El deporte más extremo nunca deja de sorprender al mundo. Jonas Deichmann se ha convertido, por méritos propios, en uno de esos superhéroes que no salen en las películas, pero que sí se han forjado bajo el sufrimiento que crean los deportes extremos. Este atleta alemán de gran fondo tiene un amor exacerbado por el triatlón y así ha querido demostrárselo a todo el planeta con un reto titánico.
Deichmann ha hecho historia al crear el triatlón más duro y largo de la historia y con el que ha conseguido cumplir uno de sus retos vitales, dar una vuelta al mundo sin dejar de correr, de nadar y sin bajarse de su bicicleta. Y todo sin vehículos de asistencia, cargando con su equipaje durante las pruebas de carrera y ciclismo.
Un viaje que ha durado un año y dos meses y que ha sido completado en tiempos muy difíciles, ya que Jonas ha tenido que variar en multitud de momentos sus trayectos debido a las restricciones existentes por la Covid-19. Sin embargo, después de una infinidad de horas de esfuerzo y sufrimiento, este triatleta ha completado la gran hazaña deportiva de su vida.
El viaje de Jonas
El viaje de Jonas Deichmann se podría definir como dar una vuelta al mundo a través de un triatlón, algo que no se había realizado nunca. Un total de 429 días de aventura después de salir el pasado 26 de septiembre del año 2020, cuando el coronavirus estaba dando una de sus primeras treguas para llegar después con más fuerza.
Todo arrancó en la ciudad de Múnich y ahí es donde ha terminado después de una carrera titánica de un esfuerzo y un valor seguramente incalculable. Ha pasado por 18 países diferentes en lo que ha sido una andadura equivalente a un total de 120 Ironman seguidos. Una auténtica barbaridad.
Esta aventura de Deichmann ha dejado unos datos y unas cifras que realmente dan miedo. El viaje total ha sido de unos 27.000 kilómetros alrededor del globo, desglosados en 21.600 kilómetros en bicicleta, 5.064 corriendo y 456 a nado. Con razón a su llegada a la plaza de Odeonsplatz, Jonas no solo estaba destrozado física y mentalmente, sino también muy feliz, con la sensación de haber cumplido algo que parecía realmente imposible, pero que solo sus enormes capacidades físicas han podido hacer realidad.
El propio Jonas Deichmann escribía en sus redes sociales un resumen muy real de lo que había supuesto su aventura: "Después de 429 días en la carretera y una distancia de 120 Ironman en 18 países, estoy de regreso en Múnich, donde todo comenzó en septiembre del año pasado. Ha sido una aventura increíble con tantos altibajos, pero por ahora estoy muy feliz de haber terminado".
Ahora que ya ha terminado, Deichmann puede estar feliz, pero por momentos ha vivido un auténtico infierno en el que ha ido por su propia voluntad sin ayuda, haciendo su viaje todavía más complicado. Su única compañía han sido sus redes sociales, donde iba subiendo un progreso de toda su aventura en su viaje alrededor del planeta en lo que ya es el triatlón más largo y extenuante de todos los tiempos.
Descubriendo el mundo
Después de pasar por sitios como Croacia, Sudáfrica o México, Jonas asegura haber aprendido una lección de vida muy importante. O quizás varias. Pero la más trascendental es sin duda alguna la capacidad que tiene el ser humano para pelear por los sueños y para nunca rendirse, dando siempre el máximo, sin mirar atrás.
Jonas también ha destacado la diversidad de personas y de culturas que ha conocido en este año y dos meses que ha estado fuera de su casa en Alemania dando una auténtica vuelta al planeta. Durante ese tiempo, este triatleta bávaro ha completo su hazaña sin asistencia técnica, solo durante el periodo que pasó realizando la parte de natación, ya que necesitó de una pequeña embarcación que le seguía para llevar su equipaje. Sin embargo, durante las pruebas de ciclismo y de carrera, cargó con todos sus enseres, haciendo mayor su derroche de esfuerzo.
Su aventura real arrancó desde Alemania hasta Eslovenia, donde inició su viaje en bicicleta en lo que iba a ser un camino largo y tortuoso. Después, pasó por la costa de Croacia donde llevó a cabo toda la parte de natación de su viaje. Más de 450 kilómetros sin parar de nadar hasta completar una tercera parte de su impresionante reto para después llegar a Turquía donde volvería a pedalear hasta pasar por Rumanía, Ucrania, Rusia y China.
"El mayor problema fue encontrar una ruta para nadar, ya que es imposible nadar contra corrientes fuertes y resulta bastante peligroso en muchos lugares. Al final encontré una ruta donde nadé los 460 km completos de una sola vez a lo largo de la costa croata".
El viaje de Deichmann le tenía guardadas grandes sorpresas, ya que tras llegar al continente asiático, tuvo que cruzar el Pacífico para continuar su aventura. De China hasta Yucatán pasando por Tijuana para después regresar a Europa. Lisboa le esperaba para la recta final de su impresionante triatlón mundial a gran escala.
Un viaje de récord
Esta impresionante hazaña ha tenido guardados bastantes misterios que el propio Jonas ha ido descubriendo a medida que iba quemando kilómetros. Ahora ya puede decir que ha descubierto donde están sus límites, pero también que ha sido capaz de dejar varios récords que serán muy difíciles de batir.
"Como aventurero, siempre tuve el sueño de dar la vuelta al mundo, por lo que el primer triatlón alrededor del mundo parecía el desafío perfecto". Tal y como se afirma desde Alemania, el triatlón más largo de la historia ya tiene dueño y ha sido esta prueba de más de un año que ha llevado a cabo Jonas por casi una veintena de países.
"Muchas cosas fueron diferentes de lo que había imaginado. A menudo tuve que cambiar mi ruta debido a las restricciones de la Covid-19, el mejor plan a menudo no funcionaba en la práctica. Pero en general, alguna vez se trató del mundo. Fue una gran aventura, la logré. Fue un gran momento".
Además de ese récord del triatlón más largo, Jonas ha establecido otro registro increíble, nadar 450 kilómetros en 54 días para establecer el récord de nado más largo sin barco de escolta. Tras un viaje en el que ha sufrido temperaturas de gran calor y frío como los 40 grados bajo cero de Siberia, en Novosibirsk, Deichmann ya se propone seguir haciendo historia con nuevos y apasionantes retos deportivos.
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