El deporte es un fenómeno que atrae a las masas. Miles de personas se concentran para presenciar espectáculos deportivos en un estadio, pabellón, circuito o a lo largo de un recorrido, mientras que otros tantos cientos de miles, en muchas ocasiones millones, se congregan a través de la televisión para no perderse detalle de los mismos.
No cabe duda de que estos acontecimientos son un escaparate inmejorable para cualquiera que se preste a ellos. Los deportistas disfrutan de una gran aceptación, las marcas comerciales quieren estar presentes... y también los diferentes grupos activistas han visto en estas celebraciones un trampolín perfecto para mostrar sus reivindicaciones ante un público masivo.
Algunas de estas organizaciones han puesto en jaque en los últimos tiempos eventos deportivos de primer nivel con diferentes manifestaciones. No es extraño ver cómo una competición tiene que detenerse mientras los deportistas y el público acuden estupefactos a un hecho que no esperaban en absoluto, aunque con el que quizás estén de acuerdo en su fondo.
[Escándalo en el Mundial de snooker: activistas climáticos paran el torneo lanzando polvo naranja]
El cambio climático, la defensa de los derechos de los animales, los derechos LGTBI... Cualquier iniciativa social es buena para aprovechar una audiencia millonaria y convertir la lucha en algo más visible. Las maneras empleadas para llevar a cabo las diferentes reivindicaciones contemplan un amplio abanico de posibilidades, desde una simple carrera por un campo de fútbol hasta pegarse las manos al asfalto para detener una carrera ciclista.
Normalmente, las retransmisiones de televisión optan por obviar las imágenes de este tipo de acontecimientos, pero con el alcance de las redes sociales las diferentes plataformas saben que tienen su altavoz garantizado y que cualquier reclamo tendrá una gran repercusión. Los activistas traen de cabeza a los organizadores de los grandes eventos deportivos, pero ni mucho menos estas reivindicaciones han terminado.
El último episodio
No hace falta retrotraerse mucho para encontrar la última vez que un grupo activista puso en jaque a un evento deportivo de primer nivel. Sucedió esta misma semana en plena disputa del Mundial de snooker que se celebraba en el Reino Unido, más concretamente en la localidad de Sheffield.
El torneo transcurría con normalidad y de manera simultánea se disputaban dos partidos. En uno de ellos, se enfrentaban Robert Milkins y Joe Perry, mientras que en la mesa contigua se jugaba el Mark Allen - Fan Zhengyi. En un momento dado, para sorpresa de todos, público, jugadores, árbitros y miembros de seguridad, dos personas irrumpieron en estas mesas.
Por un lado, un hombre saltó de entre la multitud y consiguió posarse sobre la mesa en la que se jugaba uno de los dos partidos para vaciar una bolsa de polvo naranja sobre ella. "Just Stop Oil", rezaba el lema de su camiseta, precisamente el nombre de la organización a la que pertenecía.
Apenas a un par de metros de distancia, en la mesa contigua, una mujer intentó realizar otra maniobra y pegarse al tapete de juego, pero en ese caso el árbitro del partido estuvo atento y consiguió detener a la mujer antes de que pudiera llevar a cabo su plan. Rápidamente, en cualquier caso, aparecieron los miembros de seguridad para llevarse a estos dos manifestantes.
La propia plataforma Just Stop Oil se pronunció a través de sus redes sociales para explicar sus motivos: "Están exigiendo que el Gobierno detenga de inmediato todos los nuevos proyectos de combustibles fósiles del Reino Unido y están pidiendo a las instituciones deportivas del Reino Unido que intervengan en la resistencia civil contra las políticas genocidas del Gobierno".
La maratón de Londres
Donde se están preparando para cualquier tipo de escenario es en la próxima Maratón de Londres que se disputa este domingo 23 de abril. Durante las últimas horas se ha conocido que el grupo medioambiental Extinction Rebellion tiene pensado realizar una serie de protestas durante la carrera (y también en los días previos y posteriores) que pueden afectar al desarrollo normal de la misma.
No sólo eso, sino que otras organizaciones similares ya han mostrado su respaldo y podrían unirse a las manifestaciones. Extinction Rebellion ha declarado que no tiene intenciones de irrumpir en la carrera, aunque desde la organización no se descarta ninguna hipótesis y ha solicitado a los espectadores que eviten las zonas más transitadas.
[Animalistas y carreras de caballos: el incidente en el Grand National que promete repetirse]
Por el momento se han recogido cerca de 30.000 firmas favorables a este tipo de reivindicaciones, por lo que parece que además los manifestantes cuentan con un amplio respaldo social.
Dicen estos grupos medioambientales que actuarán si el gobierno británico no accede a negociar sobre las dos peticiones que tiene encima de la mesa. Por un lado piden acabar con las inversiones en proyectos de combustibles fósiles, y por otro la creación de unas "asambleas ciudadanas de emergencia" para que la población tenga voz en cómo solucionar la crisis climática.
Otros episodios sonados
Los manifestantes de todo tipo han irrumpido con fuerza en los grandes eventos deportivos de un tiempo a esta parte. Sin ir más lejos, en el pasado Mundial de Qatar el conocido Mario Ferri irrumpió en el partido que estaban jugando Portugal y Uruguay con una camiseta en la que se leían los lemas 'Save Ukraine' (salven Ucrania) y 'Respect por the iranian woman' (respeto para las mujeres iraníes). Además, portó una bandera de la paz con él.
Recientemente un grupo de 118 personas fueron detenidas al tratar de irrumpir en el Grand National, la carrera de caballos más famosa del mundo. Protestaban por la crueldad animal, ya que cada año varios equinos mueren en esta prueba, y después de irrumpir en una carretera algunos de ellos incluso lograron acceder al hipódromo de Aintree.
El pasado verano, otro de los eventos deportivos más importantes del planeta como es el Tour de Francia también sufrió las manifestaciones de unos activistas. En la décima etapa que finalizaba en Mègeve, de repente unos activistas se encadenaron en la carretera sin que nadie pudiera hacer nada por retirarlos y esparcieron humo rosa que impedía la visibilidad. En esta ocasión la petición era para cuidar el medioambiente en los Alpes.
También en Francia, la pasada edición de Roland Garros vio cómo una activista se ató del cuello a la red que divide los dos campos. Se disputaba la semifinal entre Casper Ruud y Marin Cilic, y durante el transcurso del partido una mujer saltó a la pista y se ató a la red con un lema en inglés: "Nos quedan 1.028 días", una frase con la que reclamaba acción contra el cambio climático.
[Comandos autónomos y anonimato: así montan los activistas de Futuro Vegetal su "desobediencia civil"]
En la pasada Premier se vio una imagen de lo más peculiar en el Everton - Newcastle. Un hombre saltó desde la grada y se ató al poste de una de las porterías con unas bridas al cuello. Pertenecía a la plataforma Just Stop Oil, la misma que irrumpió en el Mundial de snooker, y obligó a detener el partido durante un buen puñado de minutos.
Muchas acciones, al fin y al cabo, que durante los últimos meses han llevado a cabo diferentes activistas y organizaciones para tratar de reclamar lo que creen que es justo. No serán las últimas, eso seguro, mientras que los organizadores tratan de extremar las medidas de seguridad para que no se vuelvan a producir.