Las leyendas nunca mueren y, menos aún, cuando hay un descendiente que de razones para creer que puede haber un legado familiar. Ese es el caso de Nico Ali Walsh (Chicago, Estados Unidos; 2000), el nieto de Muhammad Ali. 'The ghost' (El fantasma en español) lleva esos pantalones Everlast blancos que caracterizaban al legendario boxeador que marcó una época en el deporte y que fue quien inspiró al joven púgil de 21 años. Desde su debut como profesional no ha dejado de ganar.
Nico nació en Chicago, pero su familia se mudó a Las Vegas cuando tenía la edad de cuatro años. Desde los ocho se interesó por practicar el mismo deporte que su abuelo, pero su madre Rasheda se opuso siempre e intentó guiarlo a que jugara a otros deportes. Un intento en vano. Su misma madre desveló que, a pesar de todos los bates y los balones de fútbol americano que le regalaban, "se pasaba horas observando videos de su abuelo y hasta realizaba peleas imaginarias en su cuarto".
Sí que tuvieron influencia esos balones de fútbol americano en su hermano Biaggio, que juega en la Universidad de Las Vegas. Es el único de la familia Ali que decidió dedicarse al boxeo. Su carrera la ha impulsado el reconocido promotor Bob Arum, el mismo que organizó 27 peleas durante la carrera de su abuelo. Entre ellas destaca el famoso Ali contra Frazer, ese combate que tantas veces vio el pequeño Nico y que algún día sueña con reditar.
Las contundentes victorias que había conseguido ante James Westley y Jordan Weeks le colocaron en el radar, aunque su apellido estaba haciendo mucho. El 11 de diciembre de 1981, en una pelea llamada 'Drama en Bahama', Muhammad Ali perdió por decisión unánime en una pelea en Nassau contra Trevor Burbick. Nico 'se vengó' peleando 40 años después y tumbando al invicto Reyes Sánchez para colocarse en una rampa de salida hacia una carrera que espera que sea meteórica.
La conversación
En su primer año de la escuela secundaria, Nico no estaba seguro de si quería continuar boxeando. Se encontraba en una encrucijada y parecía buscar en el consejo de su abuelo un "no sigas". Pero cuando Ali vio la pasión que tenía su nieto por el boxeo, combinada con la ética de trabajo que estaba dispuesto a exhibir, las respuestas que su linaje había esperado que él brindara no llegaron. Ali estaba cautivado por el interés de su nieto y quería ayudar a Nico a impulsar su carrera.
Nico y Ali se unieron al ver las viejas peleas y conferencias de prensa de Ali, ya que ambos estaban viendo a su luchador favorito. Nico le mostró a su abuelo clips de su entrenamiento y vio cómo se iluminaba la cara de su abuelo, y los dos podían pasar horas juntos. Los descendientes de grandes atletas a menudo evitan entrar en el mismo campo o estar a la altura de un legado. Nico no. Quiere abordarlo de frente. El tatuaje con la cara de su abuelo en uno de sus brazos se lo recuerda a diario.
"No voy a poder escapar de eso, así que incluso si no estuviera en el boxeo, si fuera jugador de tenis o si fuera jugador de ajedrez, todavía tendría la presión de ser el nieto de los más grandes. Encontrarían formas de compararme con él. Tengo que aceptarlo, tengo que abrazarlo. Cuando era más joven, lo odiaba. Todavía estoy tratando de abrazarlo yo mismo. Pero de eso se trata todo: tengo que correr hacia él porque no tengo otra opción", explicó Nico en una entrevista en el New York Post.
Más allá del boxeo
Nico sabe lo que significa su apellido y el legado de su abuelo fuera del cuadrilátero. Si pudiera regresar y compartir otra conversación con su abuelo, no sería sobre boxeo. Se trataría de su vida como activista, cómo inspiró a otros y cómo podría ayudar a resolver los males modernos de la sociedad. Está particularmente interesado en el racismo sistémico y la comunidad afroamericana.
"Yo era muy joven, pero incluso cuando era un niño mi mamá hablaba de lo que significaba ser negro y orgulloso, o estar orgulloso de ser negro. Puede que ni siquiera parezca medio negro. Pero mi mamá es negra. Me criaron para entender eso", explica el joven boxeador sobre esa figura como activista.
Tanto Nico como su madre reconocen que no puede igualar lo que hizo Ali en el cuadrilátero. Ali poseía una habilidad atlética nunca antes vista. Pero ambos también saben que el boxeo era solo una plataforma para que Ali llevara a cabo sus grandes objetivos. Y eso es exactamente lo que Nico se esfuerza por reflejar.
"Nico vio eso. Cuando era niño vio cómo era su abuelo. Creo que lo mejor que Nico podría intentar hacer es emular esa parte de Muhammad Ali. No tanto el Muhammad Ali en el cuadrilátero de boxeo, porque ya sabemos que no puede duplicar eso. Pero lo que puede hacer es ser una inspiración para la gente y ser el humanitario y el embajador de la paz que fue mi padre. Creo que Nico ha visto físicamente a mi padre convertirse en esta inspiración increíble de primera mano, y le encantaba eso de su abuelo, cómo ponía sonrisas en los rostros de tanta gente. Creo que a Nico le encantaría hacer eso por los demás", explica Rasheda en el reportaje del New York Post.
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