MMA para niños, la salvaje moda en EEUU que es ilegal en España: el sucesor de McGregor tiene 10 años
El auge de disciplinas como las artes marciales mixtas y algunos productos como la UFC provocan que los menores quieran también hacerlo todo.
11 junio, 2022 01:40Noticias relacionadas
Las artes marciales mixtas, conocidas también como MMA, son por definición la combinación de técnicas provenientes de distintas artes marciales y de deportes de combate. Su origen es casi imposible de conocer, pero se podría decir que existen desde que el tiempo es tiempo. Hay constancia y evidencias de que ya en la Antigua Grecia se producían una especie de combates con ciertas técnicas que se podrían considerar como artes marciales mixtas.
Estas se encuentran recogidas por los documentos que cuentan cómo eran los antiguos Juegos Olímpicos. Curiosamente, ahora las MMA están muy lejos de convertirse en un deporte reconocido por el COI. Estas artes generalmente se usan para la competición en deportes de combate, pero también para la defensa personal.
Los combates de artes marciales mixtas son considerados como los de mayor rango que existen en cuanto a contacto se refiere. En ellos se permite el uso de técnicas para pelear de pie y dar golpes con puños, patadas, rodillazos o codazos, técnicas para pelear en el suelo con agarres y la combinación de ambas.
De esta forma, se podría decir que las artes marciales mixtas son la combinación de esta gran variedad de artes y de deportes de combate como el kárate, el kickboxing, el boxeo, el muay thai, el taekwondo, el judo, el hapkido, la lucha libre, la lucha grecorromana, el jiujitsu brasileño, el wushu, el san da y el sambo, entre otros.
Las MMA están cada vez más de moda y así lo demuestra el brutal crecimiento que han registrado en la última década. Esto ha provocado que países como Estados Unidos creen un imperio alrededor de este deporte y en torno a una competición como la UFC. Ahí están la mayoría de los grandes nombres presentes en este deporte y que se han convertido en importantes reclamos e ídolos para los más jóvenes. Esto ha provocado que los niños también empiecen a querer ser estrellas de la lucha, dando pie a una situación que comienza a preocupar y que parece no tener freno.
MMA entre menores de edad
Estados Unidos se ha convertido en un país en el que las artes marciales mixtas están cada vez más aceptadas y mejor vistas. Sin embargo, la polémica se ha generado en torno a aquellos estados que permiten competiciones de MMA entre menores de edad. Algunos de ellos sin superar tan siquiera los ocho años. Una situación que para muchos es un escándalo contra la salud y que para otros es un simple deporte de contacto.
El estado de California es una de las primeras zonas del país que se ha atrevido a establecer una regulación para lo que se conoce como MMA juvenil. Allí, menores de edad pueden participar en combates contra otros chicos de manera totalmente legal. Por ello, no es extraño ver luchas entre niños de solo 10 años, una imagen que ha desatado una cierta sensación de preocupación. Un sector de la sociedad americana que lo considera como una aberración.
En dicho estado se permitían este tipo de peleas hasta que en 2013 fueron prohibidas a raíz de la circulación de un vídeo de un combate entre niños con imágenes muy duras. Un chico golpeó a otro de manera muy violenta en el rostro provocando que cayera al suelo completamente noqueado. El impacto visual de esa filmación provocó que la dirigencia del estado californiano prohibiera combates entre menores.
Desde la United States Fight League aseguraron que el vídeo había sido manipulado y editado de forma engañosa para que pareciese que lo ocurrido había sido más grave de lo que realmente había pasado. La USFL empezó a trabajar para recuperar su legalidad, aunque fuera con concesiones, y lo terminaron consiguiendo de nuevo en el año 2014. Se prohibieron los golpes en la cabeza y los derribos peligrosos, era obligatorio que todos los luchadores llevasen casco y desaconsejaban los cortes por peso. Además, los organizadores tendrían que someterse a controles de antecedentes y se exigiría una ambulancia con personal médico en cada evento.
A pesar de las dificultades, la USFL, impulsada por Jon Frank, un marine e instructor de los U.S. Marshals tres décadas atrás, siguió creciendo. Este apasionado de los deportes de contacto localizaba fugitivos y niños desaparecidos y explotados a principios de la década de los 2000 para transmitirles su interés por competir en una antigua forma de artes marciales conocida como pankration. Con ello pretendía forjar en los chicos un carácter de fortaleza mental y emocional.
