La Liga Nacional de Fútbol Americano se encuentra en una situación parecida a la que vivían el año pasado por culpa de la pandemia. La llegada de la sexta ola provocada por el descontrol de la variante Ómicron ha dejado una situación realmente desoladora en el último mes del 2021 y ha generado un pánico exacerbado de cara al nuevo año.
El 2022 llega con la resolución de la temporada en juego y, sobre todo, con la celebración de la esperada Super Bowl, considerada por muchos como el mayor espectáculo deportivo y mediático del mundo. El planeta se paraliza para la disputa de un partido cuyo entretiempo es casi más importante que la propia disputa del título.
Esta temporada se llega a la edición 56 del partido más importante del año en el fútbol americano. Sin embargo, la alargada sombra de la Covid-19 ha vuelto a generar dudas en torno a la celebración del mismo y, sobre todo, alrededor de la sede que se va a elegir. La NFL tiene un plan establecido, pero ya baraja diferentes alternativas para no tener que suspender la contienda en caso de crisis sanitaria.
Los Ángeles, la elegida
La dirección de la Liga Nacional de Fútbol Americano eligió a Los Ángeles como la ciudad encargada de albergar la importante cita. Una de las localidades más icónicas de todos los Estados Unidos, una de las zonas más glamurosas y que aspira a dar un espectáculo como pocas veces se recuerda en este tipo de eventos.
De hecho, dentro de la sede de Los Ángeles, quedó establecido que la Super Bowl LVI se disputara en el SoFi Stadium. Sin embargo, existe un riesgo importante de que este plan inicial sufra alguna variación de consideración. La situación que ha dejado la sexta ola de la pandemia de la Covid-19 en Estados Unidos, y en particular en la zona de Los Ángeles, invita a pensar que quizás no sea posible disputar en el encuentro en dicha ciudad.
Por ello, la NFL ya está estudiando diferentes alternativas para que en caso de que la situación de complique, se pueda a llevar a cabo la celebración del esperado partido sin mayores complicaciones de las que ya existen en todo el mundo. La realidad es la siguiente y es que necesitan planes alternativos que se puedan activar en caso de que Los Ángeles quede dentro de la zona roja marcada por la pandemia.
La situación en Estados Unidos es casi desesperada en estos momentos, ya que durante la presente semana, el martes, se batió el récord de contagios con un millón de positivos por Covid-19. La situación en la competición no es mucho más esperanzadora ya que la cifra de contagios no para de crecer.
De hecho, en el mes de diciembre se registraron un total de 250. Esto supone una cifra abismal ya que en toda la temporada pasada se recogieron un total de 300. En las últimas semanas, uno de cada cuatro jugadores tuvo que entrar en el programa de control sanitario tras pasar las respectivas pruebas periódicas a las que se someten todos los integrantes de la NFL.
Movimientos en la NFL
Uno de los grandes miedos de la Liga Nacional de Fútbol Americano es, en estos momentos, que la situación vaya empeorando en diferentes estados y que las restricciones obliguen a cambiar la sede en la que se va a celebrar la mítica Super Bowl, en principio programada para Los Ángeles.
Por ello, el portavoz de la organización Brian McCarthy ha reconocido que están hablando con varios clubes para que estos puedan ceder y acondicionar sus estadios a una posible celebración de la Super Bowl dentro de las medidas de seguridad necesarias. Es decir, ir cambiando de ciudad en caso de que estas se vayan cayendo por las restricciones. Bien por la llegada confinamientos, por la reducción de aforos, por parones en las actividades no esenciales o por la prohibición de celebraciones en grandes estadios y recintos.
"Nos comunicamos con varios equipos para preguntar sobre la disponibilidad de sus estadios en caso de no jugar el Super Bowl según lo programado debido a problemas con circunstancias imprevistas o aumento de restricciones". Eso sí, lo que ha querido dejar claro McCarthy es que de momento el plan inicial sigue en marcha y no está previsto un cambio de sede de forma prematura.
"Es parte de nuestro proceso estándar de planificación de contingencias que llevamos a cabo para todos los juegos regulares y de postemporada. No es inusual que la liga haga esta planificación cada año, pero con Los Ángeles como el sitio para el juego por el título de esta temporada y las restricciones en aumento para la asistencia a eventos bajo techo se han vuelto un tema relevante".
De momento, la condición de Los Ángeles como sede y la fecha del 13 de febrero están marcados como los puntos principales del plan inicial: "Nuestro proceso de planificación para la Super Bowl en Los Ángeles está adelantado a lo programado, por eso esperamos albergar el encuentro en el SoFi Stadium de Los Ángeles el domingo 13 de febrero para culminar otro año fantástico de NFL".
El plan alternativo
La sede elegida sigue siendo el feudo de los Chargers y los Rams. Sin embargo, tal y como ha transmitido la dirección de la NFL a través de su portavoz, se han visto en la obligación de trazar varios planes son sedes alternativas a las que poder recurrir en caso de que se origine un desastre.
De momento, una de las alternativas que más peso tiene es el AT&T de Arlington, en el estado de Texas, el cual podría tener restricciones diferentes que California en el momento en el que se tenga que celebrar el partido. La casa de los Dallas Cowboys es una buena solución en caso de que el SoFi Stadium se encuentre imposibilitado.
Además, tal y como ha manifestado el propio Brian McCarthy, el miedo a posibles cancelaciones no solo se deben a la situación que pueda haber con la Covid-19, sino también a las inclemencias climatológicas. Las olas de frío que han azotado Estados Unidos podrían también ocasionar complicaciones que hagan de la celebración del partido una auténtica quimera y en la NFL quieren tener todo atado.
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