Mary Cain (Nueva York, 1996) logró erigirse como una de las revelaciones del atletismo norteamericano. Su talento la llevó al estrellato muy pronto. Tanto que las grandes marcas y entrenadores no tardaron en echarla el ojo. Uno de ellos fue Alberto Salazar, una referencia del atletismo de origen cubano y nacionalizado estadounidense. El exatleta, reconvertido en entrenador, quería catapultarla y la fichó para Oregon Project. Años después, Cain le ha demandado por abusos tanto a él como a Nike, en este caso por no actuar pese a las advertencias de la deportista.
La demanda se ha confirmado en las últimas horas. Mary Cain achaca a Alberto Salazar un abuso psicológico con constantes insultos, humillaciones si no cumplía con requisitos de peso y hasta de control obsesivo por la alimentación de la deportista. Por su parte, a Nike le culpa de permitir que el entrenador "avergonzara a mujeres, convirtiendo sus cuerpos en objetivos e ignorando la salud y bienestar", según ha especificado la abogada de Cain, Kristen West McCall.
Por todo ello, reclaman cerca de 17,5 millones de euros de indemnización por los daños ocasionados. Sin embargo, una demanda de este tipo va mucho más allá. Alberto Salazar, cuya carrera ya está manchada por el dopaje, podría ver cómo las denuncias que siempre se han hecho sobre su carácter son corroboradas. Nike, a su vez, sufriría un duro golpe en la imagen de su marca en tiempos donde el comportamiento y la defensa de la salud mental cobran cada vez más importancia.
Así, Estados Unidos y su deporte de élite suma un nuevo caso de abusos por comportamientos excesivos. Algo que ha ocurrido en diferentes países y que ha puesto a más de un entrenador contra las cuerdas. En España, sin ir más lejos, la exseleccionadora de natación sincronizada, Anna Tarrés, que perdió el cargo en 2012 después de las denuncias de varias de sus nadadoras.
El supuesto infierno con Salazar
Alberto Salazar se situó como una referencia del atletismo estadounidense gracias a su carrera en las pistas. Nacido en La Habana, se nacionalizó norteamericano y labró toda su carrera en el país. Salazar se llevó varias veces la Maratón de Nueva York, una de las más seguidas del mundo, y también consiguió alzarse con la victoria en la de Boston. En 2011 se unió a Nike para el Oregon Project y por sus manos pasaron grandes nombres del atletismo como Mo Farah.
Fue justo con Farah con quien Salazar se hizo un nombre como entrenador, pues el británico consiguió proclamarse campeón de Europea, del mundo y olímpico en disciplinas como los 5.000 metros o los 10.000 metros. Por cosas como esta, Mary Cain no pudo dejar escapar la oportunidad de la llamada de Salazar. A sus 16 años comenzó a trabajar con él y en 2015, con 19, dio un paso atrás tras las escenas vividas.
Mary Cain rompió su silencio en 2019 en una entrevista para The New York Times. "Me metí porque quería ser la mejor atleta del mundo, pero en vez de eso recibí abusos físicos y psicológicos por un sistema diseñado a destruir el cuerpo de las niñas", relató. Entre otros incidentes, llegó a explicar que la hacían pesarse en público. La situación llegó a tal punto que Cain ha reconocido que en varias ocasiones intentó quitarse la vida. Su paso definitivo ha llegado con la demanda en 2021.
Alberto Salazar siempre ha negado los hechos. Tras confirmarse la demanda, medios estadounidenses han intentando sin éxito ponerse en contacto con él para conocer su defensa.
El cierre de Oregon Project
El año 2019 supuso el fin del proyecto de Nike para el deporte de alto rendimiento. También el fin de Alberto Salazar y una carrera de referencia en el mundo del atletismo. Por el contrario, supuso el impulso necesario para que Mary Cain rompiera su silencio e hiciera públicas sus graves acusaciones tanto al entrenador como a la marca.
