Es difícil reconocer en el deporte del boxeo un lugar con mayor aroma a Historia que el Madison Square Garden. El recinto neoyorquino vio a Joe Louis sucumbir contra Rocky Marciano (1951) y dos de las tres obras maestras entre Muhammad Ali y Joe Frazier (1971 y 1974). Un español, Sandor Martín (Barcelona, 1993) ofreció este mes una buena lección de boxeo en la meca del pugilismo.
El pasado día 10 de diciembre, cuando en España eran las 5 de la madrugada, Sandor salió con el puño en alto del Garden. Se había enfrentado en el main event de la velada al local Teófimo López. Solo había tenido tres semanas para prepararse, se presentó allí, luchó de tú a tú con una estrella y todavía tuvo que soportar que le robaran.
Sandor, que acabó con la nariz partida por un cabezazo y aún así puso sobre la lona en dos ocasiones a su rival, no se llevó el triunfo. Así lo quisieron los árbitros, mientras el público y los mayores expertos del boxeo lo tenían claro: "El español debió ganar". Es lo que más reconforta al púgil de Nou Barris.
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Con una sonrisa en el rostro y ya sin tantas marcas de su última batalla, Sandor Martín atiende desde su casa a EL ESPAÑOL. Despedirá el año con los suyos, deseando dar pronto la bienvenida a un nuevo miembro en la familia. Espera junto a su pareja su primer hijo, una niña. Es la gran noticia con la que arrancará su 2023, pero confía en que no será la única.
Tras sus dos peleas en EEUU -venció el 16 de octubre de 2021 a la leyenda Mikey García-, el boxeo ya se ha quedado con el nombre de Sandor Martín. La derrota contra Teófimo tuvo un sabor a victoria y con lo alocada que está la división de peso superligero en la WBC no hay que descartar nada. 2023 puede ser el año en el que el hijo de Rafa, 'el nieto de una portera', pelee por un título mundial.
Ya se van notando menos las secuelas de la pelea. ¿Cómo has pasado estas semanas?
La verdad que bien. Todo lo que ha venido después del combate y del resultado en sí ha sido bastante beneficioso para mi persona. La opinión y la crítica han sido muy positivas. Creo que salimos reforzados de este combate. Sinceramente, pienso que van a venir oportunidades más grandes y peleas grandes en Estados Unidos porque dimos una muy buena imagen. Además, todo el mundo coincide, ganamos el combate.
¿Le has dado muchas vueltas al resultado? Sobre todo a ese 97-92 que marcó el árbitro canadiense.
No, la verdad es que no. Se decretó lo que se decretó y punto. No se puede hacer nada por cambiar ese resultado más que un combate de revancha en el que nos volvamos a ver las caras. Acabé saliendo con el brazo en alto para demostrar que soy mejor que él, pero el resultado es el resultado. Eso ya está dado. Yo con lo que me quedo es con el Madison silbando el resultado. Me quedo con todos los ánimos que me dio la gente al bajar del ring, los mensajes de cariño que me dieron, la cantidad ingente de personas que me estuvo diciendo que había ganado el combate...
Me quedo con el hecho de ir a un sitio que es la meca del deporte del boxeo, enfrentar a una superestrella, tratarla de tú a tú y ganarla en el patio de su casa. Es con eso con lo que me quedo, porque yo sé que he estado en ese primer nivel, sé que he dado la cara y sé que hemos merecido más dentro del combate. Entonces, cuando tú te ves en ese primer nivel y te ves haciendo las cosas bien, creo que es satisfactorio.
A pesar de contar como derrota (40-3), es un buen empuje para arrancar 2023.
La pelea se da de una manera precipitada. Nos avisan con tres semanas de antelación. Gracias a que soy buen deportista y me preocupo de estar en un buen punto de forma durante todo el año pudimos aceptar ese combate. Es un combate que se define por condicionantes como ese cabezazo en el primer asalto, que ya nos condiciona un poco la estrategia, la manera de pelear. Pero pese a todo, creo que hicimos un buen papel.
