La incredulidad se dejaba ver en el rostro de la nigeriana Tobi Amusan (25 años) nada más batir el récord del mundo de los 100 metros vallas. Paró el crono en 12.12 segundos en el estadio Hayward Field, durante la prueba inaugural de la jornada final de los Mundiales de Eugene. Horas más tarde se colgó la medalla de oro.
Fue un récord que nadie vio venir. Amusan no estaba entre las grandes favoritas del día, quedando cuarta en el Mundial de Doha (2019) y en los Juegos de Tokio (2021). El sábado batió durante las series el récord de África (12.40) con un tiempo lejos de lo que estaba por venir.
Amusan, con un viento favorable legal de 0,9 m/s, rebajó en 8 centésimas el récord mundial de Kendra Harrison. La plusmarquista de 2016 corrió esta vez 15 centésimas más lenta que la nigeriana y entró segunda a meta en la semifinal. Los tiempos -no solo el de Amusan- han levantado sospechas, incluso en gente tan cualificada como el exatleta Michael Johnson.
Cinco de las ocho corredoras de la semifinal de Amusan lograron sus marcas más rápidas durante la prueba. "No creo que los tiempos de 100 m vallas sean correctos. Récord mundial batido por 0.8! 12 marcas personales, 5 récords nacionales. Y Cindy Sember comentando tras su récord nacional: pensé que estaba corriendo lenta. Todos los atletas parecían sorprendidos", señaló Michael Johnson.
El cuatro veces oro olímpico y ocho veces oro mundial expresó sus dudas sobre el cronometraje en los campeonatos del mundo: "En la serie 2 primero vimos un tiempo ganador de 12.53 y unos segundos después fue corregido a 12.43. El ajuste a una centésima es normal, pero 10 no", añadió.
De nada sirvieron las palabras de Michael Johnson, ya que el récord de Amusan sería validado. La nigeriana tuvo una jornada redonda al lograr, por separado, la medalla de oro y un nuevo récord mundial. La plata fue para la jamaicana Britany Anderson, con 12.23, con 5 milésimas de ventaja sobre la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn (12.23)
Harrison, la cruz
La otra cara de la moneda fue Kendra Harrison, que no solo perdió su récord mundial durante la semifinal: en la final fue descalificada. Toda la presión recaía sobre la plusmarquista mundial con 12.20 y líder del año con 12.34, que perseguía su primer título global al aire libre. En el Mundial de Doha perdió con Ali, y en los Juegos de Tokio frente a la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn. En Eugene sumó otro mazazo.