París

José Manuel Ruiz (Guadix, 1978) ha entrado de lleno en la historia del deporte español. El palista andaluz puede presumir de ser el atleta de nuestro país con más participaciones en unos Juegos Paralímpicos, 8, igualando la marca de Jesús Ángel García Bragado en Olímpicos.

Un idilio que comenzó en Atlanta 1996 cuando tenía 18 años y que se ha alargado, de momento hasta París, ya con 46. Quién sabe si esta será la última parada de su exitosa carrera en el tenis de mesa, él prefiere centrarse en el presente y no atarse a nada. Se lo ha ganado a pulso.

Con la mirada puesta en su debut en el cuadro individual de los Juegos Paralímpicos de París, José Manuel Ruiz atiende a EL ESPAÑOL para hacer un repaso a momentos claves de su carrera y episodios que le han permitido cambiar su enfoque vital.

El deportista granadino es mucho más que eso, que un deportista. Una persona familiar con las ideas claras y tratando de transmitir sus valores a través de la docencia, la otra parte de su vida. Nació sin una parte del brazo derecho y, lejos de ser un obstáculo para él, lo convirtió en toda una oportunidad. El resto, es historia. Medallas, éxitos y un legado difícil de superar. 

Ocho Juegos Paralímpicos. Récord histórico en España ¿Qué le produce esto?

Me llena de alegría, satisfacción y motivación extra. Y no solamente a nivel personal, también por el equipo. Porque esto es fruto de mucha gente, compartido. Y quiere decir que tanto yo como mi equipo hemos hecho las cosas bien. Nos hemos mantenido al máximo nivel durante mucho tiempo y eso es de valorar.

¿París será la oportunidad para resarcirse de Tokio?

Tokio fue una mezcla de sensaciones, con sabor agridulce. Porque si logré la clasificación, fue la más difícil de mi vida. La lesión me complicó mucho las cosas, pero acabé logrando el objetivo.

¿Cómo llevó su lesión en el tendón de Aquiles?

La verdad que no fue fácil, pero sí que supe sacar de ella muchos aprendizajes. Aprendí a valorar más las cosas y vivir los momentos de otra forma. Cuando estás metido de lleno en una competición la vida te para y todo aquello por lo que has peleado siempre pasa a un segundo plano. Le das más importancia a la salud, algo que igual no siempre valoramos lo necesario. En mi caso, por la experiencia y la amplia trayectoria que llevo, ahora veo el deporte como la segunda cosa importante dentro de las cosas menos importantes.

José Manuel Ruiz en los octavos de final de tenis de mesa. CPE

¿En quién se apoya en esos malos momentos?

Con una lesión así pasas un momento de luto. A mí me duró una hora. Tuve suerte porque conté con el apoyo de mi familia, mi mujer, mi hija... Además, una parte importante también fueron mis amigos y una conversación que mantuve con el Director Técnico de la Federación Española de Tenis de Mesa.

¿De qué le sirvió?

Me di cuenta de que no soy únicamente un deportista. También soy una persona que necesita más apoyo que nunca. Cuando las cosas van bien, ganas medallas, estás arriba, vives en el foco y no necesitas nada porque tienes medios, becas y patrocinadores todo viene de la mano. En los malos momentos eso desaparece y valoras incluso la llamada de alguien que no te esperas. Todo el mundo puso de su parte para que llegara a Tokio.

Tokio fueron sus séptimos Juegos ¿Qué ha cambiado en José Manuel Ruiz desde Atlanta 1996 hasta hoy?

Soy una persona mucho más madura. Quizá porque soy mucho mayor y también por las circunstancias que me han tocado vivir. Además de la lesión, en los últimos tres años he atravesado muchos problemas personales. A mi entrenador de toda la vida le dio un ictus, mi padre tiene una enfermedad que le ha llevado a una residencia, mi madre tuvo un tumor, perdí a mi suegra, un tío mío falleció... Un cúmulo de circunstancias personales que me han hecho ver las cosas de forma diferente.

¿Eso se ha trasladado a la competición?

Desde luego. Antes, cuando iba a un torneo y tenía un mal resultado me parecía que el mundo se acababa. Solo le daba vueltas a la derrota y buscaba motivos y explicaciones. Ahora, la madurez y mis vivencias me han cambiado la mentalidad. Esto no significa que haya llegado a París para pasearme, ni mucho menos, pero he aprendido a relativizar todo un poco más. Antes iba a vida o muerte a competir. Ahora me lo tomo de otra forma.

¿Qué consejo le daría al José Manuel de Atlanta 96'?

A pesar de todo lo que te cuento, le diría que no perdiera la ambición. Al final, eso es lo que me ha llevado a ser como soy. Querer ganar cada día me ha llevado hasta disputar ocho Juegos Paralímpicos.

No cabe duda que mantiene la ambición 28 años después

Nací con ella. Realmente, es el motor de todos los deportistas de élite. Es lo que no levanta cada día para seguir luchando durante cuatro años por el objetivo de llegar a citas como la de París 2024. 

José Manuel Ruiz, durante los Juegos de Tokio. EUROPA PRESS

¿Es fácil mantener la motivación?

No lo es. Es complicado mantener las ganas de ir a entrenar todos los días, competir los fines de semana, tener sesiones extra en torneos importantes... Entreno tres horas diarias de lunes a viernes cuando no compito. Si lo hago son cinco. Además, también lo compagino con mi trabajo en la delegación de Educación de la Junta de Andalucía. Es mucho tiempo porque a esto hay que sumarle la parte del fisio, recuperación, psicología, estudio de los rivales... Es un no parar.

¿Siempre ha mantenido esa pasión por el deporte?

Sí. En mi casa siempre se ha vivido el deporte de forma muy intensa. Mi padre era profesor de educación física y entrenaba en el colegio a los equipos de fútbol, balonmano, vóley... Yo jugué a fútbol, fútbol sala, baloncesto con gente sin discapacidad hasta que con 13 años descubrí el tenis de mesa. Desde entonces hasta hoy. Creo que no me equivoqué en la elección. He logrado cosas que jamás me hubiera imaginado.

¿Con qué expectativas llega a París?

Quiero dar mi mejor versión. No voy ni mucho menos de paseo. Creo que voy a tener mis opciones, pero esto es deporte de alto nivel y todo puede pasar. Tendré que estar tranquilo y acertado en las oportunidades que tenga, sin la presión y la autoexigencia que tenía antes. En algunos Juegos no he disfrutado por esto mismo. Por la presión propia y la que sentía desde fuera. 

¿Ahora es diferente?

Los voy a vivir sin la carga de otras veces. Hay otros más jóvenes que están en primera línea. Estaré contento su doy mi 100% y si hay un rival que me gana, pues le felicitaré. 

Hay que valorar el hecho de que esté ahí compitiendo

Exacto. El porcentaje de la gente del mundo que participa en unos Juegos es ínfimo. A veces la sociedad no la da importancia al deportista que compite en unos Juegos Paralímpicos. Parece que te convocan para ir y ya está. Aquí van los 14 mejores del mundo y hay que darle valor al hecho de estar aquí.

¿Su aventura se acaba en París?

No puedo cerrar la puerta a Los Ángeles. Cuando acabé París haremos una valoración. Todavía me siento competitivo y eso es muy importante. He conseguido mantenerlo después de una lesión tan grave. A nivel físico estoy bien. Si mi mujer sigue teniendo paciencia y apoyándome también sumará. Quién sabe dónde estaré en cuatro años. Prefiero disfrutar el momento.