Todo aficionado al freestyle espera todo el año a la fecha que se celebra este viernes: la Final Nacional de la Red Bull Batalla. Los 16 mejores 'gallos' de España se enfrentan este viernes en Madrid, en un WiZink Center que volverá a abrir sus puertas para un evento así. Tirpa (Arriate, Málaga; 1998) es uno de los que buscará suceder a Skone como campeón nacional.
EL ESPAÑOL habla con el freestyler malagueño antes de la Red Bull. Llega después de haber sido la sorpresa en la última FMS Internacional y alcanzar la final, donde cayó contra el también español Gazir. Quiere revancha y tiene toda la ilusión del mundo en la competición con la que todos sueñas, la "Champions League del freestyle", como la define.
Una charla natural con un tipo natural que está viviendo su sueño y a su vez mantiene la esencia que le ha llevado hasta aquí. Sabe que las grandes figuras del freestyle son ahora los referentes de los más pequeños, pero tiene clara su identidad.
Pregunta: ¿Cómo te sientes de nivel y de confianza para la Red Bull?
Respuesta: "Es una competición de un nivel altísimo. Estás aquí con la élite del país y este año no hay un claro favorito como había en otras ediciones en las que a lo mejor estaba Chuty y era como 'va a ganar él y a ver quién queda segundo'. Este año está Gazir, que es el más duro, pero cualquiera puede dar la sorpresa. Confío en mi nivel y voy bien, pero voy al mismo tiempo voy tenso".
Siendo la Red Bull, ¿te lo tomas de otra forma?
"Es una cosa muy rara de explicar. La Nacional de Red Bull siempre va a tener una magia extraña. Me di cuenta porque después de cumplir el sueño de ir a la primera Nacional y clasificarme para la segunda creía que igual no era tan bestia. Me ha pasado con otras en las que he repetido, pero con la Nacional no, tío. Le envuelve ese halo de epicidad como si fuese la Champions League del freestyle. Todo el mundo la quiere ganar siempre".
Al final, la Red Bull es lo que tú y todos veíais de pequeños...
"Yo conocí las batallas porque vi el Joanarman contra Criterioh (2006), en las Red Bull con Mbaka... Yo voy a la Nacional luego con 17 años, como en Valencia, y flipas...".
Cuando empiezas no cargas con que tu pasión sea un trabajo ni la toxicidad de que tu vida sea pública
¿Cómo recuerdas el momento en el que empiezas en las batallas?
"Era una locura. Tendría 14 o 15 años cuando empecé y surgió como una tontería al ver los vídeos de la Red Bull con mis colegas y a los dos o tres que más nos molaba nos aprendíamos los minutos de esta gente. Así empezamos a tirarnos batallas entre nosotros y, evidentemente, aquello era fatal -risas-. Nos empezó a molar, ya empezamos a hacer algo, al menos no trabarnos, y empezamos a competir para algún día ir a la Red Bull.
Era gracioso porque teníamos 15 años e igual teníamos que ir a una batalla en Sevilla en la calle y teníamos que pillar un autobús o que nos llevara un colega más grande sin decir nada a mis padres. Fue una época muy bonita, pero muy dura porque no había recompensa. Muchos viajes, muchos esfuerzos, mucho dejarte tu dinero... Eso sí, no cargabas con que tu pasión fuese un trabajo ni la toxicidad de que tu vida fuera pública".
¿Y esa primera batalla? ¿Cómo fue?
"Fue en mi pueblo. Fue bonito porque yo estaba allí con mis colegas que también rapeaban y estábamos super nerviosos. Para nosotros era como si fuera la final de la Red Bull. Recuerdo que me apunté, le gané a mi colega que me tocó en primera y luego en cuartos perdí. Me moló esa mierda y quise seguir trabajándolo".
Luego con el tiempo das el salto a los escenarios. ¿Cómo de diferente fue?
"No es tan drástico como debutar del todo, que hacerlo por primera vez delante de gente es lo peor. Es muy difícil adaptarse. Más que chocarte estar con el micrófono y ver a la gente, es aprender a asimilarlo y entender lo que el escenario pide. El mayor fallo que hemos tenido todos los que hemos venido de muchos años compitiendo en la calle es que hemos llegado al escenario y nuestro primer año ha sido nefasto. No por ser malo sino porque en la calle se rapea de una manera y en la calle de otra.
