Youba Sissokho, capitán de la Selección de boxeo: "España es mi país y lo defiendo con mis puños"
EL ESPAÑOL habla con Youba Sissokho, quien acaba de debutar en el boxeo profesional y competirá con la selección española en el inminente Mundial.
22 octubre, 2021 06:00El Mundial masculino de boxeo se celebra del 24 de octubre al 6 de noviembre y España viajará a Serbia con nueve representantes. Al frente del equipo estará su capitán Youba Sissokho (Dakar, Senegal; 1991), quien el pasado 24 de septiembre debutó como profesional con victoria en la primera velada de Noches de Gloria y ahora quiere demostrarse a sí mismo que puede competir contra los mejores del mundo.
Las expectativas con el equipo español están por las nubes. Tras hacer pleno de diplomas en los Juegos Olímpicos, con papel destacado para Gabriel Escobar y Enmanuel Reyes, la Selección quiere volverse del Mundial con algún metal y Youba está en las quinielas. A él, una votación polémica y la pandemia le dejaron sin ir a Tokio 2020, pero no siente que tenga ninguna espina clavada, como reconoce a este periódico.
EL ESPAÑOL ha hablado con Youba Sissokho antes de marchar hacia el Mundial, en el que competirá en la categoría -71kg. Es el último reto de un boxeador experimentado con más de 100 combates y un bronce en el Europeo de 2015. En el horizonte está París 2024 y seguir creciendo en el sector profesional de la mano de la promotora Emporio Boxing.
Nacido en Dakar, hace casi 30 años, su familia se mudó a Mallorca cuando tenía seis meses. Su casa es España, lo tiene claro, pero su sangre siempre será africana, de ahí que le apoden el 'león'. Su carácter guerrero viene de una familia que nunca se rindió y es por ella por la que no baja los brazos por muchas dificultades que vengan, que no han sido pocas. Por ejemplo, en Río 2016, los únicos JJOO que ha disputado, no pudo rendir porque unas pruebas médicas erróneas le dijeron que podía tener cáncer.
De aquel mal diagnóstico y de otros baches no hay ni rastro en la fortaleza de Youba. Entiende la vida como un camino en el que hay que valorar incluso lo malo porque ello acaba desembocando, en muchas ocasiones, en lo bueno. A base de golpes se aprende y a base de golpes espera llevar a España a lo más alto en el Mundial.
¿Qué tal fueron las sensaciones en tu debut profesional? ¿Sentiste gran diferencia?
La preparación ha sido un poco más específica. Son más asaltos, hay que ser un poco más contundente... Lo único que destacaría como diferencia de lo que ya estaba entrenando sería eso. Asentar las piernas, trabajo de controlar las distancias y más trabajo de larga duración que de explosividad.
¿Por qué decides dar el salto al boxeo profesional?
Como estaban permitiendo a los deportistas profesionales optar a la clasificatorias olímpicas, no era un adiós a los Juegos. Es una manera de probar esa modalidad, ver cómo nos adaptamos y sentir esa sensación de subirse al ring en la modalidad profesional porque creo que tenemos combates y experiencia suficientes como para poder hacer también algo ahí.
Vamos a intentar enlazar los dos caminos. Vamos a trabajar. No nos olvidamos de París, que está aquí al lado, pero tampoco de poner piedra a piedra en el otro y empezar a construir un pequeño castillo.
Y ahora el Mundial, ¿cómo te sientes para la cita?
Llego bastante animado, con bastantes ganas. No he parado de prepararme después de mi debut profesional. Descanse unos días y rápidamente volví otra vez al trabajo junto a mi equipo, así que creo que lo afronto con mucha energía mental positiva. Tengo ganas de disfrutar, de ver en qué nivel estoy. Demostrarme a mí mismo, a nadie más, que estoy al nivel de los mejores del mundo.
¿Con qué expectativas vas tú? ¿Te pones un objetivo concreto?
