Poco a poco se van dando pasos para que el insultar no quede impune dentro del mundo del deporte. Numerosas partes lanzan improperios contra jugadores, árbitros o entrenadores cuando las cosas no salen, llegando a dejar imágenes impactantes. Sin embargo, se ha creado un precedente que pone en alerta a todos aquellos que sobrepasen ciertos límites.
Una sentencia del Tribunal Supremo ha considerado que aquellas personas que insultaron a un árbitro tras la suspensión de un partido de balonmano infantil del equipo Chinijos de Costa Teguise. Lo hicieron a través de la red social Facebook, donde publicaron sendos comentarios contra el colegiado del encuentro.
La suspensión del partido se debió a que el trencilla no vio loable que unos de los niños compitiese debido a la ausencia de gafas autorizadas para la práctica deportiva. Una decisión que provocó que esos aficionados cargasen durante contra él, lo que hizo que el colegiado tomase acciones legales ante tales improperios.
"El problema es que esta persona está llena de frustraciones y con uniforme es un peligro para los ciudadanos de a pie, jugadores y similares. Tu soberbia y falta de empatía te pasará factura, ya lo haces dentro de la policía que además le rompes la ilusión a unos niños por el mero hecho de sentirte importante", escribió uno de ellos en Facebook.
"La verdad es que es un pobre desgraciado con uniforme, que el único argumento que tiene es 'aquí mando yo' y no hay más, pero bueno va sumando amigos con su soberbia y prepotencia en la vida todo se paga", agregó otro. Unas serie de insultos que han acabado teniendo un notable castigo por sobrepasar ciertos límites.
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Comentarios "absolutamente desproporcionados"
La Sal de lo Civil del Tribunal Supremo ha considerado todos estos ataques de los seguidores como un ataque al honor y a la dignidad del árbitro. Además, el magistrado incide en que fue descalificado de manera "absolutamente desproporcionada" por esas personas.
"Estas expresiones sobrepasan los límites de la libertad de expresión para atentar frontalmente contra el honor del demandante y su dignidad como persona", apuntan desde el citado tribunal. Por dicho motivo, el colegiado del partido de balonmano interpuso una demanda contra ellos, llegando a reclamar 30.000 euros.
Tras varios recursos, la Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria cifró en 12.000 euros lo que tendrán que pagar los demandados por el colegiado tras atentar y sobrepasar los límites de la liberta de expresión de la persona. Una castigo ejemplar para evitar que se repitan este tipo de desagradables episodios dentro del deporte.