Gervasio Deferr es uno de los deportistas más laureados del deporte olímpico español. Así lo marca su currículum con dos oros ganados en los Juegos de Sídney 2000 y de Atenas 2004 en la especialidad de salto de potro. Además, consiguió una plata en la edición de Pekín 2008 en suelo.
Logros que se unen a otros importantes éxitos en campeonatos de Europa y del mundo y que hicieron de Gervasio un auténtico fenómeno de la gimnasia. Sin embargo, ni haber tocado el cielo, no solo con sus saltos, si no también con sus victorias, le impidió caer a los infiernos en un momento de su vida.
Así lo ha revelado en una extensa e íntima entrevista concedida al programa de laSexta Lo de Évole. El campeón español se ha abierto para hablar, no solo de la crueldad del deporte, si no también de la vida. Algo que Gervasio experimentó cuando se encontraba en una espiral de drogas, alcohol y autodestrucción.
Para el exgimnasta español, uno de los grandes problemas de España es la normalización de la adicción al alcohol, la droga que está 'bien vista': "Ninguna vida vale la pena ser destrozada por el alcohol. En esta sociedad hay mucha más gente alcohólica de lo que se cree, pero está normalizado".
Pero para este laureado atleta español, lo más duro no fue hacer frente a sus adicciones, si no darse cuenta que por ellas no podía ayudar ni a su propia madre: "A mi madre le dio un infarto y yo no podía estar porque estaba ciego. Era un círculo vicioso de drogas, alcohol y culpabilidad. Y mi madre muriéndose. Si se llega a morir, hoy no estoy aquí".
Sus problemas no solo le afectaron en lo personal, si no también en lo deportivo, lastrando su ya de por sí excelente carrera: "Hice todo lo posible por ser el mejor gimnasta y también por no serlo. Tendría seguro cinco medallas olímpicas". Además, critica lo difícil que es para él entender que, a pesar de haberlo ganado todo, pueda pasar tantas dificultades económicas: "Tengo tres medallas olímpicas, ¿cómo puede ser que me queden 15 años de hipoteca? Es muy de golpe, de la nada al todo y en cinco meses ya no estás y tienes que volver a entrenar tres años".
Lucha por la desintoxicación
Gervasio ha hablado de sus problemas de forma muy clara y abierta, reconocido su condición de adicto: "El 14 de febrero de 2017 entro por primera vez en la clínica de desintoxicación. Me dijeron que era politoxicómano. Mi familia me ha apoyado todo el tiempo". Esa parte tan oscura de su vida le llevó incluso a tratar mal a su pareja: "Maltratar a una persona psicológicamente está igual de mal que ponerle una mano encima. Estaba locamente enamorado de ella, pero no estuve a la altura. Por momentos era déspota, imbécil. Es triste. Si no lo recuerdo o verbalizo, es como que no lo supero".
Durante sus épocas más duras, Deferr cuenta que estuvo al borde de lo peor: "Me he despertado alguna mañana tirado en la calle con sangre sin saber qué había pasado. No sé qué hacer con mi vida, pero no me puedo jubilar como se jubilará Messi. Llega un momento que pienso que llevo seis años bebiendo todos los días".
"Lo que casi me destroza la vida es el alcohol. En Madrid, en las primeras concentraciones, empecé a beber. Y poco a poco se va normalizando. Tomaba cocaína, speed... No me sentí avergonzado por lo que estaba ocurriendo, sino que de repente saliese así en la prensa. Eso es que alguien lo había filtrado. Lo filtró alguien de la Federación, me da igual ahora quién".
Por último, Gervasio cuenta que uno de los principales muros con los que se encontró fue con la frustración: "El primer día de competición en Atenas me meto en las dos finales, en suelo y salto. Hago la final de suelo. Me toca una buena posición, y aún así fallo yo. Fallo yo. A mí se me rompe el alma y tengo que asumir que he perdido".
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