El camerunés Francis Ngannou noqueó este domingo al estadounidense Stipe Miocic en el segundo asalto de la pelea estelar del UFC260 disputado en Las Vegas (EEUU) y se proclamó campeón del peso pesado de la UFC. Ngannou aprendió de los errores del pasado y triunfó. 'El Depredador' salió con un plan mucho más mesurado, maduro y sólido que en el primer duelo. Acaba con el reinado de uno de los pesos pesados más completos de la historia.
El camerunés se mostró mucho más paciente y menos efervescente en los primeros compases. Sabedor de su poder y consciente de las capacidades de su rival, fue más selectivo al golpear. Tomó el centro del octágono y espero su momento para dar rienda suelta a las hostilidades. La superioridad física fue apareciendo durante el combate y terminó decantando la contienda.
Miocic quiso llevar la contienda a la lucha y se sorprendió. Ngannou conectó varias manos poderosas a ras de lona y exhibió una gran evolución técnica. Gran culpa de su mejora la tiene su amigo Kamaru Usman, campeón nigeriano del peso welter y pilar fundamental de su preparación en este ámbito para la pelea. El estadounidense hizo valer su experiencia, su tolerancia al castigo y salió del atolladero como pudo.
En el segundo asalto una izquierda del camerunés marcó el destino de la división. Miocic, visiblemente tocado, quiso contestar a un contundente directo yendo al frente y se equivocó. Ngannou lo recibió con un gran gancho de izquierda e hizo tronar el mentón de su rival para colgarse el oro de la UFC a sus 34 años. Suma 16 victorias -12 por 'KO'-, solo 3 derrotas y es su quinto triunfo consecutivo. 'El Depredador' escribe con letras de oro su nombre en la historia de la compañía. El camerunés se convierte en el primer campeón africano de la historia del peso pesado de la UFC y en el tercer monarca del continente, en activo, tras los nigerianos Kamaru Usman e Israel Adesanya.
Luque, más cerca
El brasileño, de ascendencia chilena, Vicente Luque venció por sometimiento al estadounidense Tyron Woodley en el primer asalto de la pelea coestelar tras un gran contragolpe que puso en aprietos al excampeón del peso welter.
No hubo estudio ni especulación. Woodley salió desde el comienzo al agarre e intentó llevar la iniciativa de la pelea. El estadounidense tiró buenas manos, pero Luque decantó la balanza a su favor con un preciso golpe de poder que dejó tocado a su rival y marcó el devenir de la contienda.
El brasileño llevó la pelea a ras de lona y rubricó su victoria con un candado al cuello. Luque sumó su tercera victoria seguida y llamó a Nate Díaz. Problemas para Woodley. A sus 38 años, es su cuarta derrota consecutiva y se le presenta un futuro incierto.
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