La etapa 12 de Alpes Connections ha sido un día diferente para Kilian Jornet. Tras tomarse un día de descanso forzado por culpa de las malas condiciones climatológicas en las montañas suizas, el atleta catalán ha recargado las pilas y ha recuperado fuerzas para continuar con su aventura.
Si durante todo su viaje Kilian ha puesto al límite su cuerpo y su mente, en esta duodécima jornada, el de Sabadell ha vuelto a mostrar unas prestaciones sobrehumanas. Ha notado de manera indudable esas horas de descanso, sin escalar cimas de 4.000 metros y sin recorrer cientos de kilómetros ya sea a pie o en bicicleta. Además, ha podido alimentarse a la perfección para reparar el daño muscular y el desgaste de su organismo.
Y por ello, ha dado rienda suelta a todo su talento en un día que ha sido atípico por muchas facetas. Kilian ha podido gozar de un día festivo en la región de Coumayeur, desde donde arrancó esta decimosegunda etapa, por lo que ha tenido la oportunidad de contar la compañía de un grupo de amigos en el inicio de su ruta.
Sin embargo, su imperial ritmo ha terminado por reventar a todo aquel que ha intentado seguir la estela del mejor corredor de pruebas de trail de la historia. EL ESPAÑOL ha seguido de cerca cómo se ha desarrollado una nueva jornada en el reto más ambicioso en la carrera de Kilian Jornet.
Otro día al límite que se ha saldado con más de 18 horas de actividad y con casi 30 kilómetros de escalada cubiertos a un ritmo de récord. Y es que esas fuerzas renovadas le han permitido a Kilian dar un impulso extra a este gran proyecto con el que busca conectarse de nuevo con la naturaleza y, en especial, con la montaña que fue su vida.
Técnica, peligro y un ritmo de 'récord'
Kilian Jornet no es humano. O al menos no lo parece. Así lo demuestran la infinidad de locuras que ha conseguido realizar a lo largo de su carrera deportiva. Sin embargo, si por algo es conocido el atleta de NNormal, es por reinventarse de manera constante buscando lo inexplorado.
Y así es como nace Alpes Connections, un reto que surgió para superar el que hasta ahora había sido el mayor proyecto de su carrera: esas 177 cimas por encima de los 3.000 metros en los Pirineos en tan solo 8 días. De momento, Kilian ya conseguido cubrir un total de 59 cumbres, lo que supone un desnivel acumulado de 56.237 metros.
Pero lo realmente escalofriante es que Jornet suma ya 12 días de extenuante viaje, el cual está llevando a cabo gracias al apoyo del equipo de Lymbus. Y lo que le queda. En esta duodécima etapa, el de Sabadell ha tenido que afrontar multitud de retos, ya que el planning tenía por delante varios escollos de lo más técnicos.
Sin embargo, el inicio de su ruta tras el día de descanso ha sido de lo más entretenido. A pesar de comenzar su andadura a medianoche, estuvo acompañado por un grupo de amigos alpinistas ya que era festivo en la región de Courmayeur, punto desde donde arrancaba.
El objetivo era abordar los terrenos de la icónica ruta de Grandes Jorasses en una etapa que terminado siendo desafiante y muy técnica. En total, Kilian Jornet ha completado una actividad que se ha ido hasta las 18 horas, 22 minutos y 34 segundos. En ese tiempo, ha conseguido hacer cima en ocho nuevos cuatromiles para un total de 28,29 kilómetros de pura escalada. Eso sí, en una de las zonas más técnicas y arriesgadas del planeta.
Entre estas cimas destacaban el Pointe Walker (4.208 m), el Pointe Whymper (4.184 m) o el Pointe Croz (4.110 m). Esa ruta por las Grandes Jorasses plantearon imperiales desafíos repletos de técnica debido a la naturaleza rocosa de la zona y a las terroríficas crestas que conformaban este área de la cordillera alpina.
Sin embargo, buena parte del complicado viaje de Kilian estuvo amenizado por la compañía de buenos amigos como Michel Lane, Mathéo Jacquemoud y Bastien Lardat. Todos ellos estuvieron presentes en las primeras escaladas técnicas del día. Una ayuda clave, ya que este grupo estaba formado por expertos conocedores de estas montañas alpinas.
No obstante, la gran anécdota de otra agotadora jornada la protagonizó el propio Kilian. Su ritmo de infarto, imposible de igualar por ningún otro atleta del planeta, terminó por 'destrozar' a sus compañeros de expedición, los cuales tuvieron que echarse a un lado ante la imposibilidad de seguir su paso.
Por ello, después de pasar por el Rifugio Torino, todos estos afamados y prestigiosos alpinistas se vieron obligados a parar y a dejar que Kilian continuara en solitario su viaje hasta el Refuge Couvercle. Asombrados de lo difícil que era seguir a un Kilian inconmensurable a pesar de acumular el esfuerzo de doce etapas ya completadas, no tuvieron más opción que rendirse ante el talento y el poderío del genio. Ahora, Kilian ya ha puesto rumbo a nuevos desafíos para seguir dando forma a su proyecto de Alpes Connections.