Mientras las MMA crecían en California, se encontraban con numerosas dificultades en otros estados al no haber un organismo regulador a nivel nacional para categorías juveniles. Cada zona tiene sus propias comisiones deportivas, diseñadas para regular el boxeo profesional y posteriormente otras disciplinas como el kickboxing. Algunos estados permiten la regulación de las MMA juveniles, mientras que otros no sancionan este deporte. En los últimos años, la USFL ha conseguido celebrar torneos en Florida, Tennessee, Carolina del Sur, Wisconsin, Nevada y Texas, pero se han cancelado eventos en otros muchos estados.
Missouri fue uno de los estados que, al igual que California, sí aceptó la celebración de combates entre menores para después prohibirlos. Fue en el año 2018 cuando se aprobó un proyecto de ley que cambió la supervisión de las organizaciones amateurs a la comisión estatal y se rechazó que los menores de 18 años compitieran en los eventos. Un año más tarde, Michigan siguió los mismos pasos a través de una comisión que anuló los combates allí programados por la USFL después de que surgieran varias preocupaciones sobre la seguridad de los participantes. Una situación muy similar a la que se vive en Nueva York.
Críticas a las MMA juveniles
Las imágenes de niños de alrededor de 10 años peleando como si fueran profesionales llevan un tiempo dando la vuelta a todo Estados Unidos y generando un conglomerado de sensaciones bastante extrañas. Casos como los de Isaiah Triana o Jhonny 'Croc' Bratelli, dos de los más famosos y conocidos, especialmente a través de las redes sociales, han escandalizado a cientos de miles de personas.
La crítica principal se centra sobre todo en la gravedad de las lesiones que pueden sufrir estos chicos tan pequeños, especialmente cerebrales. Un riesgo muy alto incluso aunque se prohíban los golpes directos a la cabeza, ya que tal y como explican expertos en el área médica, se trata no de deportes de contacto, sino algo más importante, deportes de combate. Así lo defiende en medios como The Washington Post Nitin Sethi, jefe médico de la Comisión Atlética de Nueva York.
Los vídeos de cientos de niños pagando decenas de dólares para participar en este tipo de competiciones han dado ya la vuelta al mundo, especialmente a través de las redes sociales. Este polémico universo, además de tener un cuestionamiento ético desde el principio, también supone un motor económico en mayor o menor medida.
Pero el aumento de popularidad de negocios como la UFC, con todas sus súper estrellas, hace que la afición no pare de crecer. El propio Isaiah Triana es un gran admirador del conocido luchador irlandés Conor McGregor. Además, estrellas como Dan Henderson se dedican a organizar campeonatos de niños de entre 8 y 17 años para buscar a las figuras del futuro.
Los expertos aseguran que hay consecuencias más allá de las evidentes lesiones que se pueden producir. Este tipo de deportes fomentan la violencia y la agresividad entre niños e incluso les pueden acarrear trastornos físicos por los exigentes métodos de entrenamientos o por las penurias que atraviesan muchos de ellos para intentar mantenerse en el peso necesario para estar en un combate. En ocasiones, como les sucede a los profesionales, tienen que pasarse días sin comer para no perderse una lucha importante.
Generalmente, todos los eventos cuentan con supervisión de varios médicos y con servicios de emergencia de ambulancias disponibles por si hubiera alguna desgracia. Pero esto no siempre es suficiente. Nitin Sethi, quien también es neurólogo afiliado a la Universidad de Cornell, señala que existen numerosos estudios que prueban que los niños son más susceptibles a sufrir conmociones cerebrales y lesiones irreversibles.
La extensión de este fenómeno
El hecho de que las MMA no sean un deporte olímpico favorece a que no exista una regulación tan fiable desde su cúspide como sí hay en otras especialidades. En el caso de las artes marciales mixtas ya ha habido incluso campeonatos mundiales como el celebrado en Roma en el año 2019 y que reunió a más de 250 jóvenes luchadores. Sin embargo, la llegada de la pandemia provocó que la expansión de este tipo de eventos y de la propia USFL disminuyera.
En algunas zonas de Estados Unidos como en California se está intentando llevar un control más exhaustivo de lo que sucede. Es obligatorio informar de las lesiones a la Comisión Atlética del estado durante el año. Según sus datos, desde el 2014 han participado un total de 3.416 atletas en unos 1.573 combates.
En ellos ha habido 40 lesionados importantes a los que se les suspendió su elegibilidad a la espera de una autorización médica. En un caso, un luchador perdió el conocimiento a causa de una sumisión. Otras cuatro lesiones se produjeron por golpes ilegales en la cara, incluida una conmoción cerebral. Otras dos conmociones cerebrales se produjeron por luchas por la posición en el suelo.