Analistas, expertos, boxeadores... No la opinión pública en sí, que también puede coincidir, sino la gente que sabe del boxeo, los que viven con el boxeo, los que respiran boxeo todos los días, coinciden en la misma opinión: "El español debió de ganar ese combate". Todo el mundo habla de una victoria no meritoria de Teófimo en el Madison y eso reconforta.
En 2023 sé que van a venir cosas grandes. Seguro. Si no es una revancha con él, es otra eliminatoria mundial o quizá una pelea por el título mundial. Estoy deseoso de que eso llegue, porque sé que lo podemos hacer bien y traer el título a casa. Pero toca esperar.
Si el mundo conoció a Sandor Martín tras ganar a Mikey García, ¿con qué crees que se ha quedado tras la pelea frente a Teófimo?
Como he dicho, "el español es bueno". Mucha gente desmereció la victoria contra Mikey García. Decían que estaba al final de su carrera, que no iba entrenado, que no iba motivado. Yo viví en primera persona a Mikey García. Yo sé lo que había encima del ring, yo sé cómo entrené y sé cómo trabajé para ganar ese combate. Mikey García es uno de los mejores boxeadores que ha habido en las últimas décadas, con diferencia. Campeón mundial en cuatro divisiones. Si Mikey hubiese cogido otro boxeador aquella noche, lo hubiese barrido, lo hubiese pasado por encima. Y mucha gente creyó que fue casualidad.
Lo que se ha demostrado en este combate contra Teófimo López es que dos veces no es casualidad que un boxeador compita en ese primer nivel y trate de tú a tú a las superestrellas. Es una cosa de trabajo, de dedicación. Es una cosa de lo que España puede presumir, de tener a un boxeador en el primer nivel mundial. Eso no pasa todos los días. A día de hoy Kiko Martínez, que es un espejo a través de los años en el que me mido, y yo somos los únicos boxeadores españoles que estamos en ese primer nivel mundial y creo que eso se tiene que valorar.
Es una pregunta difícil, pero viendo esto y recordando lo que le ocurrió a Kiko Martínez este año contra Warrington, ¿crees que se respeta al boxeador español como se debería en el plano internacional?
Todavía falta. Creo que lo que está haciendo Kiko, lo que hizo el otro día también Samuel Carmona o lo que hice yo certifica el buen estado de forma del boxeo español. Son puertas que vamos abriendo para que los que vienen por detrás lo tengan un poco más fácil.
A España, en el deporte del boxeo a nivel internacional, la tienen considerada como un país tercermundista. No por el nivel de los boxeadores, sino por el poco apoyo institucional y el reconocimiento social que reciben los boxeadores aquí. Saben que en España tenemos buenos boxeadores, pero no se genera lo necesario en industria. Es difícil que los boxeadores españoles, por ese mismo motivo, puedan optar a las grandes oportunidades. De ahí que muchas veces soñemos con traer aquí las grandes peleas. Pero si tenemos que ser sinceros y justos con nosotros, sabemos que es inviable.
"A España, a nivel internacional, la consideran un país tercermundista en el boxeo"
¿Y en España? Recuerdo una charla hace ya más de año y medio en la que decías que no se reconocía al deporte del boxeo. ¿Has visto un progreso desde entonces?
Hay diferentes maneras de mirarlo. Lo que es el reconocimiento social y la aceptación social del deporte del boxeo ha crecido muchísimo. Antes decías que eras boxeador y te miraban un poco raro. A día de hoy eso ya no sucede. Creo que es uno de los deportes que más ha crecido en los últimos cinco años. Los gimnasios están llenos. El boxeo se ve de una manera saludable de cara a la sociedad, como algo beneficioso. Y más para los tiempos que corren hoy en día, porque la gente está sometida a un estrés continuo en el día a día y necesitas liberar esas tensiones.
