Carolina Marín sufrió en el mes de mayo de este año una grave lesión de rodilla que complicaba en gran medida su temporada. En primer lugar, arruinaba con total seguridad su presencia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Además, resucitaba sus peores fantasmas deportivos, ya que una rotura del ligamento cruzado anterior hacía de nuevo acto de presencia.
Pocos días después de conocerse su percance en unos de los entrenamientos de preparación a la cita de Tokio se hacía oficial el peor de los diagnósticos. La onubense estaba obligada, una vez más, a tener que reinventarse y a resurgir de sus cenizas para intentar volar alto, como siempre ha hecho.
En ese momento puso su vista en el horizonte y divisó el que iba a ser su tercer objetivo del curso después del Campeonato de Europa, en el cual venció, y de los Juegos Olímpicos, a los que ya no tenía acceso. Así se dibujaba a lo lejos en su horizonte el Campeonato del Mundo que se celebraba en su casa, en Huelva. Esa cita llegaría en el mes de diciembre, pero tampoco le ha sido posible llegar a tiempo.
Un nuevo contratiempo
Carolina tenía muchas esperanzas puestas en esta temporada de volver a consagrarse como la mejor del mundo y seguir haciendo historia. Para eso tenía en mente completar la triple corona. Europeo, Juegos y Mundial. La primera de las batallas la había librado con éxito, pero en las otras dos ha tenido que causar baja.
Sin embargo, ha resultado un poco sorprendente cómo su recuperación se ha alargado más de lo esperado en este final de 2021 teniendo en cuenta que estar en el Mundial de Huelva, que arrancaba a principios de mes para ella, era una opción real. No obstante, todo se ha debido a un nuevo contratiempo.
El origen de su pequeño parón está en un nuevo problema de rodilla. Eso sí, de muy pequeñas consecuencias, pero que no le han evitado volver a sentir dolor y tener que pasar de nuevo por el examen de sus médicos de confianza.
Marín, tal y como reconocía su entrenador Fernando Rivas en declaraciones a Canal Sur Radio, había sufrido dolor durante las últimas semanas tras la detección de un quiste parameniscal, principal causa de que la recuperación se haya ralentizado en las últimas semanas. Sin embargo, poco a poco parece que va superando dicho problema y mirando con optimismo al futuro con la esperanza de poder regresar cuanto antes a la competición que tanto ama.
El golpe del Mundial
Para todo el entorno de la jugadora española ha sido un palo importante que no haya podido estar en el Campeonato del Mundo de bádminton que se está disputando en Huelva. Era una cita marcada en su calendario desde que se conoció la designación de la sede. A Carolina, icono del deporte del volante a nivel mundial y especialmente en Europa, un continente que se ha visto impulsado durante toda su trayectoria ante el poder asiático, le hacía más ilusión que nadie luchar por esta conquista.
Sin embargo, no ha sido posible, ya que contaba con muy pocas opciones de llegar a la cita y, de cualquier manera, no iba a hacerlo en plenitud. Aún no sufriendo esos dolores de rodilla provocados por dicho quiste, hubiera supuesto un riesgo para su recuperación y para su carrera haber tenido una reaparición prematura. Por eso era más necesario controlar las emociones que jugárselo todo por un sueño sin probabilidades claras de éxito.
Carolina ha tenido que conformarse con ser la embajadora de un campeonato que reunía a los mejores jugadores del mundo en su tierra y en un pabellón que además lleva su nombre. Una carga emocional bastante difícil de gestionar teniendo en cuenta el gen competitivo tan grande que tiene la española.
No obstante, sus horas de trabajo con su equipo, con Fernando y con su psicóloga María Martínez, han servido para transformar esa posible decepción y desilusión en algo positivo y, sobre todo, en entender difícil trance que le tocaba vivir una vez más. El entorno de 'Caro' ha reconocido que estaban algo preocupados al principio de cómo podría gestionar esta situación la volantista nacional, pero finalmente ha sabido huir de las malas emociones, centrarse en su trabajo y vivir con una sensación agridulce momentos que han sido un tanto extraños para ella.
El regreso de Carolina
Con esa nueva lesión de rodilla, si es que realmente se le puede llamar así, Carolina ha establecido unos nuevos plazos en su recuperación. Abandonada la idea de intentar correr para estar en el Mundial, puede volver a tomarse su tiempo de manera consecuente para establecer un proceso de regreso a las pistas más normalizado.
Uno de los riesgos más importantes que tenía era adelantar más de la cuenta su vuelta y que eso pudiera ocasionarle algún problema imprevisto. Sin embargo, ahora afronta su retorno sin ninguna presión más la que ella misma y su propio se quieran meter de cara al nuevo año en el que retomará el objetivo que tenía en este 2021, volver a lo más alto del bádminton mundial y recuperar su estatus de mejor jugadora del mundo.
Fernando Rivas ha asegurado que Carolina ha perdido algo de actividad en esas enormes ganas que siempre tiene de ganar y de pelear por nuevas conquistas. Sin embargo, las recuperará "en cuanto se ponga un objetivo y lo visualice en el proceso de entrenamiento porque las ganas van a volver, eso es algo innato".
Los próximos planes de Carolina son apurar sus entrenos de final de año en Huelva y después tomarse unas pequeñas vacaciones para desconectar, ya que ha pasado un verano especialmente difícil con la recuperación de su lesión de rodilla. Después, la mirada está puesta en los meses de febrero o marzo, cuando podría sentirse plenamente recuperada para volver a la acción: "Queremos estar disponibles para competir a finales de febrero o principios de marzo".
[Más información: Así entrena Carolina Marín para volver a ser la mejor con ayuda de la realidad virtual]
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