Tom Brady no va a jugar esta Super Bowl. Comentará la siguiente en la cabina de FOX y seguirá siendo la figura más relevante de la historia de la NFL. Es el GOAT. Hasta ahí todos estamos de acuerdo. Hasta Kyle Shanahan, entrenador de los San Francisco 49ers, quiso sacarlo del retiro y meter en la nevera a Brock Purdy esta temporada.
Así que quizás no ha estado tan lejos el escenario de ver a Brady en Las Vegas el domingo por la noche comandando a su equipo de la infancia. Hay que echarle imaginación y pensar cómo hubiera convertido en oro con sus piernas las jugadas que Purdy se sacó de la manga en la remontada contra los Lions, pero bueno, hemos venido a jugar.
En este punto de la vida, Purdy y Mahomes son muy comparables a Brady. El primero en cómo ha empezado su carrera, apareciendo en la Super Bowl viniendo de ninguna parte en su año dos. Y el segundo en la trayectoria que apunta su carrera y la amenaza real al trono de Brady. En otra época, Purdy representaría la gran historia americana y Mahomes la gran epopeya. En nuestra era, las narrativas van más con que uno es un producto del sistema y el otro simplemente es demasiado perfecto y ha ganado tanto que ha batido el récord en pasar de cool a cansino para el hater medio.
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En el fútbol suele ocurrir con los entrenadores que ganan, pero no les escriben relatos ni libros. Como no pueden explicar su éxito les ponen etiquetas tan peyorativas como 'alineador' o 'gestor'. Si lo extrapolamos a la NFL, el equivalente es "quarterback de
sistema".
Esta es la denominación que ha acompañado a Purdy, última elección en el Draft de 2022, desde que debutó mediada la pasada temporada y empezó a ganar partidos. Ayudó a San Francisco a ir a otra final de la NFC donde su lesión acabó con las posibilidades de los californianos y se presentó en la temporada 2023 como si la anterior no hubiera existido.
La respuesta de Purdy ha sido un curso de 4.280 yardas, 33 touchdown totales y 11 intercepciones. Está dentro del Top 5 de la NFL en yardas, TDs y Big Time Throws y lideró la temporada regular en yardas por intento. Sus playoff no han sido perfectos pero contra Green Bay produjo el drive decisivo y su segunda parte en la final de la NFC fue totalmente clave en el giro contra Detroit. Sus estadísticas después de sus primeros dos años de carrera son esencialmente idénticas a las de Joe Burrow. Respecto al Brady que llevó a los Patriots a su primera Super Bowl, ha lanzado 1.400 yardas más y 13 pases de touchdown más.
Claro que Purdy tiene al mejor playcaller de la NFL y unas armas llenas de All-Pros, pero Burrow por ejemplo no le iba muy a la zaga en el cuerpo de receptores. Purdy quizás no es de los cinco mejores quarterbacks de la liga y hay cosas de Mahomes, Allen, Herbert o el propio Burrow que no puede hacer. Pero en el siguiente cluster ya viene Purdy y lo ha demostrado.
Decía Kyle Shanahan en una entrevista con Peter King que "nosotros jugamos un partido por semana y hay siete días de shows y hay que llenar muchos espacios. ¿Qué se hubiera dicho en este contexto de Montana y Walsh.?" En este mundo dibujado por Kyle, quizás este sobreanálisis, y sobre todo el quedarse en lugares preconcebidos, ha terminado con el relato Disney. Si es que ni se habla del hecho de que Purdy fuera alguien destinado a ser jugador de prácticas.
Lo de Mahomes tiene más que ver seguramente con la cultura de querer ver algo nuevo cada vez. El 15 y sus Chiefs se han convertido en algo repetitivo en la NFL, en algo tipo los Patriots pero sin escándalos random. Lo único que cansa de Mahomes es su perfección, es, sí, el hecho de ser, a sus 28 años, el mejor que jamás haya jugado la posición. Media América será feliz el domingo. De Las Vegas se perpetúa lo del "quarterback de sistema" o lo de que "nunca alcanzará a Brady". Y en otoño, elecciones.