La Torre Eiffel de fondo y una expectación máxima bajo el sofocante sol de la tarde parisina. Así se presenta en los Juegos Paralímpicos la selección brasileña de fútbol para ciegos. Lo hace con una sonora ovación del público. Son unas auténticas estrellas. De pronto, ese bullicio se convierte en silencio sepulcral en cuanto el árbitro señala el inicio del partido. 

Nada que ver con el estruendoso ruido de los estadios de fútbol. Aquí, los aficionados siguen mudos a los 10 jugadores que compiten en el terreno de juego. Todos ellos, a excepción de los porteros, sin visión y guiándose por el cascabel que suena en el esférico. La 'canarinha' brinda espectáculo allá por donde va y no fue menos en su debut ante Turquía (3-0). Un triunfo cómodo para seguir metiendo miedo a sus rivales.

Cuando se trata del deporte rey, los futbolistas brasileños con discapacidad visual comparten el mismo ADN que sus homólogos con visión normal. Brasil entretiene y eso se aplica sin importar la edad, el género o la versión del juego. Si ganan a sus mayores enemigos, mucho mejor. Ya es una tradición.

Raimundo Nonato marca el primer gol de Brasil contra Turquía. REUTERS

El combinado dirigido por Vasconcelos ya ha dado el primer paso hacia la conquista de su sexto oro en los Juegos Paralímpicos. Su equipo tiene un aura especial. Se nota en el ambiente. Son los mejores. Suman 20 años y 28 partidos consecutivos sin perder en unos Juegos y únicamente Argentina parece capaz de poner en peligro su reinado. 

La superioridad brasileña no se podría entender sin la presencia de Jeferson da Conceicao Goncalves, alias 'Jefinho'. El 'Pelé paralímpico' soñaba con convertirse algún día en futbolista profesional. Había nacido con glaucoma, una enfermedad ocular que le dejó ciego a los seis años. Entonces ese sueño pareció truncarse para siempre... aunque el tiempo le demostraría que no era así.

Debutó con 14 años con Brasil y su primer Mundial fue el de 2006 en Buenos Aires. Poco después fue seleccionado para los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008 donde logró la medalla de oro. A partir de ahí, un camino impecable lleno de títulos que le han convertido en uno de los más laureados del deporte.

Su forma de conducir el balón, la velocidad y el desborde son las armas de 'Jefinho'. Es el líder de una generación llena de talento. Desde Ricardo Alves, de 35 años, capitán del equipo y tres veces mejor jugador del mundo hasta el debutante Maicon Júnior. Un gran abanico de futbolistas que sigue regenerándose con el paso del tiempo.

España, pionera

Brasil es el gran dominador del fútbol para ciegos, pero no fue en el país carioca donde se inició la disciplina. Fue en España durante los años 20 del siglo XX. Se empezó a disputar una versión del juego en las escuelas y con el paso de los años fue expandiéndose a otros países. A Brasil llegó alrededor de 1960.

La selección española ha ido de más a menos con el paso de los años. De hecho, no está disputando estos Juegos Paralímpicos y jugó el último Mundial gracias a la renuncia de Australia. Antes de eso lograron el bronce paralímpicos en Londres 2012 y Atenas 2004, además de dos platas y tres bronces en campeonatos del mundo. 

Partido de la selección española de fútbol para ciegos. FEDC

El tiempo de éxitos ya es época pasada. Ahora, España se encuentra inmersa en una espiral de la que es muy díficil salir. La reina del Viejo Continente -ocho títulos- descendió a la segunda división en Europa en 2022, por primera vez en su historia, y cosechó en 2023 su peor clasificación en un Mundial tras ser 12ª, con cuatro derrotas en cuatro partidos.

La caída empezó tras los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, cuando los ocho jugadores de campo redactaron una carta con una serie de quejas mostrando su disconformidad con el cuerpo técnico, tanto en el plano deportivo como en el trato humano. Muchos de ellos se fueron de la Selección y ahora las cosas no son nada fáciles. Queda un largo camino por recorrer.

Las reglas del juego

El campo tiene el mismo tamaño que el fútbol sala de la FIFA y está rodeado por vallas para evitar que el balón salga. El balón tiene una campana en el interior que emite un sonido cuando se mueve y los jugadores gritan "voy" cuando van a por el balón para dar señales a otros jugadores en la defensa o el ataque. 

Cada equipo está formado por cuatro jugadores de campo y un portero. En los Juegos Paralímpicos, los jugadores de campo son casi ciegos o totalmente ciegos y llevan antifaces durante los partidos. Los porteros pueden ser videntes o parcialmente videntes y deben jugar en el área del portero.  

Cada equipo tiene tres guías videntes que pueden dar instrucciones a su respectivo tercio del campo: el portero en el tercio defensivo, un entrenador en el mediocampo y un guía en el área de ataque.