Mohamed Katir está llamado a hacer cosas grandes en este Mundial de Budapest, aunque no será en su prueba fetiche, el 1.500. El atleta español, uno de los mejores mediofondistas del mundo, tendrá que emplearse a fondo en la final del 5.000 esta misma semana. Una carrera que le puede servir para redimirse.
Lo cierto es que Katir no ha vivido el mejor arranque del Campeonato del Mundo. Candidato a todo en el 1.500, fue eliminado de manera sorprendente en la serie previa a la final. Esto le hizo que no pudiese luchar por las medallas, algo a lo que parecía estar predestinado en el arranque de la gran cita del atletismo.
Sin embargo, este jueves, Katir se ha redimido por completo en las semifinales del 5.000. Ha dado una auténtica exhibición sobre el tartán para alcanzar la victoria en ella y ha mandado un serio aviso a sus rivales, especialmente al noruego Jakob Ingebrigtsen. Con él, se batirá en duelo, aunque ya le ha ganado en esta última carrera.
"Soy un atleta con un 1.000 brutal, soy rápido porque vengo del 1.500 y no me importa estar atrás y luego pegar el cambio a falta de una vuelta", explicaba el mediofondista tras acabar la carrera. "Me he visto muy bien. Con ganas, con rabia, pero, sobre todo, con cabeza", añadía.
"La final de 1.500 ya fue ayer y el pasado es imposible solucionarlo. Ahora tengo la mentalidad del presente y toca pensar en el futuro", añadía. Unas palabras que tienen como trasfondo lo ocurrido en una de las pruebas reinas del atletismo. Quedó eliminado de manera casi incomprensible en la semifinal y no pudo pelear por las medallas, situación radicalmente opuesta a lo visto en el 5.000.
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Pensamiento de Alcaraz
Sin embargo, Katir dejó una de las claves para afrontar la final del 5.000. El español buscará el triunfo el domingo y lo hará acordándose de Carlos Alcaraz y su archiconocida frase de "Cabeza, corazón y cojones". De hecho, el propio mediofondista lo explicó tras su victoria en las semis.
A veces aunque estés muy bien las cosas no salen. Sé perder y sé ganar. No necesitaba ganar la serie del 5.000 por nada psicológico, yo ya vengo mentalizado. El 1.500 es pasado y ojalá pudiera tener una máquina del tiempo e intentar solucionar el error. Ojalá fuera un atleta perfecto. Ahora voy con ganas a la final de 5.00 y como dice Alcaraz, el mejor tenista del mundo y de mi tierra, ‘cabeza, corazón y cojones’. Voy con todo el domingo", sentenció.