Estupor en Estados Unidos por el nuevo formato estrenado este miércoles en la televisión de pago. Su nombre es Power Slap, se emite en la cadena TBS (propiedad de Warner) y es una creación del hombre que llevó a la UFC hasta la cima de los deportes: Dana White.
Power Slap se presenta como una nueva liga de deportes de combate en la que solo valen las bofetadas. A modo de serie y a lo largo de ocho episodios, varios competidores se enfrentan repartidos en cuatro divisiones como si fuera boxeo o MMA: peso welter (77 kg), el peso mediano (84 kg), el peso semipesado (93 kg) y el peso pesado (120 kg). El premio para los ganadores será un título al final de la temporada.
El argumento es sencillo, además de tratarse de una disciplina, si así puede llamarse, que ya ha tenido éxito en varios países de Europa del Este y Oriente Medio. En redes sociales se hicieron virales vídeos de estas veladas de apariencia clandestina que Dana White ha querido profesionalizar en Las Vegas, lugar en el que se graba Power Slap.
Antes del estreno ya surgieron grandes críticos al formato por los riesgos que conlleva para los competidores. Dana White insiste en que todo el mundo está protegido (uso de tapones para los oídos y protectores bucales), pero las imágenes generan todo tipo de sensaciones salvo seguridad.
Las peleas consisten en intercambios de golpes por turnos hasta que uno de los dos competidores se da por vencido o queda noqueado. La emisión del primer capítulo en TBS dejó imágenes aterradoras de varios participantes cayendo inconscientes de manera alarmante tras recibir alguna de las bofetadas.
En Twitter han aparecido varios vídeos de nocauts brutales en los que los árbitros, situados detrás de los competidores para protegerles de las caídas, recogen los cuerpos inconscientes de los luchadores. Las imágenes no son aptas para todo el mundo y alertan sobre las consecuencias cerebrales que pueden sufrir los que encajan los golpes.
Las críticas no han tardado en aparecer. Ariel Helwani, periodista reputado en el mundo de las MMA, ha dicho que este deporte es una "vergüenza" y carga contra TBS por emitirlo por televisión. Además, lanzó un alegato señalando que ningún periodista debería cubrir Power Slap.
Agresión de White a su mujer
El estreno de Power Slap ha llegado en mitad de otra polémica relacionada con otras bofetadas, las que Dana White y su mujer se intercambiaron durante una fiesta de Año Nuevo en México. El presidente de la UFC, que siempre se había posicionado firmemente en contra de las agresiones de hombres a mujeres, acabó haciendo lo que siempre juró que no iba a hacer.
White, sin embargo, no sufrió consecuencias más allá de la "vergüenza" que admitió sentir tras la publicación de las imágenes. A pesar de que algunas voces pedían su despido, la UFC no tomó medidas al respecto. La polémica provocó que Power Slap atrasara su estreno, previsto inicialmente para la pasada semana.