La historia de Diego Sánchez en la UFC no podría estar terminando peor. El conocido luchador no va a poder despedirse de todos sus fans en una última lucha como estaba previsto y, además, ahora está envuelto en un lío tremendo en el que incluso teme por su vida. Así lo ha manifestado ya en varias ocasiones.
Diego Sánchez ha permanecido a la UFC durante 16 años y ahora, a los 39, tenía previsto poner el punto y final a su carrera deportiva con una última lucha contra Donald Cerrone, uno de los pesos pesados más históricos de la compañía. Sin embargo, tras unos problemas con su historial médico, el luchador ha sido despedido y el caso ha tomado ahora una especial relevancia tras sus últimas denuncias. Al parecer, el representante de Sánchez decidió no entregar su ficha médica a los responsables de la UFC para ese último duelo.
Diego Sánchez ha narrado en sus redes sociales cómo han sido los avances de estos últimos días y sus conversaciones con su agente y entrenador, Joshua Fabia, quien ha estado en contacto con varios responsables de la UFC como Sean Shelby y Hunter Campbell: "La UFC quería que dijera que no estoy experimentando ningún problema neurológico y que no tengo efectos secundarios de salud a largo plazo por pelear durante 16 años en la UFC".
Tanto Sánchez como su agente sospechan que, justo en antes del último combate de su carrera, la UFC quería dejar al luchador sin su seguro médico de cara a responder ante posibles responsabilidades por futuros problemas que pudiera desarrollar a raíz de tantos años de golpes y desgaste extremo por el bien del espectáculo de la UFC.
La denuncia de Sánchez
"Mis asesores me dijeron: 'Básicamente, lo que están tratando de hacer es, justo antes de que lleves a cabo tu última pelea, asegurarse de tener documentos tuyos diciendo que nunca sufriste nada. Entonces, básicamente, estás siendo forzado, siendo intimidado para que renuncies a tus derechos médicos y posibles responsabilidades médicas de UFC'. Dicho esto, enviamos un correo electrónico a Hunter y la respuesta fue muy rápida. Decía que habían optado por pagarme el cien por cien de la pelea". Así explica Sánchez como la UFC intentó tapar con dinero su oscura gestión.
Mientras la UFC, que no se ha pronunciado todavía oficialmente, acusa a Joshua Fabia de haber roto la relación entre luchador y compañía, Sánchez ha hecho saltar todas las alarmas con sus últimas declaraciones: "Les voy a decir con franqueza en este momento, que temo por mi maldita vida. Tengo miedo de que esta empresa, este monopolio empresarial de miles de millones de dólares en todo el mundo, venga por mí. Algo podría pasarme en dos años. Quizás hagan algo en mi coche. O tal vez acabe: 'Oh, Diego tuvo una sobredosis, o se suicidó'. No sé, pero no conocen el nivel de maldad que hay dentro de esta corporación". Esta era la llamada de auxilio de Diego en el programa MMA Today de SiriusXM Fight Nation.
Sánchez aseguró también que la UFC mueve sus hilos para controlarlo todo, hasta las redes sociales, creando cuentas y perfiles falsos para lanzar mensajes y comentarios para influir en la opinión pública y dirigir la forma del mensaje que cala en las masas. Por último, Diego, que asegura que tanto él como su equipo llevan grabando las conversaciones con la UFC los últimos daños, pide una reunión con Danna White que no le ha sido concedida: "He sangrado, he sudado, he llorado por esta maldita compañía y llevo años tratando de hablar con él y no ha querido dedicarme 45 minutos".
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