De Sídney 2000 a París 2024. Más de dos décadas dominando en la piscina y un legado prácticamente insuperable. Teresa Perales es historia viva del deporte y, tras el bronce en los 50 metros espalda en la categoría S2, ha igualado las 28 medallas del también nadador Michael Phelps.
La 'Sirena del Ebro' ha cazado al 'Tiburón de Baltimore'. Una misión que parecía imposible, pero que la española ha logrado en un ejercicio de superación y perseverancia. Un premio a una carrera excelsa en la que ningún obstáculo le ha frenado. No muchos pueden presumir de eso.
Le costó, pero a la segunda llegó la vencida. Tuvo su primera oportunidad hace unos días en la prueba de 100 metros espalda, pero era sabido por todos que su punto fuerte llegaba en los 50 metros. Y no falló a pesar de que asomaron algunas dudas después de las series de clasificación. Ella fue tercera en su serie, pero quedó a cinco segundos de los puestos de podio en las marcas generales. No le importó. Nado a vida o muerte en la final, como hace siempre, y logró la ansiada medalla.
Desde el inicio se mostró muy fuerte, pero hubo que esperar hasta el final para confirmar un metal ajustadísimo. De hecho, logró el tercer puesto con tan solo dos centésimas de margen sobre la italiana Angela Procida. El público de 'La Défense' vibró con un final de infarto.
Una trayectoria impecable
La carrera de Teresa Perales está escrita con letras de oro. Al igual que su vida. Con 19 años sufrió una enfermedad del sistema nervioso que le fue afectando a la movilidad de la cintura hasta los pies hasta perder la capacidad de caminar. Fue allí cuando comenzó con la natación. El resto es historia.
En sus primeros Juegos Paralímpicos, en Sídney 2000, maravilló a todos con cinco medallas. Ninguna de ellas fue de oro, pero dejó claro que estaba destinada a ganar y ser dominante sobre el agua. El tiempo le dio la razón y comenzó a coleccionar metales como si no hubiera un mañana.
En Atenas 2004 mejoró aún si cabe sus registros. Esta vez logró seis medallas, dos de ellas de oro, y se puso en lo más alto de la natación paralímpica. En Pekín 2008 mordió cinco metales, en Londres 2012 seis, en Río de Janeiro 2016 cuatro y en Tokio 2020 una.
Debía sumar una más en sus séptimos Juegos para igualar a Phelps. Quizá eso le hizo tener presión, pero pudo con ella e igualó al nadador estadounidense. Y todavía le puede superar en los 100 metros estilo libre S3 del próximo 3 de septiembre. Será difícil, pero únicamente ella es capaz de hacerlo.