Mo Farah es una de las mayores leyendas en la historia del atletismo. Su nombre quedará guardado para siempre al lado de otros grandes campeones como Usain Bolt o Eliud Kipchoge. Sin embargo, todo se acaba y la carrera del británico también parece estar llegando a su final. Eso es lo que ha afirmado él mismo tras disputar una modesta carrera en Londres en la que firmó una marca muy lejos de sus mejores registros.
Sin embargo, no ha sido eso lo que ha generado alarma sobre su estado físico y mental. Mo Farah perdió esta prueba al llegar a meta en segundo lugar por detrás de un atleta amateur que ni siquiera había conseguido inscripción entre los corredores de élite. Un corredor que ni siquiera tenía su nombre serigrafiado junto a su dorsal.
El campeón británico aceptó la derrota con la deportividad y la humildad que le caracterizan asumiendo lo que cada día está más cerca de ser una realidad: el final de su carrera. Mo Farah se ha convertido en humano, ha dejado de ser un súper héroe y se encuentra casi derrotado tanto a nivel físico como a nivel mental. Su caída al infierno del ostracismo se aproxima y él intenta afrontarlo con la mayor entereza que puede mostrar un gran campeón ante su retirada.
Su participación en los 10.000 metros de la Vitality London ha sido algo que sus aficionados nunca querrían haber visto. Aún así, le apoyaron hasta la meta, momento en el que Ellis Cross, de 25 años y sin ninguna trascendencia en el atletismo profesional, le arrebataba la victoria con un ataque que Mo Farah no había podido responder. Como en una película de Hollywood, un corredor amateur vencía a todo un campeón olímpico y mundial.
La hazaña de Ellis Cross
Ellis Cross es un corredor aficionado de 25 años. Para no ser un atleta profesional, tiene un nivel bastante importante. Por eso intentó correr la Vitality London en su versión de 10 kilómetros con los llamados profesionales, la categoría élite. Sin embargo, no pudo hacerlo. Pero tenía el sueño de poder correr, aunque fueran unos metros, junto a uno de sus ídolos como es Mo Farah, quien se había inscrito en la prueba.
Por ello, no dudó en pagar las 37 libras que costaba la inscripción de la carrera. Ellis trabaja a tiempo parcial en una tienda de atletismo en Teddington y forma parte del Aldershot, Farnham & District Athletic Club. De hecho, durante la prueba, corrió con la camiseta de esta asociación de runners. Era una más de las 16.000 personas que estaban inscritas en esta prueba popular. Pero tenía un reto: llegar entre los primeros.
Creía que competir contra los atletas más profesionales y preparados de la prueba iba a ser imposible, pero se equivocaba. Sus ganas, su ilusión y su excelente forma física le pusieron en una situación que jamás habría podido imaginar. Ese mismo día se levantó a las 06:00 horas de la mañana para poder coger un tren que le llevara hasta el punto de la salida. Una prueba emblemática corriendo frente al Palacio de Buckingham y con el rugir de la gente.
Ellis arrancó muy bien la prueba, con un ritmo muy potente. Y cuando se quiso dar cuenta, tras menos de media hora de intenso esfuerzo, estaba en los metros finales compitiendo de tú a tú contra una leyenda como Mo Farah. Era el momento de su vida. Mientras el público animaba al campeón olímpico y mundial, que competía por primera vez tras más de once meses de inactividad, asestó el golpe definitivo para irse en solitario hacia la meta y llevarse la victoria con cuatro segundos de margen sobre un derrotado Mo Farah, que terminó segundo.
Su crono de 28 minutos y 40 segundos lo guardará para siempre con el registro que fue capaz de batir a Mo Farah, cuyo récord en esta distancia en ruta está en casi un minuto menos. En pista ha sido capaz de bajar hasta el 26:46. Pero está claro que a sus 39 años, la leyenda del atletismo ya no está para aventuras de ese tipo, lo que le empuja peligrosamente a la retirada.
