Empezar de cero. Reconciliarse con lo que uno ama. El viaje de Kiko Martínez durante los últimos siete meses ha sido el más duro al que se ha enfrentado en sus 36 años de vida. A finales de marzo le arrebataron el título mundial y la ilusión. Pensó que el boxeo había acabado para él, pero no podía irse así. El pasado sábado se coronó por sexta vez en su carrera campeón europeo.
En cuatro asaltos, en el OVO Arena de Londres, el inglés Jordan Gill se inclinó ante La Sensación. Cuatro veces hincó la rodilla en el tapiz, y en una de ellas hasta tuvo que encontrar apoyo en las cuerdas para reposar la cabeza. Mientras tanto, Kiko levantaba el puño victorioso. La sangre hervía en su interior y el corazón le palpitaba al son de un sentimiento: todavía puede seguir haciendo lo que más quiere.
Martínez es el único que puede decidir sobre sí mismo. Sobre una vida que entregó hace casi dos décadas, en 2004, al boxeo profesional cuando debutó en La Cubierta de Leganés. Desprende el aroma de los campeones de la era dorada del boxeo en España, esa que algunos como un servidor -el que escribe- no vieron con sus ojos, pero de la que se empaparon mediante relatos de familiares y otros cercanos como si de leyendas literarias se trataran.
Kiko siempre pelea hasta ganar. O hasta caer. Luego se levanta, es casi un ritual. Lo hizo tras verse "hundido psicológicamente" cuando le robaron su título mundial en Leeds el pasado 27 de marzo. Cambió de equipo, se arropó en un coach y abrazó su última bala. Disparó y dio en el centro de la diana.
Apenas unos días después, seguro que todavía con restos de adrenalina en el cuerpo, el púgil de Torrellano atiende a EL ESPAÑOL. Lo hace casi emocionado y uno queda atrapado en ese relato de sufrimiento, dedicación y pelea que han sido sus últimos siete meses. Es imposible que te guste el boxeo y no admirar a Kiko.
Es una alegría tener esta charla solo unos días de volverle a ver campeón. ¿Qué tal está?
La verdad que muy bien. La gente me está felicitando mucho después de lo que pasé. Mi pelea es haber pasado por 26 puntos de sutura, haber pasado psicológicamente algo muy duro. Era perder el título del mundo, con todo el trabajo que yo había realizado, y cómo lo perdí. Para mí fue bastante duro.
La gente me está felicitando por todo lo que pasé, más que por la victoria del sábado. Lo más duro se pasó anteriormente. Es todo lo que yo pasé. Y lo logré. Regresé y volví a lograrlo [ganar un campeonato]. La gente se ha dado cuenta que se puede, que sí se puede todavía.
¿Cómo analiza la pelea que tuvo contra Jordan Gill?
Pues yo la resumo en que hice un trabajo increíble. Detrás había mucho trabajo entre Gabi [Sarmiento], Ricardo [Sánchez Atocha] y yo. Y salió tal cual lo planeamos todo, salió todo bien. Creímos en el trabajo que hicimos. Ahora mismo nos vamos atrás y vemos que hicimos un gran trabajo, que salió como creímos que iba a salir.
¿Sentía que como si fuera una última bala?
Es que era la última bala. Era la última -risas-. Era todo o nada. Tenía que ser honesto conmigo mismo. No había margen de error. No había ningún margen de error. Había que pasar por ese peaje y pagarlo. No nos podíamos poner a pensar que había más balas. Quedaba esa solo.
¿Cómo se afronta una contienda así, sabiendo que puede ser la última?
Tenía que disfrutar en todo momento. Por lo menos eso y entender que era de la única manera que yo podía salir victorioso. Disfrutar el proceso, de los entrenamientos, y disfrutar la pelea. Era casi volver a ser un niño, que es disfrutar, y eso se nos olvida a veces. Gracias a eso no pensaba que era la última bala, solo en que tenía que ser yo. Si solo te quedas con que es todo o nada, puedes encerrarte en algo negativo.
Físicamente se le vio impresionante.
Yo me encontré muy bien. Aposté a todo lo que yo hice. Y lo creía así. Y cuando estaba subiendo al ring por la pasarela, empecé a entender que me encontraba bien, que física y psicológicamente estaba bien. Sabía que todo se había hecho bien y ya solo me tocaba disfrutar. Me encontré realmente bien.
La última vez que hablamos fue pocas semanas después de caer ante Warrington. Era un momento duro en el que dudaba sobre si seguir o no. ¿Qué le hizo levantarse de aquello?
Porque era ahora o nunca. No me podía permitir el lujo de irme para volver algún día pensando en mi fondo que todavía me quedaba algo. No quería irme para volver. No quería hacerle eso a mi familia dentro de, por ejemplo, tres años pensando que seré la misma persona y tendré la misma energía para volver. No me podría permitir ese lujo de volver a esclavizar a mi familia al deporte en unos años. Yo quiero que cuando me vaya sea para no volver y no pensar años después que he dejado algo todavía por hacer.
"Era ahora o nunca. No podía permitirme el lujo de irme tras lo de Warrington para volver algún día"
Quiero irme sabiendo que lo hice todo, que lo hice todo bien y que volver sería un error por mi parte. Pensé muchísimas veces en irme del boxeo para no volver, pero me habría quedado toda mi vida buscando culpables, pensando en que si volvería qué pasaría y eso es un lujo que no me puedo permitir.
¿A qué se refiere cuando dice que le quedaba algo por hacer?
