¿Mató O. J. Simpson a su mujer? El enigma que se lleva a la tumba sobre un caso que dividió a América
El exjugador de la NFL fue absuelto por un jurado en el 'Juicio del Siglo' del asesinato de su mujer y del modelo que la acompañaba.
12 abril, 2024 02:15Este jueves se conocía el fallecimiento de O. J. Simpson y con él se fue uno de los grandes enigmas de los últimos tiempos. El exjugador de la NFL perdía la vida a los 76 años tras no poder un cáncer de próstata. Pese a ser una leyenda del fútbol americano, su vida estuvo marcada por el 'Juicio del Siglo', donde el mundo miró con recelo todo lo referido al asesinato de su exmujer y su amigo.
Orenthal James salió absuelto del macabro asesinato tras la decisión de un jurado, pero la sociedad estadounidense, y el mundo entero, siempre pensaron que O. J. Simpson había sido la persona que había acabado con la vida de Nicole Brown Simspon y del modelo Ron Goldman.
Nunca se habrá, aunque mucho se ha especulado, quién mató a la que fuese su esposa y la persona que le acompañaba aquella. Un enigma que O. J. Simpson se ha llevado a la tumba y del poco o nada se podrá saber. Un caso que conmocionó y dividió a América y que acabó el exjugador y actor fuera de la cárcel.
[Muere O. J. Simpson a los 76 años, el exjugador de la NFL que fue absuelto del asesinato de su mujer]
Siempre se puso en duda su versión, aunque once años después de salir absuelto, Simpson confesó hipotéticamente cómo habría matado a Nicole Brown Simpson y Ron Goldman. Fue en una entrevista en FOX recuperada por la cadena en 2006 y aunque explicó cómo habría acabado con sus vidas, sus detalles fueron demasiado explícitos.
Sus abogados supieron jugar sus cartas y consiguió esquivar la cárcel, aunque años más tarde acabaría entrando por otros motivos. Apelaron a su fama como leyenda de la NFL, a sus papeles como actor y utilizaron la baza del racismo y de su dura infancia. Los letrados le acabaron ayudando a salir del embrollo, pero siempre quedará la duda: ¿mató a su exmujer y al modelo?
Hipotética confesión
O. J. Simpson fue absuelto en 1995 del brutal asesinato de su exmujer y Ron Goldman. Once más tarde, se publicaba una entrevista en la que confesaba "hipotéticamente" los hechos. Siempre aseguró que su narración era ficticia, pero la realidad dejó mucho que desear.
Los detalles fueron aterradores y su particular manera de contarlo le añadieron un punto más al enigma de la muerte de las dos personas. O. J. Simpson desgranó cómo los habría asesinado, pero todos sus pensamientos coincidieron prácticamente con la escena de los hechos.
"Recuerdo que cogí el cuchillo, recuerdo esa parte, quitándole el cuchillo a Charlie y para ser sinceros, después de eso no recuerdo nada, excepto que estaba ahí y estaban pasando cosas", llegó a relatar. "Lamento decirlo, pero esto es hipotético. Lo siento. Tenemos que volver atrás otra vez. Es difícil: es difícil hacer que la gente piense que soy un asesino", aseguró mientras le entraba la risa en la entrevista.
Además, durante esa supuesta confesión, O. J. Simpson también habló del famoso guante, una de las pruebas que más polémica causó. El exdeportista indicó que "quizá" se lo quitó después de cometer el asesinato. "No recuerdo hacerlo, pero obviamente tuve que hacerlo porque encontraron el guante ahí", indicó.
Nunca se llegó a probar que los matará y también se encontró otro elemento crucial en la investigación. Una huella de un zapato de la marca italiana Bruno Magli que coincidía con su talla, pero no se pudo demostrar tampoco que los hubiese comprado, aunque que sí se confirmó que se había interesado por ellos. Sea como fuere, su descripción fue milimétrica y al detalle.
La cuestión racial y el juicio civil
Una de los motivos por los que O. J. Simpson no pisó la cárcel fue gracias al papel de sus abogados. Algunos de la talla de Robert Kardashian, padre de las famosas hermanas, Robert Shapiro, Johnnie Cochran Jr., Lee Bailey y Alan Dershowitz. Entre todos ellos se encargaron de hacer olvidar las pruebas que le incriminaban y, sobre todo, esa persecución cuando el exdeportista trataba de escapar y que fue retransmitida por la televisión nacional.
Se encargaron de constituir un jurado con mayoría de personas negras. Así comenzaría a gestarse el relato racista. Pero el punto diferencial fue una antigua grabación en la que Mark Fuhrman, el policía encargado del caso, dijo que estaba en contra de los matrimonios interraciales. Ahí llegó una victoria para O. J. Simpson.
Otra de ellas se consiguió cuando en el juicio sus abogados demostraron que el guante encontrado en la escena del crimen no le entraba en su mano. A pesar de que supuestamente eran de su mismo tamaño, talla y tipo, lograron evidenciar que no le valían. Esto se debe a que se le recomendó que dejase de consumir antiinflamatorios, lo que provocó en él una subida de peso notable que le ayudó a que no le cupiese en su extremidad.
Sin embargo, Simpson sí que tuvo que pagar por el asesinato de Goldman. La familia del modelo consiguió llevar el caso ante un juzgado popular en el que destacaba la cuestión de que no había personas negras. La leyenda de la NFL tuvo que desembolsar una enorme cantidad de dinero y abonó 33,5 millones de dólares por daños compensatorios y punitivos.
Golpeó a su mujer
Varios de los documentos que más revuelo causaron en aquella época fueron los diarios de su mujer supuestamente encontrados en una caja fuerte de su domicilio. En ellos, se evidenciaba que Nicole había sufrido en reiteradas ocasiones el maltrato de O. J. Simpson.
En los diarios se encontraron fotos de su cuerpo golpeado y lleno de heridas, cartas de O. J. donde supuestamente se disculpaba por las palizas. Sin embargo, no fueron admitidos como prueba por el juez del caso al ser considerados por él como un rumor.
Pero su vida, a pesar de sortear la cárcel por el famoso caso, siguió teniendo momentos polémicos. Se vio envuelto en diversos casos de corrupción, de robos y de tráfico de drogas. El más llamativo, que sí le hizo verse condenado a una pena de prisión, fue cuando en 2007 cinco personas y él mismo asaltaron armados una habitación de hotel de Las Vegas en la que se llevaron objetos de coleccionista.