Marc Batard, el héroe del Everest y su nueva vida: una ruta para luchar contra la mortalidad
El escalador francés ha descubierto un camino inédito a la cima esquivando la temida cascada de hielo de Khumbu que se ha cobrado unas 50 vidas.
5 diciembre, 2021 20:07Noticias relacionadas
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El Monte Everest es, cada año, uno de los lugares más deseados del mundo. Muchos tienen el objetivo de alcanzar su cima al menos una vez en la vida. Otros, directamente, lo emplean como su modo de existencia. Llegar hasta su punto más alto una y otra vez, rompiendo récords y desafiando los límites de la fortaleza y la resistencia humana es para los más valientes una prueba llena de atractivos.
Sin embargo, ahora el mundo del alpinismo y de la escalada extrema pueden estar de enhorabuena porque hay un proyecto que está muy cerca de vez la luz y de materializarse con éxito. Parece increíble que en pleno año 2021 y después de que temporada tras temporada, cientos y cientos de personas pasen por sus laderas y por sus campos base, sea ahora cuando se ha descubierto una nueva ruta que puede salvar vidas.
Un camino inédito hasta la cumbre que puede poner fin a los altos índices de mortalidad que se registran año tras año y que convierten algunas zonas de la montaña en una auténtica ratonera. Por eso, labores tan importantes como las que ha realizado Marc Batard han sido tan agradecidas a lo largo de la historia.
El descubrimiento de Batard
El punto donde comienzan la mayoría de las expediciones que sueñan con hacer cumbre en el Monte Everest es Nepal. Por ello, ha sido desde allí donde una expedición de expertos, grandes conocedores de la montaña más alta del mundo, ha comenzado a investigar para trazar una nueva ruta, un camino inédito hasta la cumbre, el sueño de muchos aventureros cada año.
Este prestigioso equipo está liderado por Marc Batard y la clave de este posible éxito que podría ser histórico está en evitar uno de los puntos más negros de la ruta, la temida cascada de hielo de Khumbu, un punto que suele ser atacado de noche, momento en el que aumenta la fiabilidad de sus bloques de hielo por las temperaturas, y que cada mañana suele registrar algún tipo de accidente o incluso víctimas mortales.
Por ello, esta ruta que pretende evitar la cascada de Khumbu se ha recibido como un mensaje de alivio y de esperanza y como una lucha contra la mortalidad. Una nueva oportunidad para la vida en el Everest. Batard es el líder de un equipo formado por siete expertos y hablado con EFE para explicar cuáles son sus planes de cara a esta creación que llevará su sello personal para siempre en caso de tener éxito.
"La nueva ruta comienza en el Gorakshep (5.164 m), justo debajo del campamento base del Everest, y pasa por la cresta del pico Nuptse (7.861 m). Luego conecta hacia el campamento 1 por encima de la cascada de hielo del Khumbu". Tanto Batard como todo su equipo de sherpas lo han definido como una ruta que "salva vidas", un calificativo que da la dimensión real que podría tener la instauración de este camino, sobre todo para aquellos que no gocen de la experiencia necesaria.
Tal y como ha explicado el propio Marc, el paso por la cascada de Khumbu, además de ser peligroso, suponía un importante retraso para todas las expediciones, haciendo que los colapsos y las aglomeraciones en la montaña sean mayores. Este hecho ha provocado un auténtico caos en tiempos de pandemia. Según Batard, el tiempo estimado que se pierde en este punto es de siete horas, ya que es lo que se necesita para cubrir una distancia que no llega a los 1.000 metros y que deja a los escaladores cerca del punto de 6.200 metros, justo por encima del campamento 1, que se encuentra a 6.065 metros.
De momento, el plan avanza con paso firme después de todas las pruebas que han llevado a cabo en las últimas semanas y lo ideal sería que esta ruta pudiera estar habilitada para la nueva temporada que arrancará hacia el mes de marzo. No obstante, todavía queda mucho estudio hasta saber si podrá ser de uso comercial.
El infierno de Khumbu
La cascada de hielo de Khumbu está calificado como uno de los puntos más negros de las diferentes rutas que hay hasta la cumbre del Monte Everest partiendo desde Nepal. Su espacio real ocupa unos 300 metros de desnivel, desde los 5.500 hasta los 5.800. Las horas estimadas de paso son entre las 03:00 y las 05:00 horas de la madrugada, lo que hace todavía más peligroso su tránsito. No obstante, se necesita que sea así por el peligro del posible deshielo y las avalanchas que se pueden producir en cualquier momento. De hecho, esta zona está considerada como uno de los puntos de escalada más peligrosos del mundo.
La realidad es que los datos que se han registrado aquí en los últimos 70 años no son para menos ya que el goteo de vidas que se han perdido ha sido incesante. Un escalador experto podría emplear, al menos, unas cuatro horas en superar este paso. Por eso, es tan importante el éxito del proyecto. "Este es un proyecto piloto. Si tiene éxito, no solo reducirá la carga de los guías de altitud, sino que también salvará la vida de escaladores".
Desde los años 50, se calcula que el número de vidas que se han perdido en esta zona ha sido de cercano a las 50. Sin embargo, el momento más trágico se vivió en el año 2014 cuando la fractura de un glaciar provocó una avalancha que se llevó la vida de 16 sherpas, además de la cancelación del resto de ascensiones de esa temporada.
Los retos de Batard
Ahora, Marc Batard y todo su equipo quieren hacer historia y darle a los amantes del Everest una nueva vía que aumente el porcentaje de posibilidades de salir con vida de una experiencia única. El galo es conocido como 'el velocista' del Everest al convertirse en la primera persona en escalar la montaña más alta del mundo en menos de 24 horas sin oxígeno suplementario.
Empleó en su viaje un total de 22 horas y 29 minutos para llegar a la cima del Everest, lo que le valió una entrada en el libro Guinness de los récords, donde se mantuvo durante 10 años. Ahora, el galo tiene un nuevo objetivo, repetir su hazaña más de tres décadas después para establecer otro récord.
Si lo consigue, se convertiría en el escalador de mayor edad en alcanzar la cima más alta del mundo sin usar oxígeno suplementario superando los 70 años. Además de ese reto, tiene por delante también el objetivo de hacer realidad la nueva ruta de la vida del Monte Everest.
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