La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) le ha declarado la guerra al deporte ucraniano, el cual ha estado bajo sospecha en multitud de ocasiones por comportamientos irregulares en la última década. De hecho, en estos momentos hay una persecución que pretende acabar con un sistema organizado que ha llamado la atención por protocolos muy sospechosos.
Dentro de la propia AMA existe una organización que ha llevado a cabo una potente investigación que ha dado como resultado una de las mayores catástrofes en la historia del deporte ucraniano. Las sospechas del establecimiento de un sistema de dopaje de estado van cayendo por su propio peso hasta ensamblar el puzzle de una enorme operación que tiene a toda Europa en vilo.
La clave de todo en estos momentos la tiene la I&I, que es el servicio de Inteligencia e Investigación de la propia Agencia Mundial Antidopaje y que se ha puesto el objetivo de acabar con la corrupción deportiva de la NADC, la Agencia Antidopaje Ucraniana. El motivo del escándalo es que la I&I ha descubierto irregularidades sistemáticas en muchos deportistas ucranianos a la hora de someterse a diversos controles antidopaje.
Estas irregularidades de las que se han estado aprovechando muchos atletas no han surgido de forma casual a nivel individual, sino que han sido provocadas por la propia NADC. De ahí la gravedad de la investigación. Esto ha llevado a pensar a muchos analistas, no solo deportivos, sino también legales, que Ucrania está incurriendo en unos delitos de posibles encubrimientos de dopaje que podrían traducirse en un caso de estado a escala nacional al igual que ha sucedido con países como Rusia.
Después de la sanción impuesta a las federaciones rusas que ha obligado a sus deportistas a competir sin poder mostrar sus símbolos nacionales, especialmente en los Juegos Olímpicos, el escándalo ucraniano viene a resucitar la peor cara de la antigua URSS, donde este tipo de prácticas para saltarse la ley fueron habituales durante años.
Estalla la 'Operación Hércules'
La investigación llevada por la Agencia Mundial Antidopaje y en especial por el servicio de Inteligencia e investigación ha terminado con el estallido de una operación a gran escala que se estaba llevando a cabo en el estado ucraniano y que ha sido denominada como la 'Operación Hércules'.
Esta es la acción que pretende terminar con unas irregularidades que al parecer comenzaron hacia el año 2012 con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres. Este sistema es una red de comunicación secreta entre los atletas ucranianos y la NADC para esquivar las redes de la AMA.
Cada vez que la Agencia Mundial tenía planeado hacer un control a uno de los deportistas que tenían bajo su cuerda, la NADC rompía todos los códigos dando el chivatazo a los atletas para que estos pudieran acoplar sus programas de dopaje a las fechas en las que la AMA podía pillarles.
De esta forma, eran capaces de establecer un patrón de tiempos para adecuar así su sistema de recepción de sustancias que mejoraban sus capacidades físicas y deportivas. Además, concertaban ellos mismos citas con los deportistas en sus propias oficinas para transmitirles esta información y poder guiar sus procesos de una forma total, con un control prestablecido para que no hubiera fallos en la ejecución. Un país al servicio del dopaje.
Además, tanto la AMA como la I&I aseguran tener pruebas suficientes para demostrar de manera sobrada todas sus afirmaciones sobre el caso en lo que ha sido una investigación muy peligrosa y que ha durado varios años. Uno de los factores que mayor deshonra ha generado es que haya sido la propia Agencia Antidopaje Ucraniana la que haya sido la rectora de este escándalo cuando la premisa principal del trabajo de la AMA es que su control a los deportistas sea aleatorio y secreto para que todos estén obligados a cumplir con las normas los 365 días del año.
Tanto la I&I como la AMA establecen que es básico ejercer su trabajo sin previo aviso para que el programa sea eficaz. Solo se permiten comunicaciones oficiales en ocasiones contadas y justificadas y además se obliga a los deportistas a estar localizables durante al menos una hora al día por si los llamados 'vampiros' fueran a sacarles la sangre para un control durante la totalidad del año.
Objetivo: las grandes citas
Dentro de su investigación, la Agencia Mundial Antidopaje sostiene que este entramado de dopaje desmantelado en el deporte ucraniano tenía como principales objetivos las grandes citas del calendario deportivo. Este proceso comunicativo de avisos y citaciones se llevaba a cabo con especial puntualidad y perfección justo antes de que los deportistas implicados tuvieran un gran campeonato.
De esta forma, se demuestra que el objetivo último no es otro que obtener una ventaja competitiva sobre los rivales, fin habitual del dopaje y su 'ganar a cualquier precio'. Desde dentro de las afirmaciones realizadas por el servicio de Inteligencia e Investigación, su director Gunter Younger asegura que han podido comprobar como había hasta colas en las propias oficinas de la NADC para atender a equipos enteros de una disciplina, lo que evidencia una operación global.
Además, no solo los deportistas participaban de esta complicada trama, sino que lo hacían también entrenadores, preparadores y personas del entorno de los deportistas haciendo una gran bola de nieve que terminó arrasando cualquier registro de decencia que quedaba cerca de la NADC. Formando parte de la trama, también dentro de las grandes competiciones, se traficó con varios controles sorpresa y se manipularon fechas y resultados para poder salvaguardar el plan general.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, en competiciones como los Juegos Olímpicos estas artimañas no han dado sus frutos, ya que los resultados han ido cayendo año a año. Antes de ese marcado 2012, Ucrania consiguió 23 medallas en Atlanta y Sídney y 22 en Atenas y Pekín. Además, la delegación ucraniana consiguió acumular un total de 27 oros. Mientras tanto, desde la puesta en marcha de su plan, las medallas han caído a 19 en Londres y Tokio y solo 11 en Río de Janeiro. El número de oros ha sido de solo 8. En la última cita olímpica en Japón solo cosecharon uno.
Para colmo, este tipo de conductas no contribuyen nada a los planes que tiene parte del gobierno ucraniano para su país, ya que quieren optar a la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2030. Sin embargo, este tipo de escándalos sin duda no suman ningún punto.
Dopaje a gran escala
El escándalo que ha salpicado a la Agencia Antidopaje Ucraniana engloba a muchas ramas y especialidades del deporte del país. Se podría decir que se trata de una operación a gran escala, pero que tiene algunos epicentros muy importantes. Uno de ellos, seguramente el más destacado, es el atletismo.
Dentro de la 'Operación Hércules' se han investigado una serie de encubrimientos y de movimientos muy sospechosos dentro de la federación de atletismo que no han hecho si no agravar aún más la situación. Dentro de estas pesquisas, a pesar de que las pruebas no han sido concluyentes, se ha detectado un posible rastro de EPO por parte de uno de los individuos implicados en la trama. El acusado, a pesar de que ha negado su implicación, se encuentra bajo la lupa de la Unidad de Integridad del Atletismo.
De momento, las primeras reacciones no se han hecho esperar y es que ya ha dimitido la cúpula de la Agencia Antidopaje Ucraniana tras las acusaciones recibidas. El director Ivan Kurlischuk y su adjunto Yaroslav Kruchek han sido los primeros en caer por haber violado los estándares internacionales para pruebas antidopaje desde el año 2012. De momento, el ministro ucraniano de deportes, Vadym Guttsait, se mostró partidario de estas decisiones y de llegar hasta el fondo del asunto, situando al gobierno en favor de la limpieza y condenando un escándalo que podría salpicar a todos sin condición.
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