Apenas queda una semana para que Ilia Topuria pelee por proclamarse campeón del mundo de peso pluma en UFC. Sería un hito para el deporte español, pero para lograrlo el hispano-georgiano deberá superar a una de las mayores estrellas de la disciplina: Alexander Volkanovski.
Volkanovski nació en Wollongong (Australia) hace 35 años. De padre macedonio y madre griega, empezó a hacer lucha grecorromana de niño donde despuntó sobremanera. Sin embargo, con 14 años cambio su rumbo y comenzó a jugar al rugby.
El australiano también destacó en esa disciplina. Llegó a jugar en los Warilla Gorillaz, equipo con el que ganó la National Rugby League en 2011. Ese año decidió alejarse definitivamente del rugby y volvió a retomar la lucha grecorromana. También comenzó a adentrarse en MMA. Ahí fue donde lograría convertirse en una estrella mundial.
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Su idea era mantenerse en buena forma física mientras la temporada de rugby estaba parada. Pisar el gimnasio le volvió a enganchar y no dudó en dar otra vez un giro radical a su vida. Con 23 años se marcó como meta ser luchador de MMA. No lo tenía nada fácil ya que con su 1,68 metros pesaba 97 kilos.
Empezó a bajar peso (actualmente en báscula da 65,8 kg) y en mayo de 2012 hizo su debut como profesional. Había empezado tarde, por lo que no tenía tiempo que perder. En cuatro años tuvo una gran evolución y fue acumulando títulos en empresas de su país.
Llegada a la UFC
Con un récord de 13-1, en noviembre de 2016, UFC llamó a su puerta. Estaban interesados en ampliar la nómina de talentos en Oceanía para su expansión. Volkanovski no dudó y aceptó el órdago.
Disputó cuatro peleas en su país y la UFC vio un talento claro, por lo que en febrero de 2018 lo llevó a Estados Unidos. Querían abrirle mercado y examinarle para descubrir dónde estaba su techo.
Volkanovski tiene récord de 13-2 en la compañía de Dana White, con las dos derrotas fuera de su peso y el resto victorias en pluma, le hacen ser uno de los peleadores más fiables de los últimos años.
Logró el cinturón en 2019 ante Max Holloway y desde entonces ha tenido cinco defensas exitosas. Un luchador muy seguro de sí mismo y que maneja todas las áreas de combate. Nunca ha sido de los que haya destacado especialmente por buscar enfrentamientos dialécticos fuera del octógono, pero tampoco se calla y se defiende de cualquier pulla que le lancen, como ha hecho con Topuria en el camino a su pelea.
El dilema de Topuria
La preparación de Topuria para una cita de este calibre está medida al milímetro... pero sobre todo al gramo. Para competir en peso pluma, un púgil debe estar por debajo de los 65,8 kilos, pero eso no significa que ahora mismo el luchador esté en ese peso. Ni siquiera que llegue con esos kilos al combate. Simplemente debe pasar por la báscula el día anterior dentro de esos parámetros.
Las horas previas al combate están marcadas primero por un descenso drástico de peso antes del pesaje que tendrá lugar el próximo viernes, y también por un aumento de los kilos vertiginoso para llegar a punto al combate. Topuria perderá primero unos 8 kilos y después ganará cerca de 12, todo eso en cuestión de horas con un plan perfectamente estudiado que le hará llegar en las mejores condiciones físicas posibles.
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En estos días el cuerpo de Ilia Topuria experimentará unos cambios drásticos de peso. Los pasos a seguir son claros, bajar de kilos para poder superar el pesaje dentro de los parámetros y después recuperarlos para llegar más fuerte a la pelea.
Se someterá a una deshidratación de su cuerpo. Perderá muchos líquidos y eso le hará bajar todavía más rápido de peso. Tendrá sesiones intensas de sauna para ayudar a la pérdida de kilos y se espera que para el próximo viernes, cuando tendrá lugar el pesaje, ya pueda estar por debajo de los 65,8 kilos.