El apoyo institucional es muy justito. Y luego las televisiones y las plataformas, las grandes industrias, que son las que tienen la inyección económica para ayudar a levantar esto, siguen sin querer entrar como deberían entrar. Esas grandes apuestas no acaban de llegar y yo espero que lleguen antes de que me retire, porque me gustaría poder aprovechar eso y poder llenar un estadio aquí en España. Deberían de acabar de atreverse y en menos de cinco años estoy convencido de que eso va a suceder. Estoy convencidísimo, pero todavía no ha pasado.
Cambiando de tercio, ¿qué sientes al verte peleando en el Madison Square Garden, la meca del boxeo mundial como se dice?
Lo que es el combate lo he visto solo una vez. Me quedo con la sensación de lo que allí viví, ¿sabes? Siempre digo lo mismo. Me gustaría disfrutarlo todo mucho más. No te das cuenta realmente de dónde estás. Una de las cosas que solicité fue tener acceso al Madison en los días previos al combate. Para sentirlo vacío, para disfrutarlo vacío. Y no tuve la posibilidad. Ya cuando lo vi ya estaba lleno. Emociona mucho, pero no cambia tanto como ver otro cualquier pabellón lleno. Siendo realistas, es así.
Una de las cosas que más disfruté fue cuando estaba a punto de salir al ring y encima de la pantalla gigante que había encima del cuadrilátero, empieza a salir el anuncio de Top Rank. Todo el Madison tronando, con efectos de luces y una pantalla que ponía: "El boxeo es legendario. El boxeo es épico. El boxeo es lucha. El boxeo es sudor". Y salían imágenes de Ali, de Argüello, de Sugar Ray Leonard, de Pacquiao... Fue un subidón de decir: "Y ahora voy yo". La verdad es que fue muy bonito.
Fuiste a boxear al lugar donde Ali, Frazier y muchos más han hecho historia...
Son todos leyendas. Pelear en el Madison es muy difícil, pero ser la pelea principal es extremadamente difícil. Nosotros lo hemos conseguido saliendo desde donde hemos salido. Sin apoyo, sin ese reconocimiento, luchando contra todo, estuvimos ahí. Es muy satisfactorio.
¿Cómo se ha vivido a tu alrededor todo esto?
La repercusión ha sido tremenda. A día de hoy sigo caminando por las calles en Barcelona. Me siguen parando para felicitarme para decirme que nos robaron en Estados Unidos... La repercusión que ha tenido esta derrota ha sido incluso más grande que la victoria con Mikey García, te diría. Les ha dolido como a mí.
No suelo exponer mucho estas cosas, pero el otro día estaba en casa de unos familiares y vino una amiga de 16 años de una de ellos. Se puso a llorar nada más verme. Me quedé bloqueado al saber que le puedes llegar de esa manera a la gente y transmitir de esa manera a la gente. Esa persona te está explicando que se levantó a las 5 de la mañana para ver el combate, que te vio perder, que le dolió muchísimo, que lloró...
Me gustaría saber cómo lo sintió tu padre (y entrenador), Rafa. ¿Qué fue lo que te dijo tras acabar la pelea?
Con poco nos decimos mucho. Los dos aceptamos el resultado, es decir, no nos ha fastidiado. No es algo nuevo en el deporte del boxeo y él ya había vivido esa situación desde la esquina. Nos fuimos caminando hacia camerinos, riéndonos: "Una más. Ahora ya tenemos historias para contar", decíamos. Luego a mí me llevaron a coser la nariz, me pusieron dos puntos detrás de la de la nuca de otro corte que tenía...
Fue cosa de estar bromeando. "Nos iban a matar contra Mikey García y no nos mataron. Nos iban a matar contra Teófimo López y no nos mataron. Bueno, estamos teniendo suerte en esta vida. Seremos como los gatos que caemos de pie" -risas-.
