Sean Strickland encadena cinco victorias consecutivas en la UFC. Es séptimo en el ranking de su categoría y una de las estrellas de la empresa estrella de las artes marciales mixtas (MMA). Pero detrás del personaje hay una persona atormentada, que todavía convive con errores del pasado.
El padre de Strickland tiene perfil de abusador psicológico, mientras que su abuelo desde muy joven le inculcó la supremacía blanca. Esto le llevó a convertirse en neonazi: "Pasé por una extraña fase neonazi y supremacista blanca cuando era más joven y me echaron de la escuela por crímenes de odio. Siempre estaba enfadado y tenía muchas influencias jodidas en mi vida, así que me sentía bien odiando algo. Caminaba por la calle con un cuchillo o una piedra con la esperanza matar a alguien", ha confesado el luchador.
"Estás en séptimo grado hablando de los nazis y ni siquiera sabes qué diablos significa eso. Pero lo escuchas de alguien a quien admiras y esa identidad me consumió. Luego te das cuenta de que cuando eres racista no avanzas en la vida", ha agregado Sean Strickland.
Ahora se arrepiente de su pasado neonazi, pero las tendencias homicidas continúan pasando por su cabeza: "Me gusta cuando salgo de casa con la posibilidad de pensar que tal vez podría matar a alguien, me gusta. Una vez que termine con MMA, probablemente trabajaré en volver a cablear mi cerebro, tal vez encuentre más valor a la vida humana. Quizás tratando de conectar más con la gente, pero ahora mismo me gusta, joder, lo disfruto".
Estas declaraciones realizadas a The MMA Hour han llamado mucho la atención, pero el propio luchador ha asegurado no estar preocupado porque esto suponga su adiós a la UFC. Strickland está convencido de que su potencial se pondrá por delante. No en vano acumula esas cinco victorias consecutivas, para un récord de 24-3. "No estoy preocupado por el hecho de que me puedan cortar por este motivo. ¿Cómo puedes echar a alguien por eso?", ha afirmado.
Ganas de matar
Strickland vive enfocado en los entrenamientos para evitar volver a la senda delictiva. Y pese a reconocer sus problemas públicamente, no se está sometiendo a tratamiento psicológico. "Hay ciertos momentos en mi vida en los que realmente traté de manipular la situación para poder matar a alguien, pero simplemente no ha funcionado. No salgo mucho de casa por esa razón", ha revelado el luchador de la UFC.
"¡Sé un psicópata, es jodidamente divertido!", este es pensamiento que llega una y otra vez hasta su cabeza. Unas declaraciones muy peligrosas del que es un personaje público y que se dedica a las artes marciales mixtas, en las que la sangre y los golpes son comunes. Ahora queda por ver si Dana White toma alguna decisión respecto a su posible corte o si se le somete a un extra de vigilancia. Lo que es seguro es que Sean Strickland tiene problemas severos por sus tendencias homicidas.
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