Son muchos años en el alto rendimiento. Han sido muchos años de quemarme mentalmente, de ir a los torneos pensando en lo que tengo que demostrar y que soy de los mejores. Al final, es algo que cada día me lo demuestro a mí mismo, que soy el mejor, que por todo lo que he superado puedo ser mejor. Y creo que a día de hoy no tengo que demostrarle nada a nadie.
En el boxeo mundial estamos todos más o menos en el mismo nivel. El resultado depende de una pequeña decisión, de una pequeña acción. Te pegas una preparación de campeonato, llegas y no te sale bien y te olvidas de disfrutar. Dios tiene todo escrito y lo único que hay que hacer es dar el mil por mil a la hora de trabajar y llegar allí y disfrutar. El resultado llegará solo. Si tiene que llegar, llegará. Yo no tengo que demostrar ya nada a nadie. Ya me demostré todo lo que me tenía que demostrar a mí mismo y ahora mismo quiero llegar y disfrutar de lo que es competir.
Hay muchas ilusiones puestas en este Mundial, ¿no es así? Casos como los de Gabriel Escobar y en Enmanuel Reyes por su papel en los Juegos, el tuyo...
Las expectativas están ahí porque el equipo está a un gran nivel. Gabi, Enmanuel, Quiles y Gazi tuvieron un rendimiento brutal en los Juegos, y los que no estuvieron también han hecho el mismo papel. Verlos trabajar a diario es un sinónimo de sacrificio, de constancia, de superación. Todos se merecen su momento de ese gran resultado. Se espera tanto, y nosotros también lo esperamos, porque lo plasmamos.
Sabemos todos lo que hay. Después de haber hecho ese papel en los Juegos, la gente tiene los ojos puestos en ellos y yo creo que están más que preparados para mantenerse y seguir haciendo disfrutar a todos de su boxeo y yo me sumaré a ellos. Intentaré también estar a la altura, como no pude ir a Tokio, y demostrar que sigo aquí, que en los 69 kilos faltó un representante en esos Juegos Olímpicos.
¿Vosotros os véis volviendo con algún metal?
Hay mucho boxeo. En el equipo español hay mucho boxeo, mucho trabajo y mucho sacrificio. La suerte está echada. Vamos a ir a por lo nuestro y espero que uno o varios de nosotros podamos conseguir un metal y que se demuestre así todo el trabajo que realizamos a diario.
No has tenido suerte con los JJOO, que son la meta de todo boxeador amateur. En Río 2016 vas tocado por esa enfermedad, luego una votación polémica y la pandemia te dejan sin Tokio... ¿Cómo analizas todo eso ahora con el tiempo? ¿Es una espinita que llevas clavada?
No no, para nada. No es una espina. Una espina clavada es algo que no te ayuda, no te deja estar al cien por cien porque siempre va a estar haciéndote daño. Esa espina se saca, se tira y ya está. Si no estuve en los Juegos es porque Dios no lo quiso y tendrá otra cosa preparada para mí. Iré al Mundial a dar todo de mí. Voy sin miedo a nada y lo siguiente que venga lo voy a afrontar igual, con alegría, actitud, fe y coraje. Todo llega en la vida, ¿no? Paso a paso. Cada golpe, cada caída y cada fracaso me ayuda a madurar más y hacer un nuevo yo, igual no más fuerte físicamente, pero sí mentalmente y una mente fuerte es bastante difícil de vencer.
El boxeo español siempre ha tenido grandes representantes, el problema es que no se les da voz
El boxeo español está en un gran momento. En lo profesional tenemos campeones como Sandor Martín o Kerman Lejarraga, luego la Selección... ¿Falta reivindicar más nuestro boxeo?
El boxeo español siempre ha tenido grandes representantes. El problema es que no se les da voz. Y como Sandor, Kerman y otros ha habido ya muchos en otros momentos, tanto en la parte profesional como en la amateur. Hemos tenido tremendos y tremendas boxeadores y boxeadoras y creo que no se ha hecho el eco que se debía hacer.
