Detrás del récord de Eliud Kipchoge en el Maratón de Berlín hay todo un equipo de trabajo. La mayoría son anónimos o no pretenden dejar de serlo. Es el caso de Claus Henning-Schulke, un voluntario de la prueba de la capital germana que se ha ganado la confianza del atleta de nacionalidad keniana. Es su aguador en la carrera.
Claus tiene 56 años y es voluntario en el Maratón de Berlín desde 1998. Es también maratoniano y triatleta, lo que le permite tener una condición física privilegiada y ser requerido por las estrellas de la carrera alemana. Eliud no podía no tenerle el día que consiguió su segundo récord del mundo: 2.01:09. El aguador ya estuvo presente el día del primero, en 2018.
Antes que aguador, es director de proyectos para una empresa constructora. Es su pasión por el atletismo la que la ha llevado a ser voluntario del Maratón durante 24 años consecutivos. Es el miembro principal de un equipo que consta de 30 voluntarios y se encarga de asistir al mejor maratoniano de la Historia. Sus reacciones tras los avituallamientos son virales.
La función de Claus como aguador es entregar al corredor una botella de agua en los puntos de avituallamiento. Su trabajo es tan básico como indispensable, ya que las estrellas de la carrera deben hidratarse de la forma correcta y sin bajar su rendimiento. La precisión es obligada, en tiempo y forma. Cada cinco kilómetros -en cada punto que marca la organización- allí debe estar el aguador preparado.
El esfuerzo que hace es máximo. A fin de cuentas, ha de recorrerse la carrera igual que el maratoniano. Para cumplir con su función lo hace a su manera: en bicicleta y casi al doble de velocidad que el participante. Claus dice que debe pedalear a 40 kilómetros por ahora cada vez que se sube a la bici, por lo que acaba exhausto.
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Además de estar en cada punto de entrega, el trabajo de Claus también requiere que el aguador sepa llamar la atención del corredor. Cada punto de avituallamiento está señalizado, pero el que da la botella debe asegurarse de ser visto. La entrega tiene que ser igual de efectiva que en una carrera de relevos.
Claus tiene una cosa especial que le convierte en un personaje curioso: su forma de celebrar cada entrega con éxito al maratoniano. En 2018 y en 2022 las celebró todas. Este año iba con una cámara Go-Pro en su cabeza con la que grabó todo su recorrido, aunque todavía no ha compartido estás imágenes.
Kipchoge es el primero que reconoce el valor del trabajo de Claus en Berlín. En 2018, le pidió a la organización del Maratón que llevarán al aguador a su hotel. Ambos se fotografiaron y Eliud le regaló el dorsal de carrera de su primer récord del mundo. El cartel llevaba una dedicatoria especial: "Querido Claus, sin ti no habría conseguido este récord mundial".
"Mi mayor recuerdo de Berlín es el tipo que me estaba dando agua. Sigue siendo mi héroe. La forma en que se manejaba era increíble", recordaba Kipchoge al hablar de su gesta de hace cuatro años. Este domingo se repitió la escena: Eliud logró otra plusmarca y Claus pudo celebrar cada entrega. Historia de Berlín.