Chamonix (Francia)

Desde el primer momento en el que pones un pie en el pueblo de Chamonix (Francia) te enseñan a amar y a respetar el Ultra Trail del Mont Blanc. Los días que se celebran las pruebas del evento de trail más importante del mundo, el cual se alarga ahora durante una semana completa, se convierten en algo sagrado que no se puede mancillar. 

Todo lo que allí acontece, desde el primer día hasta el último, queda envuelto por una mística especial. Por eso, en cuanto llegas a Chamonix, tienes que aprender que cada vez que pasa un corredor soñando con llegar a la meta, completamente exhausto y lleno de orgullo por su hazaña, hay que pararse a animarle y a aplaudir. Sea quien sea y venga desde donde venga. Es una máxima que se debe respetar. 

Así es el Ultra Trail del Mont Blanc, una carrera capaz de emocionar por igual a una leyenda de este tipo de pruebas como Kilian Jornet y a un corredor amateur, desconocido para el gran público, pero al que le esperan su familia y amigos en línea de meta para celebrar lo que para muchos es un reto de vida. Por lo que cuesta conseguirlo y por lo lleno que siempre deja el alma después de tantas horas de esfuerzo y sufrimiento. 

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EL ESPAÑOL ha tenido la oportunidad de pasar unas horas entre atletas, organizadores y aficionados conociendo la idiosincrasia de un evento que siguen millones de personas en todo el mundo. El Olimpo de las carreras de trail nos abrió sus puertas para conocer a su gente y disfrutar de eventos multitudinarios y carreras por las montañas más emblemáticas de los Alpes gracias al esfuerzo y al trabajo de la red social para deportistas Strava y de la agencia de comunicación Lymbus

Michael Hoverth dando una charla como CEO de Strava Luke Webster

Qué es el UTMB del Mont Blanc

El Ultra Trail del Mont Blanc, más conocido como UTMB del Mont Blanc o simplemente UTMB, es una carrera por la montaña que surgió en el año 2003, por lo que va camino de cumplir sus primeras dos décadas. Este ultramaratón se celebra en los Alpes y recorre territorios fronterizos en tres países diferentes: Italia, Suiza y Francia. Su meta se sitúa en suelo galo, en Chamonix. 

La prueba estrella tiene unos 171 kilómetros de recorrido y más de 10.000 metros de desnivel positivo. Año tras año ha ido creciendo en importancia situándose alrededor de los 3.000 participantes. Sin embargo, ese crecimiento también se ha ido notando en función del impulso que han tenido las diferentes carreras que se han organizado alrededor del UTMB. 

A medida que ha ido pasando el tiempo, se han ido incorporando nuevas pruebas para complementar un evento que ya es uno de los más importantes en la historia del deporte, especialmente en el universo de las carreras a pie sea cual sea el terreno. Ahora son un total de ocho las carreras que se celebran a lo largo de la semana. Desde el UTMB, que es el plato fuerte, hasta la YCC pasando por la CCC, la TDS, la MCC, la OCC, la PTL y la ETC

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Kristin Moehl y Dawa Sherpa fueron sus primeros ganadores allá por el año 2003. Ahora, es un español quien domina esta prueba. Se trata del atleta extremo catalán Kilian Jornet, quien con su victoria de hace unos días en Chamonix consiguió sumar su cuarto entorchado (nadie tiene más que él) y además lo hizo con el récord histórico de la prueba, ya que fue el primero capaz de completar la carrera por debajo de las 20 horas. Empleó un tiempo total de 19 horas, 49 minutos y 30 segundos. 

Pero lo más especial de esta carrera, que se ha celebrado del día 22 al 28 de agosto, es que seas el primero o el último, el cariño que recibes tanto de la organización como del público es absolutamente abrumador. Incluso aunque consigas llegar a meta en plena noche, ya que los atletas amateur pueden vivir incluso hasta 40 horas de 'infierno' y peligro para completar la carrera. Pero en el momento de llegar a la meta, Chamonix se abre de par en par para robarte el corazón e impulsarte hasta la meta. 

