Lia Thomas, la nadadora trans que supera el acoso con récords a la espera del cambio de reglas del COI
Completó su transición el año pasado y ha firmado grandes números. Una exposición que ha generado críticas a su participación en categoría femenina.
21 diciembre, 2021 06:00Noticias relacionadas
Lia Thomas (Estados Unidos, 1999) es la sensación de la natación de la NCAA. La joven de tan solo 22 años ha conseguido batir algunos de los grandes récords de la piscina universitaria compitiendo para Penn Athletics. Sin embargo, sus logros han generado más de una crítica por su condición de transexual. Los medios más conservadores han puesto en duda que deba competir con mujeres y hay familiares del resto de participantes que han pedido a la NCAA que intervenga para apartarla de la competición. Una campaña que vuelve a poner en el foco la inclusión de atletas trans en categorías femeninas.
Thomas, según ha confirmado ella misma, realizó su transición entre 2019 y 2020. Fue en 2018, según su propio relato, cuando se dio cuenta de que era una mujer. Ahí empezó a barajar la posibilidad de iniciar una transición de género, pero el proceso no era sencillo. Will Thomas -su anterior nombre- no quería apartarse de la piscina. Y menos después de tres años compitiendo para el equipo masculino de UPenn. Pese a todo, en 2019 decidió dar el paso y comenzó con el tratamiento de hormonas para reducir la testosterona y alcanzar los parámetros fijados por la NCAA para competir con mujeres. Según la estadística oficial de la universidad, ganó los 500 libres durante esta temporada 2019/2020 en categoría masculina.
La nadadora, ya en plena transición, seguía compitiendo y entrenando en categoría masculina. Luego llegó la pandemia y lo paralizó todo. Y finalmente ha sido en este 2021 cuando ha podido competir en el equipo masculino de dicha universidad. Todo, en gran parte, gracias al permiso de la NCAA al haber pasado un año de tratamiento y, también, al apoyo del entrenador Mike Schnur.
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Este es otro de los grandes criticados en toda esta -aparente- polémica. Hay quienes indican que su único motivo para haber aceptado a Lia es querer ganar por encima de cualquier cosa. Sin embargo, Thomas mantiene plena confianza en él después de las dificultades superadas. "Había mucha incertidumbre, no sabía qué podría hacer, si podría seguir nadando. Y entonces decidí nadar el año 2018-2019 como un hombre, sin salir del armario. Eso me causó mucha angustia ", llegó a indicar en una entrevista para SwimSwam Podcast donde destacó las complicaciones en cuanto a salud mental que le habían provocado afrontar dicho proceso.
Este final de 2021, cuando la nadadora parece haber encontrado su mejor forma física, ha provocado el escenario más tenso que se podía esperar. Ella mantiene silencio y sigue centrada en la piscina. Y sus récords, firmando los mejores números de la temporada nacional con un 1:43 en los 200 metros libres,un 0:49:42 en los 100 metros libres 0 4:35 en los 500, confirman el potencial.
La cara 'B' de todo ello es que la ha llevado a ser el centro de atención y de los ataques. Según Daily Mail, ya hay padres que han enviado una carta donde piden una competición propia para las atletas trans por los perjuicios que pueda suponer para el resto de competidoras porque "está en juego la integridad del deporte femenino". Entre las razones, está la de una carrera en la que Thomas superó por 38 segundos a la segunda clasificada. Pese a ello, cabe destacar que los récords universitarios siguen en manos de medallistas olímpicas como Ledecky o Missy Franklin.
La polémica del COI
El Comité Olímpico Internacional, danda su relevancia en el deporte mundial, era uno de los grandes referentes a la hora de gestionar la inclusión de deportistas transexuales en las diferentes competiciones. Así, desde 2015, se seguían unos parámetros obligatorios para dejar competir a atletas que habían sufrido una transición de hombres a mujeres. Entre otras obligaciones, se debian controlar el nivel de testosterona por litro de sangre y los diferentes análisis tomados meses antes de cada competición.
Sin embargo, ese régimen común para la mayoría de disciplinas acabará próximamente después del último acuerdo alcanzado por el COI. El organismo, con Thomas Bach al frente, anunció tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que cada federación será la encargada de establecer los criterios necesarios para la participación de atletas trans. Según anunciaron desde el ente, la participación deportiva era un derecho y únicamente se debía evitar una "desventaja desproporcionada". Una decisión confirmada después de que Tokio 2020 se convirtiera en los primeros Juegos donde una trans (Laurel Hubbard) compitiera oficialmente.
El caso de Lia Thomas, aunque se desconocen los datos concretos de sus análisis, supone un nuevo ejemplo de la división de opiniones sobre los requisitos para que deportistas trans disputen competiciones femeninas. La falta de un criterio común abrirá la desigualdad entre disciplinas y puede que incluso territorios. Y pese a que la universidad de Thomas aprobó su participación, el no concretar unos parámetros comunes puede acabar perjudicando al valor de los logros de la propia deportista.
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