida, entre algún lío político, apariciones y conflictos de televisión y preparando unos Campeonatos de Europa en los que, aunque no ha revalidado su medalla de oro, sí ha vuelto a saborear las mieles del podio y que han supuesto una inyección de moral de cara a esos Juegos Olímpicos de Tokio.
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