Manny Pacquiao regresaba al boxeo profesional 763 días después de su último combate y lo hizo con un sabor bastante amargo. El afamado y mediático púgil filipino, considerado como uno de los mejores de la historia, tenía intención de hacer un regreso triunfal por todo lo alto que le sirviera para levantar un nuevo título en su carrera, pero la película no tuvo un final feliz para 'Pac-Man'.
El regreso de Pacquiao, aunque dejó espectáculo, evidenció que los mejores años del boxeador filipino ya han pasado y que a sus 42 primaveras, el final está más cerca que nunca. Igual a la vuelta de la esquina. Confiado de sus posibilidades, en la rueda de prensa previa al combate a seguraba que se sentía como un chaval de 24 con mucha cuerda por delante. Ahora, derrota en mano, ya no lo ve tan claro.
Y es que el boxeador cubano Yordenis Ugás ha arruinado la fiesta de su regreso por completo con una actuación muy seria y muy sólida que le llevó a ser declarado vencedor por decisión unánime con una tarjeta de 115-113, 116-112 y 116-112. Actuación convincente, pero sin arrasar, de Ugás.
En juego estaba el cinturón de Campeón del Mundo de la WBA del peso wélter, el cual había caído en manos del propio Yordenis, pero sin haberlo ganado sobre el ring. Por ello, el cubano también necesitaba una victoria de este tipo para sentirse campeón de pleno derecho y demostrarle a todo el mundo que merece estar en la posición en la que se encuentra actualmente.
Ugás tenía un plan que supo trazar a la perfección sobre el ring sin ver peligrar en ningún momento su integridad. A pesar de que trató con respecto a Manny, se sabía favorito para la contienda y por ello peleó desde la seguridad y la autoconfianza, demostrando tener un ideario sin fisguras para un combate de este tipo.
Manejando muy bien la derecha y las contras, buscó el rostro y el cuerpo de Pacquiao eligiendo siempre el momento oportuno para hacer daño, sin caer en precipitaciones. El filipino vio claramente que esta pelea no iba a ser su guerra y se desmarcó de una lucha que podría haberle dejado muy malparado. Solo quedaba esperar a la sorpresa, esa que no llegó.
Sobriedad y poco espectáculo
Picando en el momento preciso y sólido en defensa, Ugás jugó por momento con un Pacquiao falto de ritmo y sin la chispa necesaria para desarbolar el plan de su rival, que lo tenía todo medido al milímetro. Más que en la edad, que también, a 'Pac-Man' se le pudo ver sufriendo por esos más de dos años sin sentir la adrenalina de estar sobre el ring jugando al todo o nada, eso en lo que antes era el mejor sin discusión alguna.
Sin florituras, Yordenis no perdió la concentración en ningún momento de la pelea. Pensó en sus intereses y no en los de un público que se quedó con ganas de más espectáculo, pero que presenció un combate que podría ser histórico: el último en la carrera de Manny Pacquiao. El púgil filipino aseguró que necesita tiempo para pensar si este duro varapalo pone el final final a su exitosa y larga trayectoria sobre el cuadrilátero.
Su habitual lluvia de golpes no fue esta vez efectiva, ya que Ugás le dobló en porcentaje de acierto. El cubano golpeaba menos, pero lo hacía como una maza que ponía a temblar el esqueleto de un Pacquiao claramente debilitado. Sin más historia, Ugás se llevó la victoria y el título y quien sabe si ha escrito la última página de una carrera legendaria. A pesar de todo, Manny podrá seguir presgumiendo de ser el único púgil que ha reinado en ocho categorías diferentes y que ha ganado títulos mundiales en las décadas de los 90, 2000, 2010 y 2020, además de haber vencido a 22 campeones mundiales.
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