El pasado 6 de febrero la tierra tembló de una manera muy violenta en Turquía y en Siria. Uno de los mayores terremotos que se recuerdan en los últimos tiempos sacudió una zona muy amplia dejando un rastro devastador a su paso, con edificios completamente derruidos, familias y vidas rotas, miles de muertos y otros tantos desaparecidos.

El epicentro estuvo en Turquía y desde entonces el deporte, ese campo que tantas veces ayuda a olvidar los problemas del día a día y sirve como desahogo, pasó a un segundo plano. "Todas las competiciones deportivas nacionales previstas en nuestro país han sido suspendidas hasta nuevo aviso”, salió a decir a través de las redes sociales el ministro de Juventud y Deportes de Turquía, Mehmet Muharrem Kasapoglu. No era para menos, porque una buena parte del país se encontraba en ruinas y con tareas mucho más importantes que atender.

Como a cualquier otro ciudadano, a los deportistas también les afectó este desastre natural. Algunos han perdido a familiares, otros siguen entre los escombros desaparecidos y ha habido quien no ha podido evitar la muerte. Las tareas de rescate siguen en pleno funcionamiento cuando ha pasado ya más de una semana desde que todo se viniera abajo, y las cifras de fallecidos, también en el deporte, siguen aumentando con el paso de las horas.

Todo parado

El fútbol, el baloncesto, el balonmano... Cualquier competición nacional en Turquía se ha detenido desde el momento en el que el terremoto sacudió toda su violencia. Las Federaciones, como era de esperar, no han puesto ningún tipo de pegas por ello, y además la orden venía directamente del Gobierno turco, por lo que tampoco les quedaba más remedio que acatar la decisión. 

Las competiciones continentales han mostrado un gran respeto con la situación y han tenido tacto a la hora de tratar esta tragedia. Por ejemplo, la Euroliga de baloncesto en la que militan el Fenerbahçe y el Anadolu Efes permitió el aplazamiento de los partidos de estos dos equipos pese a que eso supusiera una alteración del calendario.

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En el plano estrictamente nacional, la Federación Turca de Fútbol y la Unión de Clubes anunciaron que la Superliga turca se reanudará el próximo mes de marzo, esperando a dar tiempo suficiente para que todo vaya regresando a la normalidad de forma paulatina. Sin embargo, ni el Hatayspor ni el Gaziantep FK regresarán a la competición por voluntad propia al ser un equipo de una de las zonas más afectadas.

En este caso, la propia Superliga turca dio el beneplácito a la decisión de estos dos equipos, que han quedado muy tocados después del terremoto. Todos los partidos se contarán como victoria para el rival pero lo más importante es que ambos podrán seguir participando en la máxima categoría nacional la temporada que viene.

Muertos y desaparecidos

La lista de deportistas afectados por el terremoto sigue subiendo a medida que se pueden ir apartando escombros en todas esas tareas de rescate y reconstrucción que siguen en marcha desde el primer día. Son muchos los atletas, de una u otra disciplina, que han perdido familiares, han resultado heridos, están desaparecidos o que incluso han fallecido en el terremoto. 

Uno de los casos más sonados es el del futbolista Christian Atsu. El exfutbolista del Málaga, que actualmente es jugador del Hatayspor en la liga turca, sigue desaparecido más de una semana después de que el terremoto se produjera y se teme lo peor sobre él. Llegaron a circular algunos falsos rumores de que había sido encontrado, pero rápidamente su entorno se encargó de desmentirlos y de pedir respeto para una situación tan angustiosa.

"Todavía no hay noticias sobre Atsu y sobre Taner Savut. No diría esto si estuvieran en el hospital. Estamos pasando por momentos muy difíciles", comentó el entrenador de Hatayspor. Taner Savut es el director deportivo del club, que también se encuentra en paradero desconocido. Onur Ergun, Burak Oksuz y Kerim Alici, todos ellos compañeros en el mismo equipo, fueron rescatados o consiguieron incluso salir por su propio pie de entre los escombros.

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Viendo que todavía no hay novedades en torno a una aparición de Atsu, su agente comunicó la incertidumbre que están viviendo todos sus seres queridos: "Han pasado nueve días desde el terremoto y todavía no hemos localizado a Christian. Las escenas son inimaginables y nuestros corazones están rotos por todos los afectados", lamentó.

También en fútbol, Baris Basdas, defensa de Malatyaspor, tuvo que saltar del balcón de su casa para esquivar las consecuencias del terremoto, mientras que su compañero Ahmet Eyup Turkarslan falleció apresado por los escombros. Varios jugadores del Marasspor y el Iskenderunspor, de Segunda División, quedaron atrapados en los escombros.

Pero el resto de deportes también se han visto devastados. En lucha, la Federación Turca confirmó las muertes de Ahmet Tas, Mehmet Eskisarili, Ali Gursoy y Aslan Ekiz ya que se encontraban en el epicentro del terremoto. 

Mehmet Can Ağırbas y Emincan Kocabas, jugadores del equipo de voleibol de Malatya, en la Segunda División, también murieron sepultados tras quedar atrapados con varios compañeros. "Nos enteramos con profunda consternación que Mehmet Can Ağırbas, que vestía la camiseta de Malatya BBSK, falleció en el desastre del terremoto que ocurrió en nuestro país. Que Allah tenga en su gloria a nuestro jugador, deseamos paciencia para su familia y seres queridos, expresamos nuestras condolencias para Malatya BBSK y toda nuestra comunidad del voleibol”, comentó la Federación.

También en voleibol, el equipo femenino de Hatay quedó atrapado en el derrumbe de un edificio con un gran número de jugadoras implicadas, mientras que todavía se esperan noticias al respecto.

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Lo último en confirmarse fue la muerte de Cemal Kütahya, el capitán de la selección turca de balonmano, que falleció después de haber estado varios días atrapado bajo los escombros. Se encontró el cuerpo sin vida del central, además del de su hijo pequeño de 5 años, también fallecido como consecuencia del terremoto. Su esposa, que estaba embarazada, y su suegra, todavía siguen desaparecidas.

Son muchas las víctimas que ha dejado este terremoto devastador tanto en Turquía como en Siria, y el deporte no se ha librado de estas tremendas consecuencias que, una semana después, siguen causando estragos.