Llegada a meta de un corredor en el UTMB del Mont Blanc

La fuerza de Strava

Una prueba tan grande necesita de muchos apoyos para poder salir año tras año hacia delante. Especialmente cuando se viene de una época tan complicada y difícil como lo han sido el 2021 y, sobre todo, el 2020. Años de crisis sanitaria, económica e incluso de cancelaciones. Pero para ello aparecen empresas tan importantes como Strava, que se ha convertido en una de las principales impulsoras del UTMB. 

Strava es en uno de los partners claves del Ultra Trail del Mont Blanc y EL ESPAÑOL ha podido comprobar de primera mano cuál es el enorme trabajo que lleva a cabo la empresa de Michael Hovarth, CEO y Co-fundador de la compañía. Él mismo le contaba a este periódico con una simple anécdota cómo empezó algo que ahora es un fenómeno mundial. 

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Michael y un amigo, Mark Gainey, tenían la necesidad de compartir sus datos de entrenamiento porque ya no podían practicar el deporte que les apasionaba juntos, el remo. Ambos habían formado parte del equipo de Harvard y querían continuar con su competitividad para poder mejor y así, además, compartir sus experiencias con otros amigos para comparar pruebas y trayectorias.

Por eso, se les ocurrió la idea de crear una plataforma con la que grabar sus entrenamientos para después poder subirlos y almacenarlos, y comparar unos con otros. Además, se dieron cuenta de que ninguna aplicación utilizaba la información de los GPS para llegar a esta experiencia. Un hallazgo que fue definitivo para que esa plataforma pensada para usar entre amigos se convirtiera en lo que hoy es Strava, la red social de deportistas más importantes de todo el mundo. 

Uno de los eventos de Strava en el UTMB Luke Webster

Y ahora, Hovarth dirige un gigante planetario con la humildad con la que en aquellos años intercambiaba datos con Mark. Sin embargo, lo hace también con la responsabilidad de tener a su cargo a un gran equipo y a una empresa que intenta cambiar el mundo empezando por pruebas como el UTMB. Y gracias a su ayuda, EL ESPAÑOL ha podido ser testigo de la experiencia llevada a cabo por Strava en Chamonix. 

El día arrancó con una larga mañana reconociendo Chamonix, un pueblo que impresiona y enamora a cada paso, y que se transforma durante la semana de carreras pasando de unos 9.000 habitantes a más de 50.000. Un lugar que hipnotiza los sentidos y que adormece los malos pensamientos con un paisaje maravilloso, entre los colosales Alpes con el imperial Mont Blanc al frente y rodeado por la belleza del río Arve, afluente del Ródano, adornado por sus continuos puentes de madera que convierten la zona en un enclave idílico. 

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Poco después, Strava tenía preparado uno de sus platos fuertes. Un acto para dar a conocer diferentes proyectos relacionados con el trail y con diferentes luchas sociales. El propio Michael Hovarth se encargó de explicar cómo Strava trabaja para convertirse en una comunidad global que apuesta por el deporte y por la cultura del movimiento, por una movilidad sostenible dentro y fuera de la montaña, uniendo tecnología y respeto al medioambiente. 

Además, sus diferentes iniciativas repartidas por todo el mundo son proyectos en los que se trabaja por la diversidad y la inclusión. En estos momentos, encabeza diferentes iniciativas para intentar romper con estereotipos culturales y raciales. Haroon Mota, uno de los ponentes invitados por la marca, explicó su proyecto a través del cual luchaba por la integración de personas musulmanes en diferentes ámbitos de la sociedad a través del deporte.

Otro de los puntos fuertes de Strava es que siempre trabaja intentando que su comunidad de usuarios persiga el hecho de encontrar sus mejores capacidades para sentirse mejor con uno mismo. Para ello se vale de algunos ejemplos de superación personal que encontraron en el deporte un motor vida. Son los casos de algunas de las ponentes del acto como Sabrina Pace Humphreys, Miranda Larbi o Fran González, auténticas campeonas en la lucha por la defensa de los derechos y libertades de las mujeres, tanto en la sociedad como en el deporte. Todos ellos, liderados por Hovarth y por Zip Allen, la CMO de Strava. 