"Cuando me alineo en una carrera tengo que ser el mejor atleta que pueda ser y tengo que creer que puedo ganar. Hoy, donde estoy, parece que hay que trabajar mucho más.
Sólo estoy siendo honesto con vosotros. Creo que esto es todo". Estas fueron las preocupantes palabras que dejó la leyenda británica tras cruzar la meta. Unas declaraciones que contrastaban con la felicidad de Ellis Cross, quien acaba de cumplir un sueño.
"No puedo creerlo y de hecho no me lo creí hasta 20 metros de la meta. Pensé que simplemente me ganaría con facilidad. No puedo explicar mis sentimientos, es abrumador. Le gané a alguien que es como un ídolo y que es conocido en todo el mundo. Nadie sabe quién soy. Sólo soy un corredor de club. No conseguí una inscripción de élite, me rechazaron por eso. Cuando corría, todo el mundo gritaba el nombre de Mo porque saben quién es y yo no tengo mi nombre en el dorsal. Es increíble".
El final de Mo Farah
Más allá de la entrañable anécdota protagonizada por Ellis Cross, conocido ya como el atleta popular que consiguió tumbar al más grande, lo vivido en la Vitality London 10K ha supuesto un mazazo muy duro para aquellos que confiaban en volver a ver al mejor Mo Farah. Eso ahora mismo parece más lejano que nunca y por ello, el británico asume que su retirada está más cerca que nunca también.
El británico nacido en Somalia ha sido el dominador de las pruebas de fondo en las últimas décadas. Un portento físico capaz de convertirse en el segundo corredor de la historia en ganar la medalla de oro en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros en dos Juegos Olímpicos consecutivos. Además, tiene otras seis medallas de oro en campeonatos del mundo y otros cinco oros europeos.
Seguramente nadie imaginaba que iba a poder tener un palmarés semejante cuando llegó a Londres junto a su familia como refugiado cuando solo era un niño. Pero a base de esfuerzo y talento se ha convertido en uno de los mejores deportistas de siempre. Aunque su final no está siendo a la altura de su leyenda.
Tras brillar en los JJOO de Río de Janeiro 2016, Mo Farah decidió dejar la pista y pasarse al asfalto para probar suerte con la media y la maratón. Sin embargo, sus resultados no fueron tan brillantes como él mismo esperaba y decidió hacer su retorno a la pista. Tenía fijado su objetivo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. No obstante, su brillantez ya no era la misma que años atrás y dándolo todo por buscar una plaza, sufrió una grave lesión en el cuádriceps. Esto le obligó a decir adiós a la cita nipona y a estar más de medio año de baja.
Sus ambiciones por competir se desplomaron hasta que decidió hacer su regreso en la Vitality London 10K, una experiencia que sin duda ha acrecentado más sus dudas. Lo que parece claro es que el final está cerca: "No tiene ningún sentido seguir compitiendo si no puedo competir al más alto nivel".
"Me encanta el deporte y lo que hago, pero he tenido una larga carrera y tu cuerpo tiene que estar listo. Tienes que tener el estado de ánimo adecuado y tienes que ser capaz de competir con los chicos. Hoy fue un día duro, pero tienes que ver dónde estás. De momento ni siquiera lo sé. Tienes que ir carrera a carrera y dejar que el cuerpo vea lo que puede hacer. No me estoy haciendo más joven, ¿verdad?".
Sobre su futuro, dejó la puerta abierta a nuevos retos, pero todavía no tiene claro si podrá tener el nivel: "Existe la posibilidad de ir a los Juegos de Commonwealth en Birmingham o a los Europeos este verano. Pero no a los Campeonatos del Mundo, porque ya he estado allí y lo he hecho, a menos que pueda competir con los chicos y ser competitivo, tienes que ser honesto y tomar esa decisión". Habrá que ver dónde desemboca esta crisis que está padeciendo el legendario Mo Farah y que ha servido a un desconocido Ellis Cross para ser famoso en todo el mundo.
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