Es muy fácil sumarse a los buenos resultados. Ahora Sandor gana en Estados Unidos y todos le aclaman, pero ¿dónde estaban cuando Sandor estaba peleando en España? ¿La gente le apoyaba y apostaba por él, incluso ahora con su última pelea? Sandor dijo 'lo voy a hacer' y lo hizo y ahora sí están todos los medios y todo el mundo pendiente de él.
Lo mismo en el caso de las Juegos con mis compañeros, que dijeron que se iban a clasificar y que iban a darlo todo y cumplieron. El boxeo necesita que lo alimentemos antes de que vengan los resultados, que ayudemos a estos deportistas, a todos nosotros, a que en el momento de la verdad lleguemos con apoyo. No que estemos media vida luchando y cuando llegue el resultado ya salga tu nombre. Es un poco injusto, como lo veo yo.
Con los éxitos recientes se puede cambiar la tendencia...
La única manera es que estos grandes nombres hagan algo para los que estamos detrás. Que hagan lo que hagan bien hecho está. No puedo criticar a un Kerman ni a otro grande porque les ha costado lo suyo llegar donde están y nadie les ha ayudado, quitando a la gente de su alrededor a diario. Si ellos quieren pelear para los que estamos detrás sería super bueno y si no tampoco se les puede reclamar nada.
La única manera es que la gente que está llegando arriba sirva de reclamo para los que van viniendo detrás. Y que se le dé un poco más de de visión. Solo llega uno y nos centramos en el que llega y ya está. Y cuando ya no está, pues ya no está, se acabó. Nos dedicamos un poco a manchar su nombre. Cuesta mucho llegar, ¿sabes? Cuando uno llega nos tenemos que dar cuenta de que hay talento, de que hay buenos deportistas.
Está bien centrarse en ese deportista que ha llegado, pero también en otros que tienen la posibilidad de poder llegar. Alimentarlos y cuidarlos. Es la única manera de que el boxeo español crezca, que creo que tenemos los talentos suficientes como para mantenernos arriba en todos los ámbitos, profesional y amateur.
Volviendo a ti, ¿qué metas tienes más allá del Mundial?
Mi primer objetivo es ponerme al nivel. Falta mucho trabajo para llegar a mi cien por cien y eso es lo primero que necesito. Lo estamos rozando. Y la siguiente meta será demostrar. No se puede demostrar sin estar bien, ¿no? Lo más importante es trabajar a diario, disciplina, creer en uno mismo y llegar a ese estado del 85-95%. Después ya nos iremos poniendo metas, una vez que el cuerpo y la mente estén bien.
¿Cómo eres tú como boxeador y de dónde heredas tu forma de boxear?
Me defino como un boxeador que me amoldo y rápidamente y con facilidad poder analizar la situación. Rápido empiezo a poner solución a los problemas. Cuando me encuentro a un boxeador fuerte o que me incomoda, intentó buscar rápido una solución. No me categorizo por ser un boxeador muy fuerte, muy contundente o con demasiada rapidez, pero sí uno que tiene facilidad de ponerle solución a los problemas que me encuentro en el ring.
Ha habido muchas personas que han contribuido en mi preparación, en mi día a día, empezando desde San Engullen, mi gimnasio en Palma de Mallorca. Me han entrenando 'Canijo Francisco Gual, José del Río y así llegando hasta Rafael Lozano y Carlos Peñate, mis actuales entrenadores en la Selección, Manel Berdonce, que fue también seleccionador. También puede aprender del gran maestro Manolo Pombo, que en ocasiones venía el equipo y nos daba su sabiduría. Tengo la gran fortuna de poder aprender en el gimnasio José Valenciano... Un deportista se hace hace absorbiendo conocimiento y a mi alrededor he tenido la suerte de absorberlo de grandes maestros. Así es como he ido forjando mi boxeo.
Me crié en una familia de guerreros, yo no podía ser menos que ellos
He escuchado y leído alguna otra entrevista tuya y es de elogiar la forma en la que siempre reivindicas tus raíces, tanto dentro como fuera del boxeo. ¿De dónde nace ese modo de entender la vida?
