La polémica transgénero en el deporte no elude a ninguna modalidad. La última en verse en el foco es el snooker, la modalidad británica de billar. El circuito femenino no es tan famoso como el masculino, pero esta última semana se ha convertido en protagonista por Jamie Hunter. Esta joven de 25 años ganó el Abierto de Estados Unidos, siendo la primera que ha hecho la transición de hombre a mujer en levantar un trofeo. No todas sus compañeras lo han aceptado.
"Hay una razón por la que hay una gira femenina. Reanne Evans es la mejor jugadora que he visto e incluso ella no puede vencer a los hombres. Me gustaría ver las reglas más estrictas en nuestro deporte. Como hombre, Jamie realmente nunca hizo nada. Y si esto se permite y se vuelve más común, no hay futuro para el snooker femenino. Yo diría que el 90 por ciento de las jugadoras están de acuerdo con esto", sentenció Maria Catalano, prima del mejor jugador de snooker del mundo, Ronnie O'Sullivan y exnúmero uno del mundo.
Pero el organismo rector del snooker sí. La World Professional Billiards and Snooker Association (WPBSA), por medio de su presidente Jason Ferguson, felicitó y respaldó a Hunter explicando que no tienen intención de imponer una prohibición similar a las que han impuesto en deportes como la natación o el rugby y las que planean otros como el atletismo o el fútbol. En cualquier caso, la jugadora se siente atacada y recuerda a sus críticos que "las tasas de suicidio en personas trans son realmente altas" por estos ataques que sufre.
Hunter no pudo con los cientos de mensajes que inundaron sus redes sociales y le llegaron por medio de mensajes privados tras ese triunfo. La jugadora transgénero limitó los comentarios y se protegió ante los "tránsfobos". La joven de 25 años proporciona análisis de sangre cada tres meses para garantizar que los niveles de testosterona están por debajo de los rangos de 10 nanomoles en los últimos dos años. Comenzó la transición en 2019, cuando dijo al mundo que se sentía mujer.
No es que la jugadora transgénero dominase con mano de hierro. En cuartos de final superó a la número 73 del mundo Frances Tso por 3-0 en el encuentro más sencillo que disputó. En semifinales, la británica, que ahora es la número seis del mundo, ganó 4-1 a Mary Talbot-Deegan, 14 del mundo. En la final venció a Rebecca Kenna, número cuatro del mundo, por el mismo resultado que la ronda anterior para levantar por primera vez un título del circuito femenino y crear una gran polémica.
"Le diría a María, u otras jugadoras importantes con preocupaciones, que no me desperté una mañana y decidí jugar al billar femenino porque no era muy buena jugando con los muchachos. Nunca jugué snooker profesional ni en categoría de aficionado, jugué liga local para salir a tomar una copa con mis amigos. Solo me lo he tomado en serio durante los últimos 12 meses y soy mujer desde hace casi tres años", se defendió Hunter ante las acusaciones de la otra jugadora.
Catalano defiende que "las mujeres puedan competir contra los hombres en igualdad de condiciones en el deporte" ya que cree que "hay una ventaja incluso después de la transición". "Esto va a sonar extremo y no sucederá, pero con las reglas actuales, ¿qué pasaría si Ronnie o Mark Selby decidieran hacer la transición mañana? Obviamente sacarían de la mesa a todas las jugadoras", sentencia la mujer que ahora se encuentra justo por detrás de Hunter en el ránking mundial.
"No puedo levantar 30 Kg"
Hunter cree que en un deporte como el snooker no se puede utilizar la excusa de la ventaja física. "En el fútbol o el rugby probablemente haya un problema, pero esto no es un deporte físico", sentencia la jugadora británica de 25 años. Otra de las cuestiones que esgrimen las profesionales que son críticas con la presencia de la transgénero en el circuito femenino es que los hombres se concentran mejor que las mujeres. Jamie cree que este "argumento no tiene base científica".
En cualquier caso, Hunter argumenta que físicamente no tiene ninguna ventaja: "Después de tomar la medicación ya no puedo levantar ni 30 kilogramos. Cuando era un hombre solía hacer press de banca con 100 kilogramos. Es más, durante el Abierto de Estados Unidos me tenía que pelear con una maleta de 25 kilogramos". A pesar de estas palabras, desde las asociaciones que se oponen a la presencia de mujeres transgénero en las categorías femeninas sí demuestran su superioridad.
Uno de estos argumentos es que las transgénero no sufren la considerada como tríada de la mujer deportista: la diferencia de disponibilidad de energía, la función menstrual y la densidad mineral ósea que suponen trastornos de la alimentación, amenorrea hipotalámica funcional y osteoporosis. Desde 'Save Women's Sports', la organización que se opone a que las atletas trans participen en competencias femeninas defienden esta "lucha contra el borrado de la mujer".
Hunter cree que si se hubiera sometido a "todas las cirugías", no existiría "esta conversación". "Puede que haya gente en el circuito que sea como yo, pero no lo sabemos. Ahora que gané un evento, mucha más gente parece tener un problema. No se molestaron cuando estaba labrándome un futuro", defiende. Jamie tiene abierto un GoFundMe, un crowdfunding, para financiar su carrera. Solo lleva recaudados 20 libras de las 10.000 que pretende conseguir.