Amo el deporte y amo lo que hago. El único miedo que tengo, personalmente, es que algún día me levantaré por la mañana y no lo podré hacer. No podré irme a correr a la montaña, no podré competir al alto nivel, no podré pelear por un europeo o por un mundial... Eso se va a acabar, es más, se está acabando. Y es el miedo que yo tengo, que un día me levantaré por la mañana y no podré cumplir lo que yo amo hacer desde niño. Todavía no quiero que todo eso se acabe.
"Lloré mucho y me encerré en casa tras perder el título mundial así. Mi mujer me decía que la felicidad no era eso"
¿Cómo fue su preparación durante el verano?
Era volver de entre los escombros. Poco a poco arrancar y volver a coger confianza porque no la tenía. Volver a coger la distancia, volver a coger el físico, volver a creer que sí se puede. Ha sido un proceso muy duro en el que me ha ayudado un coach bastante tiempo para poder afrontar todo.
Era un mal que tenía en mi mente. Estaba hundido psicológicamente. No quería estar con gente, me sentía agobiado. La gente no sabe lo mal que lo pasé emocionalmente. Estuve llorando mucho, encerrado en mi casa. Mi mujer me decía que la felicidad no era eso y yo lo pasé fatal. Me levantaba cada día pensando: '¿Y si ya ha terminado?' Mi sueño es que esto no se acabe nunca.
Cuénteme sobre ese trabajo con un coach.
El objetivo era entender que todavía quería seguir. Trabajé mucho un cambio provocativo para saber si realmente lo quería. El coach me insistía mucho en si lo quería o no y yo le tenía que hacer entender a él y a mí que así era.
Tuvimos que trabajar mucho haciendo hincapié en ese cambio provocativo. Él me decía que ya estaba bien, que lo dejara, que ya no había más. Y eso era el cambio provocativo. En mi mente hubo un cambio brutal para saber que sí quería seguir.
"Mi padre es minusválido y le he visto siempre sufrir, pero nunca quejarse"
¿Por qué cree que tiene esa capacidad para levantarse de cada golpe?
Es lo que me educó mi padre. Mi padre es minusválido desde que era un niño pequeño. Se rompió la pierna y en esa época las cosas no estaban tan avanzadas como ahora. Los médicos se cargaron su pierna. Yo he visto a mi padre siempre sufrir, pero nunca lo vi quejándose. Él siempre fue a trabajar y sufría mucho por los dolores que tenía, pero nunca se quejó. La educación que me dio mi padre fue esa, que por muy mal que vayan las cosas siempre se puede mirar hacia adelante.
Como su padre, ahora es usted el que se ha convertido en un ejemplo para muchos.
Lo que quiero es eso, enseñar a la gente que se puede levantar las veces que quiera. Si sigues teniendo fe, sigues cuidándote y sigues haciendo las cosas bien, al final todo sale. No es algo de hoy para mañana, hay que esforzarse y hay que caer y levantarse. Pero mientras estés vivo, siempre tendrás la oportunidad de poder conseguirlo.
¿Qué es lo que viene ahora para Kiko Martínez? ¿Una revancha contra Warrington o retar a Leigh Wood? El objetivo es volver a pelear por un título mundial, parece claro.
Mi objetivo es volver a pelear por un campeonato del mundo y tiene que ser la siguiente pelea. No puede haber otro peaje. Ya lo he pagado para conseguir una gran pelea y me la gané el sábado. Mi próxima pelea tiene que ser por un mundial sí o sí. Lo queremos mi equipo y yo. Tiene que ser Leigh Wood o Josh Warrington, aunque se juega el título en diciembre contra Luis Alberto López. Luego estoy yo, que soy el número uno en la clasificación mundialista como retador de la IBF.
Nos lo hemos ganado, ya hemos pagado el peaje y ha de ser la siguiente pelea. A mí me gustaría más enfrentarme a Wood porque me ha faltado al respeto varias veces y quiero demostrarle que le puedo ganar, que le ganaría y que voy a volver a ser campeón del mundo. Yo quiero la pelea ya.
"Mi próxima pelea tiene que ser por un título mundial sí o sí. Quiero a Leigh Wood"
No quiere esperar mucho para tener ese combate.
Ha de ser para el año que viene ya porque obviamente este año ya no voy a pelear. Llevo muchas peleas este año y lo más normal es que empiece a descansar un poquito hasta el año que viene. Toca parar y cuidarme para evitar lesiones. Pero después de eso tiene que venir la pelea, está claro.
Y con esa pelea, se acabó. ¿No es así?
Si volviera a ser campeón del mundo, automáticamente cerraría mi etapa de competición. Honestamente, me iría feliz del boxeo siendo campeón del mundo. Sería una gran historia, una salida que ni todo el dinero del mundo lo pagaría. Poder decir que me fui como campeón del mundo, que en el camino me levanté un montón de veces y lo conseguí.
"Cuando me retire quiero ser entrenador y enseñar a los chicos a ser buenos boxeadores y tener una vida ordenada"
¿Qué hará con su vida cuando se retire?
La idea es ayudar a los chicos, ser un buen entrenador. Intentar aprender para enseñar y con toda mi experiencia ser un gran entrenador. Quiero enseñar a los chicos a no ser solo buenos boxeadores sino a tener también una vida ordenada, a tener una vida dedicada al deporte. Que sepan que tienen ahí a una persona con experiencia que les puede ayudar, pero que no va a ser fácil el camino.
No podrá dejar nunca el boxeo del todo.
Yo creo que nací para el deporte y que moriré estando aún cerca de todo esto.