No ha pasado ni un mes desde que Simone Biles tomó París. Restituyó a Estados Unidos en el trono olímpico por equipos del que se bajó en Tokio. Hizo lo propio en general individual y salto. Se le resistió el suelo. En total cuatro medallas, tres de oro y una de plata.
La redención de la gimnasta en París fue total. Cuando se colocó en el pasillo que conduce al potro, alzó la vista y visualizó el salto. Máxima concentración para su momento más delicado. Hace tres años en exacto lugar, pero en Tokio, una tormenta interna sacudió su mente y anuló las capacidades de la gimnasta.
"Desde que entro al tapiz estoy sola con mi cabeza. Tratando con los demonios que tengo dentro de ella", aseguró Biles en los anteriores Juegos en los que dejó de competir para "no comprometer mi salud mental". En aquellos momentos, las críticas fueron voraces. "Es una floja". "Son excusas". "Es una cobarde", se pudo leer después de que anunciara su decisión.
"Estoy haciendo un mayor esfuerzo para cuidar mi mente y mi cuerpo, lo que incluye terapia una vez a la semana. Los jueves son mis días terapéuticos, un momento para mí misma", explicó Biles. De ese laberinto escapó por completo en París. Sin embargo, aires nuevos soplan sobre su figura.
Biles ha formado una familia con sus entrenadores y equipo más cercano. Es el caso de Cecile Canqueteau-Landi y Laurent Landi. El matrimonio empezó a entrenar a Biles en 2017 y han desempeñado un papel fundamental para que la estadounidense tocar la gloria y resurgiera tras su adiós al tapiz.
Retirada o adiós a un vínculo exitoso
Con la Cecile, Biles dominó la doble pica Yurchenko, la habilidad más difícil jamás realizada por una mujer en una competición internacional, y la "Biles II" en suelo, un impresionante triple doble giro. Ganó tres títulos mundiales en el concurso completo y cinco medallas olímpicas entre los Juegos de París y Tokio.
Los Landi se mudaron a Houston para entrenar a Biles, aunque ahora parece que el vínculo ha terminado. La gimnasta ha publicado en sus redes sociales una imagen con sus entrenadores acompañado de un mensaje de despedida. "Fin de una era. No es un adiós, es un hasta luego".
A sus 27 años, 31 cuando los Juegos arriben en Los Ángeles, Simone Biles no se ha pronunciado sobre su retirada. El mensaje de la gimnasta podría ir más enfocado a una separación de caminos entre ella y sus entrenadores. Cecile, sin ir más lejos, se convirtió en coentrenadora del equipo de gimnasia de los Georgia Bulldogs.