El pasado sábado 23 de octubre fue un día especial para el Barça de balonmano. Celebró en casa y ante su gente los 50 años que cumple el Palau Blaugrana y, además, vio debutar al hijo de uno de los mayores mitos de toda su historia, Iñaki Urdangarin. El marido de la infanta Cristina de Borbón cede el testigo a Pablo, de 20 años, que jugó su primer partido en la liga ASOBAL con la camiseta culé.
Con el '77' en la espalda, Pablo Urdangarin sigue los pasos de su padre cuyo número, el '7', luce colgado de las paredes del Palau desde que fuera retirado. Ser hijo de la infanta Cristina y miembro de la familia Borbón conlleva una responsabilidad, como también supone serlo de Iñaki si lo que decides con tu vida es dedicarte al balonmano profesionalmente.
La sombra de su padre le persigue como a este lo hace la condena por corrupción en el caso Nóos. Todavía hay socios del Barça que piden que se descuelgue esa camiseta que honra sus años de carrera como azulgrana (entre 1986 y 2000), a lo que Joan Laporta hizo días atrás alusión recalcando que "es por los méritos que se ganó en la pista, pero cada uno es libre de tener su pensamiento".
Iñaki y la infanta Cristina siguieron presencialmente el estreno de su hijo Pablo con el Barça. Su equipo ganó 39 a 30 al Bada Huesca y, en los 19 minutos que jugó, marcó tres goles (uno de penalti). Una buena actuación para ser su estreno que quiso celebrar con un abrazo con sus padres, los que desde que era pequeño han impulsado sus ganas de alcanzar la élite del balonmano.
El comienzo del camino
Pablo ha jugado siempre de extremo y comparte el físico imponente de su padre: mide 1,94 metros, solo tres centímetros menos que Iñaki. Todo empezó cuando se apuntó al equipo del Liceo Francés de Barcelona. Luego pasó por el Esplugues y cuando tenía 17 años, tras fijar su madre su residencia en Suiza y acabar él sus estudios de Bachillerato, se mudó de Ginebra a Alemania para jugar en el juvenil del TSV Hannover Burgdorf.
En el Hannover conoció a Iker Romero, actual segundo del primer equipo del Barça y entonces entrenador del juvenil alemán. En el primer equipo el que estaba era Carlos Ortega, ahora técnico del cuadro azulgrana. Es decir, que los actuales entrenadores del equipo culé ya le conocían de antes y confían en que acabe siendo una gran estrella, aunque eso en el Barça es de todo menos sencillo.
Pero al Barça no llegó hasta hace solo unos pocos meses y entre eso y su experiencia en Alemania jugó en la liga de otro país, en la de Francia. El sobrino del rey Felipe IV jugó en 2019 en el Nantes, entrenado hasta hace nada por el exjugador y viejo amigo de su padre Alberto Entrerríos. Él y el que fuera duque de Palma fueron compañeros en la Selección, llegando a representar a España juntos en el Mundial de 1999.
Hace casi un año que Pablo Nicolás Sebastián de Todos los Santos, su nombre completo, decidió regresar a Barcelona y se instaló en casa de unos amigos de sus padres en el barrio de Pedralbes, el mismo en el que la infanta Cristina e Iñaki tenían su mansión. Había decidido matricularse en la European University, escuela de negocios privada donde cursa empresariales. En el lado del balonmano, el segundo de los hijos de los exduques de Palma, entró al Barça.
Salto con red
Durante unos meses, Pablo se entrenaba bajo la supervisión de David Barrufet, amigo y compañero en su día de Iñaki Urdangarin, al no haber fichas disponibles para él en el Barça B hasta el final de la temporada y lo hacía bajo. Barrufet se fue coincidiendo con la entrada de la nueva directiva de Laporta, quien cuenta con Enric Masip como adjunto, y el cambio en el banquillo culé de Xavi Pascual a Ortega, con Thomas Svensson como ayudante. Masip, Ortega y Svensson también compartieron equipo con Iñaki.
El arranque de la nueva temporada ha supuesto un cambio sustancial en la vida de Pablo Urdangarin. Ya forma parte del equipo del Barça B y se ha mudado a La Masía. No vive en la residencia para menores de 18 años que tiene el club sino en uno de los pisos tutelados de las inmediaciones. Desde allí se desplaza a diario para ir a sus clases.
Pese a su estreno con el primer equipo, su sitio sigue estando en el Barça B y desde ahí tendrá que seguir peleando por más oportunidades con los mayores. No es el único del filial al que Ortega se ha llevado este curso con él y la gran premisa para subir es seguir trabajando.
Cuando el balonmano se puso de moda
Ahora Pablo está en el foco de atención, tal y como lo estuvo su padre hace más de 20 años. Iñaki Urdangarin, sin ser la gran estrella del momento, puso el balonmano en portada cuando empezaron a surgir los rumores de su noviazgo con la infanta Cristina. Fue tras conocerse en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 aunque no empezaron a salir hasta más tarde. Todas las noticias que circulaban acabaron dando notoriedad a este deporte en España en un momento en el que le representaba una generación dorada que ganó dos bronces olímpicos (1996 y 2000).
El palmarés de Iñaki Urdangarin sigue siendo el mejor del balonmano español por todo lo que ganó en el Barça: seis copas de Europa, dos Recopas, cuatro Supercopas de Europa, diez ligas ASOBAL, siete Copas del Rey, nueve Supercopas de España, tres copas ASOBAL y once ligas catalanas de balonmano. Pablo, que en diciembre cumplirá 21 años, afronta el reto de continuar su legado. Lo que son palabras mayores, al menos por ahora, es que logre volver a poner al balonmano en primera plana como hiciera su padre.
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