Oregon Project, pese a ese triste final en 2019, se convirtió en un centro a tener en cuenta. Las instalaciones se abrieron en 2001 como toda una revolución en el mundo del deporte. Entrenamientos idóneos para cada atleta, condiciones óptimas para mejorar la resistencia las 24 horas del día. Todo enfocado a un éxito en la disciplina particular de cada deportista. El centro, situado en Oregon, acabaría con Alberto Salazar como gran jefe del proyecto.
Las primeras dudas llegarían en 2015, cuando un documental de la BBC relacionó a Alberto Salazar y su equipo con sustancias dopantes. Los deportistas de Oregon Project nunca habían dado positivo, pero el entrenador ya se veía obligado a lidiar contra los rumores que sus propios exatletas habían vertido sobre él. El golpe llegaría en 2019, cuando los rumores se convirtieron en hechos constatados.
La corte norteamericana sancionó en 2019 a Alberto Salazar (y su compañero Jeffrey Brown) con cuatro años sin ejercer por traficar con testosterona, administrar "una infusión prohibida" y participar "en la manipulación para intentar evitar que la USADA tuviese información sobre su conducta". Nike, dos semanas después, emitió un comunicado donde echaba el cierre al proyecto "para permitir que los atletas se concentren en sus necesidades de entrenamiento y competición". Hace apenas unas semanas, el TAS confirmó la sanción a Alberto Salazar.
El historial estadounidense
El deporte de élite en Estados Unidos no pasa por un buen momento en cuanto a control se refiere. Y es que en los últimos tiempos son varios los casos de abusos que han salido a la luz y que, de alguna manera u otra, han contado con la escasa acción de las instituciones que recibieron la información. Al igual que Mary Cain informó a Nike de lo que estaba sucediendo sin aparente respuesta, como ella ha denunciado, tampoco en otros casos populares se contó con el respaldo de las organizaciones.
El más reciente en el calendario es el del fútbol femenino. La liga nacional estadounidense, una referencia en el mundo, suspendió su jornada del fin de semana tras las denuncias de varias jugadoras de los abusos de un entrenador. El sindicato dio un paso al frente y llamó a la reivindicación, por lo que la competición acabó cediendo y mostrando su apoyo con la suspensión de la jornada. Sin embargo, ese gesto no fue suficiente.
Algunas jugadoras como Alex Morgan, rostro muy popular en el fútbol femenino, no dudó en mostrar unos correos electrónicos dirigidos a la competición donde informada de lo sucedido sin que hubiera reacción alguna. "La liga fue informada de estas acusaciones varias veces y se negó a investigar las acusaciones. La liga debe aceptar la responsabilidad de un proceso que no protegió a sus propias jugadoras de este abuso", explicó en redes. Un fracaso de la organización que, por el momento, no se ha cobrado ninguna víctima.
De igual manera, en el mundo de la gimnasia estadounidense también se conocen varios casos. Uno de los más destacados fue el del 'depredador' Nassar, tal y como le conocían algunas de sus víctimas. Este médico abusó del equipo nacional de gimnasia abusó de hasta siete chicas, algunas de ellas menores. Simeone Biles, bronce en los Juegos Olímpicos, fue una de las que denunció los abusos de Nassar. También Geddert, que llegó a ser una eminencia como técnico, colaboró con Nassar y abusó de otras tantas gimnastas para acabar quitándose la vida antes de ser encarcelado.
El caso de Mary Cain no incluye abusos sexuales, pero sí físicos y psicológicos. La gran cuestión estará en si la imagen de Nike se ve perjudicada por no haber tenido en cuenta las denuncias de la quien por entonces era una joven atleta. La trayectoria de Alberto Salazar, ya manchada por el dopaje, no haría más que caer en picado.
[Más información: Mary Cain, la promesa del atletismo que acusa a Nike de acabar con su carrera por los abusos físicos]