El Consejo Superior de Deportes tendrá cuatro presidentes diferentes en apenas cuatro años. El cuarto nombre está por conocer. La marcha de Irene Lozano a las listas de Ángel Gabilondo y el PSOE de Madrid así lo han dictaminado. La todavía Secretaria de Estado, que sorprendió al ser designada por Pedro Sánchez para el cargo, ha protagonizado otro cambio de guion inesperado en una muestra de la poca relevancia que parece darse desde el sector político al CSD.
Irene Lozano llegó al Consejo Superior de Deportes el año pasado (2020), meses antes de que estallara una pandemia por la Covid-19 que ha marcado su gestión. Lozano recibió críticas, muchas. No tenía ninguna relación con el deporte y la presión que implica el cargo generó cierta incertidumbre en torno a su persona. Además, tenía que suplir a María José Rienda (nombrada en verano del 2018), un perfil completamente diferente y que a su vez había relevado a José Ramón Lete (2018), nombrado bajo el gobierno del Partido Popular. Tres nombres diferentes desde 2018, dos de ellos ligados a la política -Lete y Lozano-, que reflejan la inestabilidad que viene sufriendo el organismo del deporte nacional.
Porque la marcha de Lozano, por el momento en el que se ha producido y la poca previsión que había en que se desarrollara dicho movimiento, ha sorprendido al mundo del deporte. Y más teniendo en cuenta que la también periodista abandona una Secretaría de Estado para ocupar un puesto en las listas socialistas en Madrid, donde alcanzar el gobierno autonómico parece bastante complicado a la vista de las últimas encuestas, y sin tener un puesto entre las tres primeras plazas. Como reconocía a las pocas horas de conocerse la salida la propia Rienda en Radio Marca, "hay que tomarse en serio el deporte". Y estos constantes cambios al frente de organismo no ayudan a ello.
Irene Lozano se convirtió oficialmente en la presidenta del Consejo Superior de Deportes el último día de enero. Febrero suponía un inicio completamente diferente para ella, que hasta el momento había ocupado cargos alejados del mundo del deporte. La confianza de Sánchez la catapultó hacia dicha posición. Pero esa falta de vinculación la puso en el disparadero: rivales políticos, instituciones deportivas... La mayoría de ellos sembraron la duda sobre cómo iba a poder gestionar el CSD. Fácil no era, aunque lo peor estaba por llegar.
La entonces presidenta se rodeó de un equipo de confianza y mantuvo a caras importantes en el deporte español como Jennifer Pareja, que estaba ocupando el puesto de asesora y que continuó durante la presidencia de Irene Lozano. Su protagonismo en la gestión no fue a menos y públicamente ha sido un rostro muy activo en el trabajo que se producía en el Consejo. Debían preparar los Juegos Olímpicos, era año de Eurocopa, también se tenía que intervenir en la relación entre RFEF y LaLiga y, de por medio, había un Convenio Colectivo histórico en el fútbol femenino.
Lozano aguantó todo ello. Incluso las peticiones de dimisión tanto por las dudas sobre el regreso del deporte no profesional o el 'caso Fuenlabrada' que, como publicó EL ESPAÑOL, abrió una grieta con el PSOE de A Coruña. Todo ello queda en una etapa de la vida política de Irene Lozano, que inicia una nueva andadura tras poco más de un año de experiencia.
Proyectos a medias
Irene Lozano abandona el CSD en un momento determinante para el futuro. Aunque desde su entorno trasladan que han cumplido con sus objetivos, especialmente por haber conseguido mantener con cierta estabilidad al deporte en meses de crisis sanitaria, hay grandes proyectos que la socialista deja a la mitad y que se habían planteado como piezas fundamentales de su etapa en el CSD.
La más reciente es la creación de una Liga Profesional de Fútbol Femenino. La primera en la historia de España. Era darle a las chicas el mismo estatus que los hombres, cuya Liga es una de las mejores del mundo. Las reclamaciones de los clubes venían desde hacía tiempo, pero tras la firma del Convenio Colectivo parecía más cerca la profesionalización. En verano se confirmó a los implicados que la apuesta del Gobierno era firme, tanto por presión social como por objetivos de igualdad. Por lo tanto, era cuestión de tiempo que se confirmara la creación de esa liga femenina profesional. Tras hacerse público, el CSD sondeó a todos los protagonistas del fútbol femenino para saber cómo debía ser la nueva liga. En un documento que desveló EL ESPAÑOL se pedían opiniones y propuestas a decenas de representantes de la disciplina.
Sin embargo, la que tenía que ser una reunión determinante no se ha producido hasta este mismo jueves. Justo unas horas después de que se filtrara su dimisión en el CSD y salto a las listas del PSOE de Madrid. Al acto iban a acudir jugadoras, dirigentes de clubes y, muy importante, la vicepresidenta Carmen Calvo.
La convocatoria del acto se produjo al mediodía del miércoles. Apenas unas horas después saltaba la noticia. La reunión, de alguna manera, quedaba más dibujada como un acto de campaña. Y más teniendo en cuenta que los datos dados sobre esta nueva liga son escasos. Por si fuera poco, cabe recordar que el Convenio Colectivo está denunciado por AFE, por lo que la creación de esta liga se producirá una vez se supere ese escollo con una nueva negociación del convenio como pide el sindicato. Es decir, el proyecto no está ni mucho menos cerrado.