Y la pregunta obligada es: ¿Ahora qué viene? ¿Cuáles son tus planes para 2023?
Sinceramente, no lo sé. El mundo del boxeo es muy loco. Lo primero es recuperarme bien de la nariz. A los pocos días de haber llegado a España ya empecé a entrenar, me he mantenido en forma, pero todavía no he recibido ningún impacto de la nariz. Hasta mitad de enero o así no empezaremos a probar.
"Teófimo López sabe que no va a ganar una revancha conmigo"
[José] Ramírez tenía que pelear con Regis Pograis -el campeón mundial WBC- y ha dicho que no quiere pelear. En teoría iba a Teófimo, que ha estado con la boca cerrada porque sabe que esa pelea no le interesa, porque sabe que no la va a ganar. Sabe que una revancha conmigo tampoco la va a ganar. Y el CMB ha dejado a Pograis hacer una defensa voluntaria. Vamos a ver qué hace y qué resultados se da. Vamos a ver qué pasa con Teófimo y vamos a ver cómo evoluciona el deporte del boxeo.
Ahora mismo es cierto que no tenemos nada en claro, pero igual que te digo que quizás se podría volver a precipitar todo y tener otra gran oportunidad antes de acabar el primer semestre. Sé que puede ser algo muy incoherente para quien lo esté leyendo porque no entienda como funciona el mundo del boxeo, pero ahora mismo estamos en ese punto y sé que en 2023 va a llegar algo, algo importante, y vamos a estar preparados para ello.
¿Ha de ser por fin el año de pelear por el título mundial?
Ojalá 2023 sea el año. 2023 ya me va a traer una niña que va a ser nuestra primera hija. Si además de la niña me trae el campeonato del mundo, creo que no le puedo pedir nada más. Sería un año épico, en lo personal y en lo deportivo. Pero vamos a ver cómo se da todo. Es cierto que se han cumplido los plazos, que estamos en un muy buen momento, que las cosas avanzan bien, pero como siempre digo, los pies en el suelo y poco a poco, que todavía queda mucho camino.
Otro deseo podría ser montar una gran velada de boxeo en España... Igual que Ilia Topuria, al que conoces, quiere armar con la UFC. ¿Qué falta para tener algo así?
Es lo que venimos reivindicando los deportistas de combate. Nos gusta salir fuera por toda la repercusión que se tiene, por lo que se genera, porque evidentemente a nivel económico las bolsas son mucho más grandes, tanto en la UFC como en el deporte del boxeo. Pero por otro lado, nos duele no poder traer aquí esos grandes combates. Sabemos que trayendo aquí esos grandes combates, la historia del deporte de combate en España sería absolutamente diferente.
Es que alguien se atreva a dar ese primer paso y cambiará la historia del boxeo en España. Estoy convencido. Hablo del deporte del boxeo y te hablo también de la UFC. Topuria va camino de ser una superestrella, pero se está labrando el camino fuera. Kiko Martínez ha tenido que hacer 23 combates fuera de casa. Yo ya estoy empezando a pelear fuera de casa bastante. ¿Por qué? Porque no podemos traer esos grandes combates.
Imagínate que pudiésemos. Seríamos una potencia, porque deportivamente tenemos el nivel para ser una potencia, pero a nivel de industria, a nivel de marketing, a nivel de espectáculo, no somos grandes competidores. Nos llevan años de ventaja y eso hay que hay que revertirlo.
No podemos estar siempre hablando de aquí a unos años. Hay que hacerlo ahora. Los homenajes tienen que ser en vida, no a título póstumo. No podemos intentar traer esos grandes eventos el día que Topuria se retire, el día que Kiko Martínez se retire, el día que Sandor Martín se retire... Hay que hacerlo ahora porque es cuando lo merecemos, como deportistas. Entiéndase la situación, que el momento es ahora y ahora es cuando tiene que ser. Y ojalá 2023 sea el principio de algo grande.