Carolina Marín tiene una capacidad de superación y de sacrificio por encima de lo común. La jugadora onubense sufrió por tercera vez una gravísima lesión de rodilla durante los Juegos Olímpicos de París 2024 y, pese a todo, aún le queda moral para querer volver a una pista y cerrar como se merece una brillante carrera deportiva.

La andaluza estremeció a todo un país cuando, estando a tan sólo 11 puntos de asegurarse su presencia en la final olímpica, cayó al suelo lesionada. Intentó seguir, pero no le quedó más remedio que abandonar el torneo y no era para menos. Su diagnóstico posterior confirmó la rotura del ligamento cruzado de su rodilla izquierda y también de los dos meniscos, una articulación rota por todos los costados.

Carolina Marín ha pasado desde entonces momentos muy bajos en los que incluso ha llegado a planear por su cabeza la opción de la retirada, algo que ya veía muy cercano en condiciones físicas adecuadas, pero tiene claro que no quiere decir adiós al bádminton de esta manera.

En una entrevista concedida en la Cadena Cope, la onubense se mostró decidida a regresar a las canchas y a hacer todo lo posible por recuperar su buen tono físico después de esta grave lesión. 

Eso sí, su retirada no está tan lejos, y aunque no quería dar demasiados detalles, finalmente confesó que su adiós puede darse en 2026: "Hay una cita, que es el Campeonato de Europa que seguramente se haga en España, y quiero luchar por que se haga en Huelva. Me encantaría poder retirarme allí en mi casa", aseveró durante la entrevista.

No quería la medalla honorífica

Carolina Marín trató diversos temas, y uno de los más polémicos de los últimos tiempos también tiene que ver con los recientes Juegos Olímpicos de París. Tras su retirada cuando estaba a punto de pasar a la final para pelear por el oro, la Federación Española de Bádmintón llegó a hacer una petición formal para que la onubense recibiera un bronce honorífico, pero ni siquiera ella lo vio con buenos ojos.

"No merecía esa medalla honorífica porque en otros Juegos ha habido lesiones de otras jugadoras. Pero yo no quería la medalla de bronce, yo quería la medalla de oro, no me hubiera subido al podio. No me quiero creer más que nadie", comentó con naturalidad en un mensaje de máxima humildad.

Por supuesto, lamentó su mala suerte con las lesiones, esas que le han apartado de varios objetivos importantes a lo largo de su carrera: "No me lo podía creer y pensaba 'por qué me están parando'. Eso se combate teniendo cabeza, ganas y motivación. Te puede ayudar la experiencia pero ahora mismo, al ser mi tercera rodilla y en mis últimos Juegos Olímpicos, me ha hundido mucho. Desde hace cuatro días he podido dormir mejor, pero antes no puedo dormir porque ha sido muy incómodo y muy duro".

Además, se mostró plenamente agradecida por el trato recibido por los aficionados: "Me siento muy querida, nunca hubiera imaginado que la gente española hubiera empatizado conmigo. Si hubiera ganado el oro, se hubiera normalizado que yo hubiera ganado el oro, pero el superar dos lesiones, la pérdida de mi padre y el estar casi pisando una final olímpica... La gente se ha dado cuenta de lo que hay detrás".