Las artes marciales mixtas en edad juvenil tienen una aceptación repartida por todo el territorio de Estados Unidos. En Europa, la permisividad es infinitamente menor. En España, por ejemplo, está prohibido participar en competiciones si no se tiene los 18 años cumplidos, además de otros requisitos. Sin embargo, en zonas como Asia o Hawái es mucho más frecuente encontrar luchadores adolescentes con total permiso e incluso convertidos en estrellas.
Los padres y la sociedad
Como siempre cuando se trata de un deporte en edad escolar, hay una parte fundamental que tiene que ver con el modo en el que los padres y la propia sociedad afrontan esta situación. Estados Unidos es un país muy peculiar en este sentido, seguramente incomparable con cualquier otro.
En muchos sectores de los estados en los que sí se permiten los combates juveniles aseguran que las artes marciales mixtas son una buena manera de acabar con el bullying y con el acoso infantil. Consideran que si un niño es capaz de defenderse y hacerse respetar, o incluso si otros le temen, será más difícil que alguien se meta con él por cualquier motivo.
Sin embargo, lo que no valoran tan directamente es que con este tipo de conductas tan extendidas también les ofrecen a los niños agresores armas para hacer todavía más daño a los que les rodean. Si un chico que comete infracciones relacionadas con el acoso escolar, además es un virtuoso de las artes marciales mixtas, el daño que puede ocasionar es infinitamente más peligroso. Una situación similar a la que se puede producir en el hogar, ya que el chico puede tener incluso la capacidad de emplear su violencia y sus capacidades físicas contra sus propios padres si algo no va como le gustaría.
En líneas generales, la experiencia ha demostrado que las madres de estos jóvenes siempre se muestran más recelosas a que los menores compitan y formen parte de un deporte tan violento. Y que generalmente son los padres los que se implican de una manera más directa e incluso jalean a los pequeños, sobre todo si son aficionados a los deportes de combate. Hay que recordar que el boxeo está muy extendido históricamente en la sociedad americana como uno de los entretenimientos preferidos.
El caso más llamativo que explica muchos de estos problemas es el de Eddie, padre de Isaiah Triana. El progenitor de esta joven estrella, que ya cuenta con miles de seguidores en sus redes sociales, fue boxeador amateur y entrenador de lucha. A su vez, el padre de Eddie y su tío también fueron púgiles que incluso llegaron a competir por el equipo nacional de Cuba. Por ello, para la familia, que un niño como Isaiah, con solo 10 años, se haya convertido ya en un fenómeno nacional y mundial es todo un privilegio.
Eddie comenzó a entrenar con su pequeño cuando este solo tenía poco más de dos años. Aprovechando que todavía era casi un bebé y que se pasaba más tiempo en el suelo que de pie, le empezó a enseñar algunas técnicas de jiujitsu. Por ello, se podría decir que Isaiah nació sobre un tatami y que la lucha siempre ha corrido por sus venas.
A pesar de su notable afición por todo este mundillo, la familia del joven luchador se mostraba más partidaria de que hiciera disciplinas como el jiujitsu en lugar de empezar tan joven en modalidades de impacto que pudieran provocarle algún golpe en la cabeza. Sin embargo, el hecho de que en estados como California se prohibieran los golpes directos a la testa, les hizo ser más condescendientes con los deseos del pequeño, abriéndole las puertas de este nuevo mundo.
Eddie está totalmente entregado con la carrera de su hijo y presume de haberse gastado más de 7.000 dólares en el equipamiento que lleva Isaiah a sus combates. Tanto es así que ya ha asegurado que está en contacto con la empresa que se encarga de hacer los trajes de Conor McGregor para que le haga uno personalizado y a medida.
Otro caso muy conocido en California es el de Thanh Pham, padre de Parker y Aaden, de 8 y 10 años respectivamente. Esta familia procede del Condado de Orange y decidieron adentrarse en el universo del jiujitsu tras un macabro suceso. Una vez se encontraron a Aaden atado a una silla con cuerdas tras haber sufrido vejaciones físicas y verbales por parte de dos chicos mayores.
Por ello, su padre Thanh decidió apuntarle a él y a su hermano a clases de jiujitsu para que pudieran defenderse y que no les volviera a pasar nada similar. Apostando por la ley de la selva donde impera el más fuerte. Tal ha sido su implicación que ahora su vida gira en torno a esta disciplina e incluso él también se ha apuntado a clases para poder vivir esta pasión en compañía de sus pequeños.
Así es como las MMA, un deporte siempre polémico alrededor del mundo, han ido creciendo entre los jóvenes en Estados Unidos. Mientras en la mayoría del planeta son algo prohibido, algunas áreas del país están empezando a crear una peligrosa moda que amenaza con volverse un fenómeno global.
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