Vengo de una familia de luchadores. Con trece años que ya veía a mi madre llegar a las dos de la madrugada a casa arrastrando dos maletones que ni siquiera yo entonces podía levantar, veía a mi padre viajando con su timbal colgado por todo el mundo... De tanto ver eso me di cuenta de que nací y me crié en una familia de luchadores, de guerreros y guerreras. Sentí dentro de mí que yo no podía ser menos que ellos. Es en lo que pienso cuando estoy a punto de tirar la toalla porque si ellos la hubieran tirado, ahora mismo yo no estaría disfrutando de todo esto, de estar en Madrid, de conocer gente, de boxear, de ganar dinero y de darme a conocer. Si mis padres se hubieran rendido, yo no tendría estas comodidades. Yo no me voy a rendir ni por ellos ni por mi futura familia.
El origen de todo eso está en África, en Senegal, donde crece tu familia y naces tú.
África es parte de mí. La persona que olvida sus raíces se olvida de sí misma. Estoy agradecido con España, desde Mallorca a Madrid, porque es mi país y lo defiendo a capa y espada con mis puños, con lo que haga falta, pero no puedo decir me olvido de África porque nací allí, aunque todo lo que tenga lo haya conseguido aquí. Es parte de mí y cada vez que voy allí me transmite algo. Energía, sabiduría y ganas de luchar. Veo cómo luchan a diario y que muchos no tienen la oportunidad que tengo yo. Todo eso te aporta. Hay que saber siempre de dónde viene uno.
¿Por qué te identificas con el león?
A cada parte de África se le identifica con un animal. En Costa de Marfil se hacen llamar los elefantes y en Senegal desde siempre se hicieron llamar los leones indomables. No sé si tiene que ver, pero cuando estoy en plena batalla siento esa sensación de un león cuando sale a cazar. Es un cúmulo de energías de África, de España, de todas partes del mundo, de toda esa gente que te quiere y te manda la suya, que al final te acaban convirtiendo en ese animal.
No sé si es una pregunta muy trillada y ojalá que llegue el día en el que no haga falta ni hacerla, pero es un tema que hay que reivindicar cada día. ¿Qué le responderías a alguien que te dijera que no debes representar a España solo por haber nacido en otro país o por tu color de piel?
Cada persona es libre de opinar lo que quiera. Algunos dirán que no soy español porque soy negro o porque nací en otro lado. Es como si yo me voy a un barrio y le digo a cualquier persona que no es de ese barrio porque nació en otro.
Uno es de donde se siente. Hace tiempo leí una frase de un poeta que decía que uno es de donde tiene anclado los pies, de donde se sienta. Cuando tengas los pies descalzos y sientas ese energía, de ahí es de donde eres. Yo camino descalzo en España y me siento de España. Camino descalzo en Senegal y me siento de Senegal. Para todos los que dicen que no soy de un lado o de otro, simplemente decirles que soy un afortunado porque soy de dos países, cosa que muchos no pueden decir.
Hay una pregunta que me hicieron hace poco y me dí cuenta de que nunca se la había hecho a un entrevistado y es muy interesante. ¿Qué es lo mejor que te ha pasado en la vida?
Parece una pregunta sencilla, pero no lo es porque al final en la vida nos pasan muchas cosas. El conjunto de todo lo que nos pasa nos lleva a un sitio mejor. No sabría decirte algo exacto porque me han pasado tantas cosas malas que me han llevado a cosas buenas que, al final, si no fuera por unas no llegaría a otras.
Diría que lo mejor que me ha pasado es ser como soy. Gracias a eso sigo aquí luchando pese a todo lo que me ha pasado, todas las derrotas, todos los fracasos o los abucheos de toda la gente que se ha puesto en contra mía. Gracias a ser como soy sigo aquí y gracias a tener a la gente que tengo a mi alrededor. Ser de la madre y de la condición de las que soy es lo mejor que me ha pasado.
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