El atletismo se ha acostumbrado a vivir entre la polémica en los últimos tiempos por diferentes factores. Algunos de esos motivos son los novedosos métodos de entrenamiento propios de los nuevos tiempos, en otras ocasiones los controles para detectar sustancias prohibidas o la lista para elegir cuáles de esas sustancias se permiten y cuáles no.
Sin embargo, hay un elemento que ha centrado muchos debates y muchas discusiones en torno al nuevo rumbo que lleva el atletismo, particularmente las pruebas de velocidad, pero también las de larga distancia. En general, todas las que implican una carrera hacia la línea de meta y que se ayudan de este elemento para sacar una ventaja. Se trata de los nuevos y polémicos modelos de zapatillas que ya han recibido muchas críticas por parte de sectores muy influyentes que amenaza incluso con desestabilizar el atletismo.
Las polémicas zapatillas
El uso de según qué zapatillas ha centrado mucho el debate en el atletismo en los últimos años dando lugar a muchas polémicas, especialmente por parte de atletas, en activo y ya retirados, que consideran ilegales los nuevos modelos creados con materiales cada vez más ligeros y que además ofrecen una especie de impulso en cada pisada que, lógicamente, ayuda en la carrera.
El debate se ha establecido entre aquellos que consideran que simplemente se trata de un avance tecnológico en el uso de esos materiales como ya se ha producido en épocas anteriores y aquellos que critican ferozmente que es una aberración permitir este tipo de elementos que desvirtúan la actuación de los atletas, especialmente respecto a sus antecesores.
En especial, hay un tipo de zapatilla, las conocidas como 'Super Spikes', de relativa nueva entrada al mercado y utilizadas en pista, que están centrando este debate de forma trascendental. Los récords en este tipo de pruebas suelen ser los más perseguidos y algunos históricos como Usain Bolt podrían ver peligrar sus míticos registros si estas nuevas armas permiten a sus competidores ir todavía más rápido de sus propios límites. Lo cierto es que la World Athletics lleva ya varios años intentando controlar una situación de lo más polémica.
El reinado de Bolt
Uno de los nombres más ilustres que ha participado de este debate criticando los nuevos avances, especialmente en el mundo de las zapatillas, ha sido Usain Bolt, el hombre más rápido de la historia, el rey de las pruebas de los 100 metros lisos, los 200 metros y el relevo de 4x100 con el equipo jamaicano. El corredor ya retirado a pesar de tener solo 34 años considera que con ayudas como esas famosas zapatillas, es mucho más fácil romper récords históricos que han costado muchos años de esfuerzo y de preparación en una situación que no ve justa.
De hecho, Bolt ha construido su crítica a partir de su experiencia personal, ya que considera que si él hubiera podido competir con esas zapatillas o con un dispositivo similar, podría haber bajado incluso más sus estratosféricos registros. Además, se ha atrevido a pronosticar que cree que podría haber roto una barrera casi inhumana, la de los 9,50 segundos en la prueba de los 100 metros lisos. Su actual récord mundial en dicha prueba está en los 9,58.
En vista de lo que se está consiguiendo y de lo que él considera un acto de permisividad por parte de la World Athletics, Bolt asume que sus récords, a pesar de ser casi estratosféricos, terminarán cayendo porque las ayudas que se reciben de este tipo de complementos como en este caso son las zapatillas, son demasiado decisivas. Aunque asegura que no le preocupa y que es ley de vida, Bolt no ha podido evitar estallar ante un caso que considera un atropello a su legado. Eso sí, 'el relámpago' jamaicano cree que no romperán sus barreras en los próximos Juegos Olímpicos, ya que no ve ningún serio aspirante a robarle esa corona.
El ejemplo de Kipchoge
Este debate que se ha encargado de avivar Usain Bolt con la intención de proteger su legado y sus récords no es nuevo, sino que tiene ya un largo historial recorrido por detrás. Sin embargo, pudo tener uno de sus puntos más álgidos y más polémicos cuando Eliud Kipchoge se embarcó en el reto de bajar la mítica marca de las dos horas en la realización de una maratón.
Lo que comenzó siendo como un objetivo deportivo para la historia terminó convirtiéndose en un espectáculo comercial para promocionar unas zapatillas que estaban más cerca del dopaje tecnológico que de una simple herramienta para proteger los pies en la carrera.
Finalmente, Kipchoge, junto con las marcas INEOS y Nike que costearon toda la parafernalia montada alrededor de este reto, terminaron alcanzando su meta de bajar de las dos horas, ya que el atleta cruzó la línea final en un tiempo de 1 hora, 59 minutos y 40 segundos, lo que suponía pulverizar el récord del mundo de maratón, situado por él mismo en 2 horas, 1 minuto y 39 segundos.
Las zapatillas de la marca estadounidense utilizadas por Kipchoge no fueron aceptadas por la World Athletics y en este caso, el nuevo registro conseguido por el atleta keniata no pasó de un espectáculo mediático que, eso sí, llevó de nuevo al atletismo al primer foco mundial, presente en medios de comunicación de todo el planeta. Muchos lo consideraron como rizar el rizo, como una de las primeras veces que la evolución se pasaba de frenada incluso para los tiempos más modernos.
Mercado vs World Athletics
Muchos creen que el origen de este debate, o al menos el detonante, se encuentra en el mercado más que en los atletas o en esas ansias de romper récords a toda costa. Son las marcas las que invierten enormes cantidades de dinero en encontrar materiales cada vez más ligeros, más resistentes, más flexibles y ahora, que incluso pueda impulsar al atleta, que se adapten al pie, a la pisada y a los mil factores que influyen en cada carrera y en cada tipo de prueba.
Seguir produciendo, seguir innovando y seguir creando les ha llevado a descubrir zapatillas que incluso son consideradas ilegales, por ahora, para disputar pruebas oficiales o de computar tiempos, como sucedió en el caso de Kipchoge. Es el ritmo imparable del mercado, que obliga a buscar nuevas ventas y nuevos productos en cada resquicio.
Sin embargo, es ahí donde aparece el papel de la World Athletics, quien debe velar por la igualdad entre todos los deportistas y quien debe mirar por la integridad del atletismo. No obstante, sus miras cada vez más permisivas y que han generado críticas como las de Usain Bolt, que se resigna a terminar perdiendo sus récords, hacen que cada vez esté más plegada a las marcas por intereses comerciales y económicos y que estos avances cada vez tengan más cabida en el deporte de élite. Habrá que ver con qué velocidad la WA termina cediendo y cómo algunos de esos récords van cayendo mientras se aviva una polémica que podría dividir al atletismo.
[Más información: Usain Bolt no ve peligrar sus récords en los Juegos Olímpicos de Tokio: "Estoy muy confiado"]
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