Hace alrededor de un año, el mundo quedaba paralizado por un gran proceso bélico que se desató en un país tradicionalmente castigado por la miseria y por la desgracia. Lo que hoy es la guerra entre Rusia y Ucrania, hace unos doce meses lo era la entrada de los talibanes al poder para hacerse con el territorio afgano. Una situación que sacudió esta zona y que reprodujo sus consecuencias también en el deporte.
Las principales damnificadas de la llegada de las tropas talibanes a Afganistán con el firme propósito de hacerse con el control por la fuerza fueron las mujeres, que vieron reducidas sus libertades y sus derechos. Ahora, un año después, acumulan meses y meses de privaciones y de represión en una sociedad que no les respeta y que no les permite tener acceso cosas de lo más cotidianas.
Las mujeres en el régimen talibán, que regresó al poder el 15 de agosto de 2021, no puede participar en diferentes deportes, tener una autonomía al margen de los hombres o hacer cosas tan cotidianas en otras sociedades como conducir. De hecho, ni siquiera tienen libertad alguna ni para tomar sus propias decisiones.
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Esto ha provocado que muchas mujeres, y también algunos hombres que intentaron luchar por los derechos de estas, hayan tenido que encabezar un éxodo hacia otros países para pasar a ser refugiados. Así es como ha llegado hasta Australia el grupo liderado por la velocista Kimia Yousofi. Un total de 32 personas que han tenido que huir desde Afganistán para intentar sobrevivir a la opresión.
Australia, el nuevo refugio afgano
El regreso al poder de las tropas más radicales del ejército talibán provocó un auténtico seísmo político y social en Afganistán. Este hecho histórico ha traído consigo que en los últimos meses, centenares de personas hayan tenido que huir de su propia tierra para poder seguir con vida. Especialmente aquellas mujeres que han intentado revelarse contra esta desagradable situación.
Uno de los territorios que se ha convertido en el nuevo refugio de la resistencia afgana es Australia, situación que ha podido confirmar el Comité Olímpico nacional del país aussie. Ellos han sido los encargados de acoger a un numeroso grupo en el que se encuentran algunos deportistas de prestigio como la velocista Kimia Yousofi, convertida en un gran símbolo del país.
Kimia ha llegado junto a su madre, sus tres hermanos y un grupo de unas 30 personas con el único objetivo de salvar la vida ante el riesgo significativo de muerte por "apoyar a la participación de las mujeres en los deportes y en la educación". La propia atleta ha reconocido que su intención ahora es intentar formar una nueva vida, aunque recuerda con mucha tristeza tener que haber abandonado su país como ya les pasó a sus padres hace algunas décadas.
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"En esencia, estoy empezando una nueva vida aquí. Voy a entrenar muy duro y sería muy emocionante ir a París, definitivamente voy a competir". Así lo ha transmitido a través de un comunicado que ha sido hecho público por parte del Comité Olímpico Australiano. En el grupo de Kimia también han viajado otras estrellas afganas como el taekwondista Ahmad Abasy y varias familias vinculadas a los equipos olímpicos de voleibol. En total, desde que se consumó la llegada de los talibanes al poder, ya son más de cien los deportistas que han llegado hasta las fronteras australianas para buscar protección.
Kimia, un símbolo de lucha
Kimia Yousofi es una atleta de 26 años nacida en la ciudad de Mashhad, en Irán. Sin embargo, sus padres son originarios de la localidad de Kandahar, en Afganistán. En los años 90 se vieron obligados a tener que dejar su tierra por culpa de la guerra. Vivieron en campamentos de refugiados durante muchos años tras su llegada a Irán.
Allí fue donde nació y donde se crio Kimia, que llegó al mundo sin poder conocer cuál era su verdadera patria por culpa de la violencia. Desde muy pequeña se interesó por el deporte, en especial por el atletismo, descubriendo que tenía un don para eso de la velocidad. Sin embargo, no podía competir contra atletas iraníes debido a las numerosas restricciones que pesaban sobre las personas refugiadas. A lo largo de su vida, siempre ha estado acostumbrada a romper barreras.
Después de años de esfuerzo y entrenamiento en condiciones muy precarias, a sus 17 años obtuvo su primera victoria universal: participar en una competición organizada por el gobierno afgano para encontrar a nuevos talentos. Allí deslumbró a todos y se convirtió en una de las grandes referencias del país. Tanto es así que se convirtió en la única integrante mujer del equipo olímpico de Afganistán que llegó a los JJOO de Río de Janeiro de 2016. Durante su participación consiguió rebajar el récord nacional en la prueba de los 100 metros lisos con una marca de 14,02.
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Desde entonces, ha seguido mejorando y peleando por hacer cada vez mejores marcas. Tanto es así que se ha convertido en un símbolo para su país. Afganistán quiso recompensar su lucha en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 haciéndola la primera abanderada de toda su historia. Había llegado hasta allí gracias a las políticas del COI que aseguran una cuota de participación de diferentes países sin atender a sus registros y respondiendo a criterios de universalidad.
Sin embargo, Kimia demostró que no había llegado ni mucho menos de paseo y volvió a marcar el récord nacional, dejando el nuevo récord en un tiempo de 13,29. Una marca notablemente mejor que la lograda en Brasil. Su imagen con la bandera de Afganistán en Japón en plena conquista de su territorio por los talibanes dio la vuelta al mundo y la hizo universalmente conocida.
En aquel momento, publicó un mensaje a través de sus redes sociales que se hizo viral y que dio la vuelta al planeta: "Mi patria querida, qué inocente, te dejaron sola. No sé si todavía puedo atar tu orgulloso nombre a mi frente y entrar a competir. Ya no tendré derecho. Las chicas fuertes de mi país, que Dios os mantenga a salvo". Ahora, continúa con su lucha desde Australia.
La represión talibán
De momento, el Comité Olímpico Australiano ha conseguido llevar a cabo con éxito un importante proyecto de ayuda para asegurar la salida segura de todos estos deportistas que se encuentran perseguidos por al régimen talibán. Matt Carroll, director ejecutivo del COA, ha confirmado a través de un comunicado que de momento las operaciones se están llevando a cabo con precisión y mucho acierto.
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"Tenemos atletas olímpicos en el grupo, así como administradores deportivos que defendieron especialmente el deporte femenino a través de programas de reclutamiento, entrenamiento y arbitraje". La llegada de refugiados se ha acentuado desde el pasado mes de junio, aunque los viajes no se han detenido desde que los talibanes confirmaron su asalto al poder.
Desde su establecimiento en las altas esferas del nuevo gobierno interino de Afganistán, los talibanes han impuesto multitud de restricciones que han provocado una situación de persecución total a las mujeres, las cuales han perdido el grueso de sus libertades. Ahora, viven repletas de restricciones y ahogadas en una sociedad que les considera inferiores a los hombres.
Con las nuevas normas, ha regresado la imposición de llevar el burka, de permanecer en el domicilio sin posibilidad de salir sin el permiso del hombre y las nuevas trabas para acceder a cosas básicas como la educación, el deporte o el mundo laboral. Esta situación ha derivado en que muchas de ellas hayan intentado huir al ser perseguidas por intentar cambiar las normas. Y en el caso de muchos deportistas, Australia se ha convertido en su nuevo refugio gracias a la intercesión de su Comité Olímpico. Así es como el grupo liderado por Kimia Yousofi ha llegado hasta sus fronteras buscando una vida mejor.