Después de las ponencias fue momento para disfrutar y pasarlo bien con una agradable cena bajo las estrellas con los Alpes protegiendo el fuerte de la mejor manera posible. Era el momento también de coger fuerzas para lo que estaba por venir a la mañana siguiente. Una intensa ruta por la montaña a 2.000 metros de altitud primero en el Plan Praz y después a 2.525 metros de altitud en Brévent

Carrera por la montaña organizada por Strava en el UTMB del Mont Blanc

Una manera exigente y a la par preciosa de arrancar un día en el que no habría tiempo para casi nada más. Una vez completada la ruta fue momento para probar de una vez por todas los famosos tartiflette, otra de las maravillas que guarda con mimo esta tierra. Y de nuevo, ante un paraje de belleza inigualable. Está científicamente comprobado que en Chamonix y sus alrededores es imposible mirar hacia sus cuatros costados y no quedar epatado por completo ante sus colosales picos. Maravillas de la naturaleza y de la montaña que, como siempre, son el mejor estadio del mundo. 

El final de fiesta trajo consigo un nuevo paseo en teleférico y una visita exprés por la gran feria de tiendas y marcas que componen todo el universo del UTMB. La parada más especial, sin duda alguna, estuvo en la casa de la familia de NNormal, la nueva compañía que lidera la leyenda del trail Kilian Jornet. Última estación antes de poner rumbo a Ginebra para regresar a casa. 

Conociendo el UTMB por dentro

Durante las horas que EL ESPAÑOL estuvo por Chamonix pudo conocer por dentro y por fuera cómo funciona y cómo sale hacia delante un proyecto tan importante y grande como el Ultra Trail del Mont Blanc. Y su principal explicación, además de el amor por el trail y el enorme trabajo de muchos cientos de personas de la organización, está en el brillo que tienen las miradas de las personas que acuden allí cada año para impulsar su Tour de Francia o su final de la Champions particular. 

Hasta allí llegan atletas y aficionados de todo el mundo que convierten un evento único en una gran fiesta. Países como Estados Unidos, Ecuador, Argentina, Francia, Italia, Suiza, Austria, Hungría, China, Brasil o Portugal están de sobra representados, aportando su granito de arena, su color y su sabor. Y como no, España, una de las grandes protagonistas del evento gracias a las victorias cosechadas por Kilian Jornet en la UTMB y por Manu Merillas y Sheila Avilés en la OCC

Durante la aventura, EL ESPAÑOL pudo hablar con José Miguel Borrego Reina y con Carlos Christian Martos, dos atletas de casa que completaron la TDS, 145 kilómetros y 9.100 metros de desnivel acumulado, tras un esfuerzo de algo más de 38 horas. A su paso por meta, analizaban su experiencia y las sensaciones vividas en una carrera que para ellos ya es como el paraíso. 

José Miguel había completado dos veces la UTMB mientras que Carlos Christian había participado también en la CCC. Sin embargo, esta era su primera toma de contacto con la TDS. Y como ellos mismos reconocían, lo más importante es la cabeza: "La dureza la pones tú. Si has preparado bien la carrera, aunque sea dura, lo puedes lograr".

José Miguel y Carlos Christian, dos corredores españoles en el UTMB del Mont Blanc Borja Sánchez

Admitían también que lo más llamativo de este año había sido el calor, algo poco habitual: "Ha sido un hándicap muy importante este año. Ha habido tramos de mucho calor, con subidas largas y no es normal que haga aquí esas temperaturas. La organización no está acostumbrada a eso y han faltado suplementos de agua en algunos puntos. Pero el corredor sabe que tiene que llevar todo encima". 

Emocionados tras cruzar la meta, aseguraban a EL ESPAÑOL que lo más especial es poder llevarse el premio de su gente: "Han venido amigos nuestros a recibirnos desde Ceuta. Además, el ambientazo que hay en Chamonix es impresionante. Que recorras toda la avenida y todos te vengan aplaudiendo es mágico. Eso solo pasa aquí". 

Muy de acuerdo con Christian, Chamonix y su unión con el UTMB tienen algo tan especial que las palabras no alcanzan a explicarlo. Por momentos, puede ser una carrera infernal, dura y con mil y una trabas que pueden obligar a los corredores a desfallecer y a rendirse.

Pero siempre hay un hilo de esperanza que te ata a esta tierra para siempre y del que tirar cuando la meta en la Place du Triangle de l'Amitié se acerca. Porque lo más maravilloso del UTMB es que te acogen en todo momento como uno más, y llegues el primero o el último, te reciben como si fueras un héroe. Y eso no tiene precio.