Otro de los retos que surgieron en su etapa al frente del CSD era la vuelta del público al deporte profesional: La Liga, Segunda y la ACB. Por el momento está completamente paralizado por la situación sanitaria y los planes presentados por las diferentes organizaciones no han salido adelante. De hecho, hasta Javier Tebas ha mostrado en las últimas horas sus impresiones sobre la parálisis del regreso de aficionados, que se llegó a intentar que fuera bien a finales de abril o incluso en la Copa del Rey de principios de dicho mes. El público y su vuelta a los estadios, cuya competencia reside en el CSD, sigue en el aire.
La promesa de Lozano fue que a final de temporada podría haber hinchas. No dieron ninguna fecha clave y su plan, según lo trasladado a este periódico, siempre era el mismo: recibir el visto bueno de Sanidad y no meter ninguna prisa que pudiera generar problemas sanitarios. El Gobierno, por medio del ministro Rodríguez Uribes, ha mantenido la misma postura de no poner fecha concreta y dejar en manos de los "expertos sanitarios" la fecha.
Pero, a estos dos grandes problemas del deporte español, se suman otros menos seguidos para los aficionados pero de gran relevancia. Uno, la Ley del Deporte, completamente anticuada y que urge se renueve, tal y como piden diferentes sectores del deporte nacional. Se viene trabajando desde hace meses y el ministro Uribes ha asegurado que muy pronto se darán nuevos detalles. Sin embargo, Lozano deja el CSD sin su publicación. Igualmente, la Ley de Antidopaje, cuyo anteproyecto fue aprobado en octubre y que debe ser tramitada.
Su adiós, más allá de producirse con estos asuntos sin concretarse, llega a escasos meses de los Juegos Olímpicos y en un momento donde el reparto de fondos europeos se está peleando desde el sector político. El equipo de Lozano llevaba semanas trabajando en ellos, pero abandona el organismo a la mitad. El papel del deporte, tanto desde el Consejo de Ministros como desde la propia Lozano, fue designado como una de las palancas para salir de la crisis de la Covid-19.
Lozano también cumple
Más allá de las críticas, Irene Lozano ha conseguido marcharse con el agradecimiento de diferentes organismos. Asociaciones como la ACFF, que aglutina a gran parte de los equipos femeninos, consiguió reunirse con mano derecha de la Secretaria de Estado, De Arístegui, para tratar la profesionalización del fútbol femenino. Un reconocimiento que, por el simple hecho de lograr la reunión, mostró ese carácter apaciguador que ha marcado su etapa al frente de la presidencia.
"La ACFF quiere destacar su interés y atención para con esta Asociación y sus miembros, y muy especialmente su apuesta por el futuro del fútbol femenino, habiendo asumido y liderado el histórico compromiso de hacer realidad nuestra propuesta de profesionalización de la Primera División Femenina a partir de la temporada 2021-2022", han reconocido en un comunicado. De igual manera, la ACB: "A lo largo del último año, la ACB y el CSD han trabajado de forma coordinada para solventar de la mejor forma posible los retos de la pandemia".
Reconocimientos que no son baladíes. Lozano contaba con gran oposición en el mundo del deporte. Además de todas esas dudas que nacieron desde que tomó posesión. Sin embargo, en un año marcado por la pandemia ha conseguido mantener lo más calmado posible el mundo del fútbol. Las batallas entre LaLiga y la RFEF han contado con su intervención, logrando los Pactos de Viana y acabando con el veto a los partidos de los lunes y los viernes, los cuales implicaron dejar libre las mañanas hasta las 14:00 para el deporte no profesional.
De igual manera, Irene Lozano consiguió cerrar el pacto para el protocolo de regreso del deporte no profesional. La nueva acompañante de Gabilondo se encontró con las tensiones de diferentes federaciones e incluso de otros altos cargos. El COE y el Ministro, en plenas negociaciones, acabaron llevándose todos los focos mediáticos. El equipo de Lozano, sin embargo, siempre optó por la vía del pacto y no de la polémica.
El gesto que reflejó las intenciones de la Secretaria de Estado fue la creación de una especie de reunión periódica con diferentes deportistas del CAR. Lozano, acompañada de su equipo, quiso ganarse la confianza de los atletas españoles conociendo sus impresiones por medio de encuentros fijos en el calendario. Una forma de acercase a los de a pie y que, de alguna manera, disminuyó ese perfil político de un cargo como el suyo. La prórroga de las becas ADO o conseguir que los presupuestos tengan la mayor partida para el deporte de la historia en este siglo son otros de los logros que quedan en su currículo.
Ese perfil de calma, negociación y trabajo en medio de un clima de crispación son algunas de las características que la llevan a formar parte del equipo de Gabilondo, que ya busca 'pescar' en el votante de centro de Ciudadanos y alejarse lo máximo posible del Podemos de Pablo Iglesias.
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