En el escenario la gente busca otro tipo de rapeo, más enfocado al punchline, al ataque directo... Más como una obra teatral. En la calle estás en un corro y la energía de la gente es mucho más cercana. Ahí puedes rapear bailando con la base y te van a escuchar todos y te van a valorar todos. Hasta que no entiendes la vuelta de tuerca de un escenario y tu propio estilo lo adaptas a eso... telita marinera".
Se vive diferente en un escenario. Esa energía...
"Me gustan ambas. En escenario está guapísimo y lo recordé ahora con la FMS Internacional. Estar un año en plató nos hizo casi olvidarnos de lo que era rapear a puerta abierta, la energía del público, el feedback... Cuando llegué con el público, empecé a batallar y vi como tiraba un punchline y se rompía la grada fue... Por fin sentí esa adrenalina tan guapa de tenerlos ahí".
En una época en la que el freestyle no deja de crecer, se ha llegado a un punto en el que se ve a los niños batallar en los patios del colegio.
"Me parece una auténtica barbaridad. A mí me pasa desde hace no tanto, porque está creciendo esto de locura y me ha pillado en una época de crecimiento, pero voy al Mercadona del pueblo con mi madre y a lo mejor viene un padre o la cajera y me dice: '¿Tú eres el que rapea? Es que mi niño te tiene todo el día en la pantalla'. E igual el niño tiene 10 o 12 años. Ahora ya no es que todos los niños quieran ser Cristiano Ronaldo, hay un montón que quieren ser Chuty, Gazir, Sweet Pain, Arkano o yo.
El otro día vi a un colega al que no veía desde el bachiller y me dijo que su hermana era super fan. Te pones a pensar y es que los niños están viendo esto como una disciplina más a la que seguir. Es bonito inspirar a una generación venidera".
La imagen que se tiene de vosotros es de que sois chavales normales que rapeáis.
"Siempre que hacemos una batalla y ya terminamos, que estamos reventados, solemos ir a cualquier lugar a tomarnos una copa y tal a celebrar. En las fiestas así, toda la juventud que hay, cada minuto, va a venir a decirte algo. Y como nosotros somos como somos, que no nos molesta, van pasando chavales y nos hace hasta gracia. Los chavales ven que somos majos, que no somos irreales, somos cercanos, les hablamos de tú a tú...
Eso les mola y casi siempre que se despiden nos dicen cosas del tipo: 'Oye nos habéis parecido personas super humildes...'. Al menos, la gente te ve como alguien normal que rapea. No es como si ves a Bad Bunny y a lo mejor lo ves casi con un Transformer o un Pokemon -risas-".
Cualquiera puede dar la sorpresa, mira el año que ganó Bnet. Es lo bonito del freestyle
Volviendo a la Red Bull, ¿a quién ves favorito?
"Creo que puedo estar ahí, como pasó en la FMS Internacional. Pero al ser freestyle y algo que depende tanto del día y de cómo te encuentres, a lo mejor la sorpresa es Reuto, es Mario VI, es Jesús LC... Es lo bonito del freestyle. Mira el año que ganó Bnet y nadie se esperaba que ganara. Cualquiera puede dar la sorpresa".
Y si tuvieras que elegir un rival, con el que más te gustaría batallar en una Red Bull, ¿a quién elegirías? Uno de los de mañana y otro que no esté.
"De los que están mañana me gustaría muchísimo enfrentarme a Gazir porque tenemos como una saga de batallas bastantes bonitas. Y además por la revancha. O contra Blon que va como favorito, Sweet Pain también me mola, BTA que es amigo...
Y si me das alguien retirado pues, evidentemente, me gustaría enfrentarme a Piezas en su mejor momento. Era papá cuando le veía. Kodigo también me fliparía que siguiera compitiendo. No es ni necesario que fuera en Red Bull, que sería aún mejor, pero me dices que vamos a estar un cypher aquí los chavales y te lo compro.